Aumento de ansiedad y depresión: Los puntos en contra del fin de año para la salud mental
Diciembre es reconocido como uno de los meses más complejos, no solo por la acumulación de cansancio anual, sino porque también es una época que trae consigo una serie de compromisos y responsabilidades.
Desde reuniones sociales hasta fiestas de fin de año, pasando por las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, este mes se caracteriza por un aumento significativo de la carga laboral y emocional debido al cierre del año.
Es en este contexto que algunas personas experimentan un decaimiento debido a la influencia de un clima emocional masivo.
[Te puede interesar] Nuevo subsidio de capacitación y contratación de mayores de 55 años cubre el 60% del sueldo
Esto se debe a que, culturalmente, tendemos a asociar las celebraciones con la proximidad de nuestros seres queridos. En muchas ocasiones, esta situación genera sufrimiento, ya sea porque no podemos estar con ellos debido a fallecimientos, distancias geográficas o conflictos en la comunicación.
Según explica la doctora Diana Cáceres, miembro de la Sociedad Chilena de Medicina Familiar (Sochimef), el denominado “síndrome de fin de año” o “fin de curso” se caracteriza por atravesar “una fase de tristeza e insatisfacción, donde existe una presión social por sentirse feliz, generando sentimientos de culpa".
"El cambio de año, desde una perspectiva cultural, nos insta a realizar cierres. No obstante, en cada cierre se efectúa un balance que motiva la reflexión, lo que puede provocar ansiedad y angustia", añade.
La especialista apunta a que durante la transición del final del año 2022 al inicio del 2023, "la ansiedad y la depresión aumentaron en un 25%, según datos de la OMS.
[Te puede interesar] Creación de Fiscalía Supraterritorial contra Crimen Organizado contará con $39.000 millones
Señales a tomar en cuenta
Según la doctora Cáceres, es importante prestar atención a señales que podrían indicar la presencia de un cuadro de estrés. Desde el punto de vista físico, señala que este puede manifestarse con dolores corporales inespecíficos, cefalea, palpitaciones, dolor abdominal, cambios en el apetito y, como consecuencia, en el peso, así como insomnio y fatiga.
Desde la perspectiva emocional, apunta la especialista, a menudo se observa "una tristeza excesiva, evaluación de logros frente a expectativas, comparaciones con otros. Manifestaciones de soledad y abandono, expresiones de vacío, angustia y dificultades para hacer frente a las demandas de los diferentes entornos".
¿Quiénes se ven más afectados? para el doctor Gabriel Fuentes, del Centro de salud Mental Comunitario de Los Cerros, "aunque no hay datos detallados, nuestra experiencia indica que las personas en situación de vulnerabilidad, aquellos con un nivel socioeconómico más bajo, desempleados, personas mayores que están solas y deben enfrentar las festividades con recursos limitados, o aquellos institucionalizados que están alejados de sus familias, son los más afectados".