Subsecretaria Albagli: “La salud mental ha sido un desafío en materia de salud pública”
Dentro de la Encuesta Nacional de Salud y Sexualidad y Género (Enssex) 2022-2023, levantada desde el Ministerio de Salud a 25 años desde su última realización, se trataron importantes temáticas relacionadas con la salud mental y la sexualidad.
Su primera entrega, enmarcada en el Día Mundial de la Salud Mental, abordó importantes materias como educación, autocuidado, acoso y todos los efectos que estos índices pueden tener en la salud mental de la población.
A partir de estos resultados, y en línea con la agenda de gobierno del Presidente Gabriel Boric, es que desde el Ejecutivo se presentará un proyecto de ley de Salud Mental Integral. Para estos fines ya se están realizando diálogos ciudadanos para que voces transversales, de expertos y de la ciudadanía, estén consideradas en el plan.
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En conversación con El Desconcierto, la subsecretaria de Salud Pública, Andrea Albagli, adelantó que esperan poder presentar el proyecto de ley ante el Congreso durante el último trimestre de este año.
-Sobre el proyecto de ley de salud mental integral, ¿Cómo va el proceso de los diálogos ciudadanos?
Súper bien, estamos muy contentos con eso. Ya se han realizado 24 diálogos a la fecha, y dentro de esos 18 diálogos fueron regionales, es decir, por nuestras seremías regionales y ministeriales de salud, que organizaron los diálogos ciudadanos con sus equipos de salud mental y de promoción de la salud.
Tenemos una representación en esos diálogos de aproximadamente un 55% de todas las comunas del país con un total de 2.200 personas que participaron. Hay representación de personas migrantes, de personas de diversidad sexogenérica, de personas con discapacidad, de personas de zonas rurales, de distintas agrupaciones de la sociedad civil, tanto relacionadas directamente a la materia de salud mental como no, juntas de vecinos, clubes deportivos, etc. Así que tenemos, primero, una gran representatividad y ahora hemos continuado con los diálogos con el apoyo del Banco Interamericano del Desarrollo, diálogos que son en poblaciones específicas cuya experiencia nos importa de manera particular.
-¿Y cómo se organizan?
En eso hay tres grupos; adolescentes y jóvenes, expertos por formación -que quiere decir personas expertas dado que se han formado profesionalmente como psicólogos, psicólogas, trabajadores sociales, psiquiatras, médicos, y profesionales que se han dedicado a la salud mental-, y también, muy importante, expertos por experiencia. De hecho, se está desarrollando un diálogo en Valparaíso con expertos por experiencia y quiere decir que son personas que han tenido la experiencia de haber tenido un trastorno de salud mental, por el cual han interactuado con nuestros servicios de salud, y por eso nos importa particularmente cómo fue esa experiencia y cómo a través de una regulación podemos mejorar esa experiencia en términos de calidad de la atención y resguardo de sus derechos.
Entonces estamos muy contentos. Ya vamos como con más de 2.400 personas en total en los distintos tipos de diálogo que les estoy describiendo, y esto lo que va a permitir es poder insumar un proyecto de ley integral de salud mental que pueda, justamente, regular la atención a la salud mental, pero también la forma en que podemos proteger la salud mental en otros espacios de la convivencia cotidiana, ya sea en la escuela, en el trabajo, y también en otros espacios de convivencia, como hablábamos, de la calle. O sea, cómo todos los actores pueden aportar desde los distintos sectores a una agenda intersectorial para la protección de la salud mental.
Todas las visiones van a ser capturadas en el proyecto de ley que queremos poder presentar al Congreso durante el último trimestre de este año.
-Y desde el Ministerio de Salud, desde el gobierno, ¿cómo ven el escenario respecto a la salud mental de la población? ¿Cuál es el diagnóstico?
La salud mental ha sido un desafío en materia de salud pública ya de hace tiempo. Tenemos cifras previas al primer estudio que se hizo de cargas de enfermedades en el país, que ya arrojaba que la salud mental, como conjunto de condiciones de salud, explica un gran porcentaje de la carga de enfermedad.
Entonces, este es un desafío que tenemos hace ya un tiempo. No es nuevo en Chile, pero es importante destacar que con la pandemia este desafío de salud pública se ha agudizado, porque una de las cosas que ha ocurrido, y no solo en Chile, sino que a nivel internacional, es que se ha acentuado la brecha de acceso a salud mental. Esto quiere decir que, de todas las personas que requieren un tratamiento de salud mental, hay muchas personas que no logran acceder.
Eso se agudizó porque aumentó la cantidad de personas en necesidad de tratamiento de salud mental, al mismo tiempo que disminuyó el contacto con los servicios de salud porque los servicios estaban 100% abocados al manejo del Covid-19.
Entonces, hoy día estamos en un momento de reactivación de la red, porque sabemos que tenemos un problema que si bien no es nuevo, sí se ha agudizado y por eso estamos reforzando nuestra red de salud y también pensando en transformar este desafío de salud pública en una oportunidad para poder potenciar la ley integral de salud mental.
-¿De qué forma aportan encuestas como la Enssex, en sus palabras, para trabajar en pos de hacerse cargo de la salud mental del país?
La Enssex nos entrega información que no teníamos antes. Si no conocemos el estado de salud de la población, y no solo el estado de salud, sino que sus determinantes, es decir, qué lo explica, tenemos poca información para poder diseñar políticas públicas que nos permitan dar respuesta a esas necesidades de la población. Entonces, es difícil poder plantear políticas públicas pertinentes en manejo de la prevención de infecciones de transmisión sexual, por ejemplo, si es que no conocemos de qué modo las personas se cuidan o no se protegen al momento de tener un encuentro sexual.
Entonces, esa es la información que nos entrega la Encuesta Nacional de Salud Sexual. Por ejemplo, tampoco teníamos cifras sobre depresión postparto ni acceso a tratamiento de depresión postparto. Por ende, esto nos visibiliza la magnitud de problemas públicos para poder priorizar la respuesta a través de las cuales lo podemos atender y también el diseño fino de cómo se diseñan esas políticas públicas según, cómo se está manifestando actualmente en la sociedad.