Volcanes más activos de Chile ahora serán monitoreados con nueva tecnología electromagnética
Chile es el segundo país con más volcanes del mundo, y muchos de ellos están cerca de zonas pobladas. Por esta razón, la comunidad científica del país busca estar a la vanguardia en cuanto a monitoreo de actividad volcánica.
Ahora dos de los volcanes más activos de Chile, el Llaima y el Villarrica, cuentan con una nueva tecnología de monitoreo que recién se está empezando a usar en el país y que se basa en la magnetotelúrica.
Región de La Araucanía
Se trata de instrumentos que miden el campo electromagnético de la Tierra y cómo este se asocia a cambios en el reservorio de magma de un volcán activo.
El paso siguiente es probar el funcionamiento de esta tecnología, que mide la conductividad eléctrica del suelo y detecta de forma temprana cambios en la estructura volcánica.
Los investigadores creen que podría “detectar actividad anormal, muy útil en la gestión de riesgo de desastres”, según explica Daniel Díaz, uno de los investigadores de la iniciativa.
El Volcán Llaima, ícono del paisaje del Parque Nacional Conguillío, tuvo su última gran erupción en 2008, y ha provocado evacuaciones en años recientes por actividad inusual.
El volcán Villarrica originó en septiembre de 2023 una alerta naranja, aunque su última erupción fue en 2015. Ambos son considerados de los volcanes más peligrosos de Chile.
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Innovación en el monitoreo
Hasta ahora, en el país el monitoreo de volcanes se hace usando estaciones sismológicas que miden el movimiento del suelo, deformaciones en la superficie medidas con GPS, datos satelitales y cámaras para la observación directa de diferentes parámetros.
La magnetotelúrica, por su parte, ha sido usada para sacar una especie de “foto” de un momento determinado en la actividad de un volcán.
Pero el objetivo de este proyecto es dejar las estaciones de monitoreo montadas permanentemente para estudiar el volcán en tiempo real.
Para instalar estas estaciones de monitoreo, los investigadores tuvieron que ascender sobre las laderas de los volcanes ante la inclemencia del tiempo cargando equipos de más de 30 kilos.
El trabajo es llevado a cabo por equipos del instituto Ckelar, Sernageomin, la Universidad de Chile, el Observatorio Volcanológico de los Andes del Sur y científicos de Alemania y Nueva Zelanda.