Natalia González, experta UDI: “A la izquierda le debería enorgullecer este proyecto de Constitución”
Natalia González, comisionada experta de la UDI, ha sido una de las líderes de Chile Vamos en el proceso constitucional; no solo desde la parte técnica, sino que también en el debate político. De hecho, fue una de las primeras voces de la oposición que aseguró que votará a favor en el plebiscito del 17 de diciembre, argumentando que este texto que propone el Consejo Constitucional es mejor que la Constitución vigente.
En entrevista con El Desconcierto, la experta UDI destaca varios aspectos de la propuesta, a la vez que cuestiona al oficialismo por no respaldar el texto. “Me parece que la izquierda se está restando de una propuesta que no solo le debiera convocar, sino que también los debiera enorgullecer, por el trabajo que desplegaron”, asegura González.
Además, sobre la posibilidad de que la norma que consagra el derecho de “quien” está por nacer afecte el acceso del aborto en tres causales, la experta es enfática en plantear que es prácticamente “imposible” que bajo la nueva Constitución el TC cambie la interpretación o que se declare inconstitucional la legislación.
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— Desde la perspectiva de la derecha, ¿qué caracteriza a esta propuesta constitucional?
Más que desde la mirada de la derecha, yo creo que uno tiene que mirar este texto con perspectiva de país y futuro. Y en ese sentido creo que este texto es una buena combinación entre tradición constitucionalista y mejoras necesarias a nuestras instituciones públicas y privadas para abordar los desafíos del futuro. Me refiero a los cambios que introdujimos en los capítulos relacionados a la seguridad pública, en particular el Ministerio Público, la Defensoría de las Víctimas y la labor que se le otorga a las Fuerzas Armadas respecto de su colaboración en el control fronterizo.
A nivel institucional hay importantes mejoras para que nuestro sistema político sea más gobernable; con una Cámara de Diputados más pequeña y la reducción del tamaño de los distritos. Y esto último me parece importante, porque los electores vamos a tener una oferta de dos a seis diputados por distrito, menor a los ocho que hay hoy en día. Y eso lo que va a hacer es que cada candidato va a necesitar más votos para salir electo. Por lo tanto, nuestro Congreso va a tender a estar menos fragmentado que lo que está hoy. Si a eso tú además le sumas el umbral que pusimos a nivel nacional para que los partidos puedan acceder al Parlamento, tienes un conjunto de instituciones que mejoran su funcionamiento.
Creo que eso debiera ser suficiente motivo para que tanto derechas como izquierdas se sientan representadas en este texto.
—Usted dice tanto derechas como izquierdas, pero la izquierda ha sido bastante dura con el texto. De hecho, lo han catalogado excluyente ¿por qué genera esa reacción la propuesta?
Esas críticas me llaman la atención por varias razones. La primera es porque prácticamente el 50% del texto aprobado por la Comisión Experta es reconocible en el texto del Consejo Constitucional. Segundo, de las observaciones que hicimos los expertos en la etapa final de este proceso, más del 60% fueron plenamente acogidas y solamente 32 materias fueron a parar a la Comisión Mixta. Entonces, me parece un poco injusto desde esa perspectiva que se diga que es excluyente.
—También se ha dicho que es identitario.
Pero ¿qué es lo que quiere decir identitario? Identitario es que solamente refleja el sentir o el pensar de un colectivo determinado. Yo no podría catalogar de identitario que se consagren nuevos derechos sociales, la modernización del Estado, el reordenamiento del funcionamiento del Congreso, la nueva orgánica para el poder judicial, las nuevas reglas del Ministerio Público, junto a todas las libertades y derechos económicos que se establecen en este texto. Son las reglas de los países desarrollados.
Me llama la atención que la izquierda diga que esto es una agenda de derecha. Creo que nos están regalando una agenda y bienvenido el regalo. Pero me parece que se están restando de una propuesta que no solo los debiera convocar, sino que también los debiera enorgullecer por el trabajo que desplegaron. Y no solo hablo de los expertos, también los consejeros. Muchas propuestas que hicieron los consejeros oficialistas fueron recogidas en las enmiendas de unidad de propósito. Entonces, yo no logro comprender muy bien por qué la izquierda no se siente afín o parte de este texto, más allá de que puedan tener algunas críticas a algunos pasajes del texto como las podemos tener todos.
—Pero eso no ha sido solo un cuestionamiento de la izquierda. Matthei al anunciar su voto a favor aseguró sentir "frustración", ¿por qué no se logró ese acuerdo transversal que si existió en la primera etapa en la Comisión Experta?
Es que ese texto consensuado, del PC al Partido Republicano, fue un texto que no despertó ninguna adhesión ciudadana. Despertó adhesión en la academia, en los centros de estudios, en la élite. Pero si tú miras las encuestas, el único momento en que esa propuesta tiene una adhesión ciudadana más alta es cuando se eligen los consejeros, que fue el 7 de mayo. Este proceso partió con un pie atrás, más allá de los acuerdos transversales.
