Son varias las críticas que ha recibido José Miguel Navarrete, más conocido como Miguelito, por su comportamiento con las mujeres del reality de Canal 13, Tierra Brava. La primera en denunciarlo fue Nicole Block, quien acusó que el hombre de 37 años se metía a su cama mientras estaba durmiendo. 

Luego Navarrete –quien está casado– besó a Francisca Undurraga sin su consentimiento lo que desató una nueva oleada de críticas. Al respecto, la más reciente eliminada, la comediante Botota Fox, aseguró en Publimetro que ese sería un comportamiento habitual. 

“Miguelito es muy pesado, es muy desagradable. Le gusta molestar a la gente y no le gusta que lo molesten. Yo después le paré los carros”, señaló. Además, afirmó que dentro de la casa su personalidad y ese tipo de actitudes era de conocimiento general.

“Con respecto a eso, las chiquillas le daban pie para eso, sí sabían que era un viejo degenerado de 37 años. Lo veían como un niño, yo le decía ‘viejo degenerado”, agregó. 

El exintegrante de Morandé Con Compañía, hasta la fecha, no habría sido sancionado por la producción del reality pese a los constantes cuestionamientos en redes sociales donde incluso fue tildado de “acosador”. 

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Consultada por la situación con Undurraga y por la percepción general de que a Navarrete se le veía “como un niño”, la psicóloga y académica de la Escuela de Psicología de la Universidad Mayor, Dominique Karahanian, sostuvo que: “Es como restarle valor, muestro que alguien que es como tiernito, indefenso, le da un beso sin consentimiento a una chica y que quede en la esfera de lo anecdótico y farandulero y eso no está bien, aunque mida un centímetro y medio”. 

Responsabilidad de canales de TV

Episodios cuestionables han seguido ocurriendo desde el retorno de los reality a la televisión. De hecho, Gran Hermano de Chilevisión se convirtió en uno de los programas más denunciados en la historia del Consejo Nacional de Televisión (CNTV), por los malos tratos constantes entre sus participantes, registrando casos de violencia verbal reiterados. 

“Los realitys el propósito tiene que ver con poner situaciones tensas y mostrar situaciones de la vida cotidiana (...) entonces si tú decides por tu línea editorial mostrar esto es necesario mostras sus consecuencias” dice Karahanian por las situaciones de conflicto que se dan dentro de los realitys. 

“Una expulsión, una sanción, una explicación… pero en el fondo termina en transgredir los límites de otra persona y tiene que ser fuerte claro sobre todo en audiencias que no saben hacer la distinción, como niños o mujeres que han vivido situaciones que han transgredido sus límites”, agregó. 

En ese sentido agregó que considera de un “retroceso” mostrar estas situaciones, como lo episodios de violencia del show de telerrealidad de CHV como lo ocurrido con Miguelito “si no hay ningún contexto en el que puedas decir ‘oye esto no está bien”. 

El consumo de las audiencias y el morbo

Consultada por el retorno de este tipo de programas y la popularidad que tuvo su regreso, con las situaciones de violencia y comportamientos cuestionables a las que han sido expuestos los participantes, Dominique señaló que si bien podría ser visto como un “retroceso” la “naturaleza humana tiene codependencia a ser uso del espacio más de morbo”. 

“Las personas nunca dejaron de consumir, creo que la tele trató de ser más buenista pero la manera sigue siendo la misma”, señaló.

“Ese morbo genera un cierto placer, una representación de lo que yo no me atrevo a hacer en la vida cotidiana, entonces si tú y yo tenemos un problema probablemente no nos vamos a ‘agarrar’ a garabatos, pero en un reality se espera que haya peleas porque o si no nadie consume”, cerró la psicóloga.

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