—¿Entonces ese texto no era tan transversal como se dijo?
Creo que ese texto no solo muestra consensos. También se guardaron silencios en temas en que ni ellos ni nosotros teníamos los votos para llenar algunos vacíos. Esos silencios fueron bien manifiestos en los plenos que tuvimos en la Comisión Experta. Y se dijo que esos silencios iban a llenarse en la etapa del Consejo Constitucional. Me refiero, por ejemplo, al control preventivo del Tribunal Constitucional o a la libertad de elección en salud y en materia previsional. En esos temas no es que haya habido un acuerdo para no decir nada, sino que más bien no nos pusimos de acuerdo hacia dónde avanzar. Y el Consejo Constitucional, que tenía una mayoría bastante clara, avanzó en esos temas donde habían vacíos.
—En la revisión de los expertos también se hicieron observaciones, pero no en conjunto, pese a que habían materias en que habían visiones similares, ¿por qué ahí tampoco se logró arribar a un acuerdo?
Si tu revisas las propuestas que se presentaron en esa etapa te vas a dar cuenta que la derecha ofreció otras redacciones a, por ejemplo, la norma del derecho a la vida de quien está por nacer y fue la izquierda la que no dio los votos para aprobarla. Tampoco dieron los votos para separar la regulación de la huelga de la negociación colectiva. Nosotros ofrecimos una redacción muy similar a la del texto experto original en materia de huelga, que incluso incorporaba un inciso que establecía mediante una ley de quórum calificado, y de iniciativa exclusiva del Presidente, que se podía legislar para tener la posibilidad de negociar con más de una empresa; lo que es una petición muy sentida de la izquierda y de los sindicatos en Chile. Esa enmienda la izquierda la rechazó. Ahí la interrogante que se abre es ¿por qué no las tomaron?
[caption id="attachment_875801" align="aligncenter" width="900"] Comisionada experta Natalia González en subcomisión de Sistema Politico, Reforma Constitucional y Forma de Estado. Agencia Uno[/caption]
—En la norma que menciona, sobre el derecho de quien está por nacer, el oficialismo aseguró que esa disposición, más la que dice que "niño es todo ser humano menor de 18 años" podría impedir el acceso al aborto en tres causales, y que la derecha no quiso negociar ese aspecto, ¿por qué no se accedió a esa petición?
Yo he escuchado ese argumento muchas veces y la verdad es que no lo logro comprender y me parece que es más bien una excusa. Digo esto porque esa definición de niño, que se entiende por niño toda persona menor de 18 años, es una definición que ya está incorporada en nuestro ordenamiento jurídico; está tomada textual de la Convención de Derechos del Niño, que Chile ya ratificó y que es texto vigente como tratado internacional ratificado por Chile. Que nosotros hubiéramos consagrado esa norma de los 18 años no altera en nada el ordenamiento vigente.
—Otra crítica que se ha planteado respecto al aborto en tres causales es que podría cambiar la interpretación del Tribunal Constitucional con la propuesta de nueva Constitución que ofrece el consejo, ¿es una posibilidad que ocurra esto?
Claro, se ha dicho que esto alteraría la posición futura del Tribunal Constitucional, porque al establecer que se protege la vida del "quien" está por nacer y no de un "que", se reconoce de alguna manera a una persona en la identificación del "quien". Pero ese argumento también es muy curioso, porque si se revisa el fallo del Tribunal Constitucional, a propósito de la ley de aborto en tres causales, el TC asume que hay un «ser objeto de protección». Tanto así que lo que se hace en el año 2017 es ponderar los derechos de la madre y del que está por nacer. Y si el Tribunal Constitucional utiliza ese lenguaje de protección del que está por nacer, es porque le atribuye una condición susceptible de protección y resguardo lo que no cambia si se le atribuye la condición de persona humana en formación. Porque en Chile no existen los derechos de las cosas ni de la naturaleza, ni de los objetos, existen los derechos de las personas y los resguardos previstos por la Constitución y la ley. Y lo que el Tribunal hizo en ese minuto fue ponderar y decir ‘no se puede forzar a la madre a situaciones que también vulneran sus propios derechos’.
—¿Y en caso de que cambiara la composición del TC, no hay una posibilidad de que cambie la interpretación y se ponga en riesgo el aborto en tres causales?
Pero si ves la Constitución que viene saliendo del Consejo Constitucional, te das cuenta de que se requieren tres cuartos de los miembros del Tribunal Constitucional para declarar inconstitucional una ley vigente. Bajo el nuevo texto, son once miembros del TC. Para cambiar la interpretación requerirías de ocho personas de corte conservador para declararla inconstitucional. Cuestión que es practicante imposible considerando la forma en que se designan a los miembros del TC, mecanismo en que actúa el Poder Judicial, el Poder Ejecutivo y tres quintos del Senado.
A mí me parece que más bien esa es una bandera que se levanta para alejar a un grupo de mujeres con la consigna de que se está retrocediendo en sus derechos cuando en realidad, con esta nueva Constitución no se altera en nada a sus derechos.
—Desde la perspectiva política ¿no hay riesgo de que fuerzas políticas usen el nuevo texto para arremeter contra esta legislación? Se lo pregunto porque el Partido Republicano, impulsores de la norma, ha dicho que bajo la actual Constitución ya es inconstitucional el aborto en tres causales.
Yo tengo la más absoluta seguridad que eso no va a pasar. Y lo digo porque el presidente del Partido Republicano, Arturo Squella, ya dijo que el aborto en tres causales no es un debate constitucional, sino que esa es una discusión que se tiene que dar en el Congreso. ¿Qué quiere decir eso? Que si el día de mañana el Congreso quiere revisar esa ley, ya sea para derogarla, para modificarla, para ampliarla o para acotar su alcance, eso es un debate legislativo, no constitucional. Eso lo dijo textual el presidente del Partido Republicano.
—¿Con esta propuesta no se podría avanzar en el aborto libre?
Diría que no sé si hoy sería abiertamente inconstitucional. Pero tampoco sé qué entendemos cuando hablamos de aborto libre. Porque si aborto libre es que vamos a sumar más causales o aumentar el plazo, bueno, eso a mí me parece que es factible de hacer en el marco de lo que se está aprobando.
Otra cosa es que migremos, como hacia el texto de la Convención Constitucional del año pasado, a una ley que garantiza el derecho de todas las mujeres a realizarse abortos sin límites de tiempo y sin condiciones. A mí parecer eso sí sería inconstitucional.
[caption id="attachment_875803" align="aligncenter" width="900"] De izquierda a derecha, comisionado Hernán Larraín, junto a la comisionada Natalia González. Agencia Uno[/caption]
—En la búsqueda de acuerdos, el oficialismo cuestionó duramente a Chile Vamos por el papel que jugaron en el proceso. En un momento se dijo que ChV tenía que ser el puente entre Republicanos y el oficialismo, ¿por qué esto no terminó siendo así?
Creo que eso es un calificativo errado. Yo nunca compartí que Chile Vamos debiese tener ese rol de puente o de bisagra. Esto lo digo porque si sumáramos los consejeros de la izquierda y de Chile Vamos no alcanzabas los tres quintos. Entonces, ¿cómo se podía pretender que Chile Vamos jugara un rol de puente o de bisagra si la verdad es que junto con el oficialismo no lograba aprobar absolutamente nada? A mí me parece que esa calificación de bisagra, puente, es una mala apelación.
Lo que sí hizo Chile Vamos, y que quizá no es un trabajo de público conocimiento, es que cuando entraron los consejeros republicanos y teniendo bastante afinidad en muchas ideas de ellos, estas se conversaron con mucha profundidad y con mucho rigor entre las derechas. Supimos entendernos y eso conllevó que se morigeraron muchos de los textos que después entraron como enmiendas. Pero eso no quiere decir que luego no hayamos intentado ponernos de acuerdo con los que piensan distinto. Eso se hizo. Y eso se expresó en las diferentes mesas que se establecieron a lo largo del proceso para tener entendimientos con la izquierda.
—El liderazgo de Republicanos ha sido cuestionado duramente. El oficialismo lo catalogó de “intransigente”, ¿cuál es su visión respecto al rol que cumplió el Partido Republicano?
Decir que Republicanos fue intransigente me parece una caricatura injusta. Yo tengo una buena valoración del liderazgo que ejerció el Partido Republicano y me gustaría destacar a la presidenta del Consejo Constitucional, Beatriz Hevia. A pesar de su juventud, ella fue una persona que mostró gran oficio y creo que tiene una proyección bien interesante en política. También es valorable el trabajo Carlos Frontaura, experto de Republicanos. Los mismo pasa con Jorge Barrera, que fue el asesor de los consejeros republicanos. Todos ellos mostraron siempre mucha disposición al diálogo, apertura en las redacciones.
Entonces, yo creo que ellos tuvieron una conducción responsable. Fueron fieles a sus convicciones, pero eso no los transforma en personas intransigentes. Yo fui testigo de cómo estuvieron dispuestos a flexibilizarse en las comisiones donde a mí me tocó trabajar. También fui testigo de cómo muchos consejeros republicanos que tienen un pasado militar fueron muy receptivos, por ejemplo, en las aprehensiones de la izquierda respecto al reconocimiento de los pueblos indígenas en esta constitución. El trato de la presidenta, además, siempre fue ecuánime y respetuoso. Entonces decir que el Partido Republicano pecó de intransigencia o de irresponsabilidad, me parece injusto.