No es una fuente de energía: Cosas que tal vez no sabías del hidrógeno verde

No es una fuente de energía: Cosas que tal vez no sabías del hidrógeno verde

Por: María del Mar Parra | 24.09.2023
Se necesita energía renovable y agua de mar para producirlo y puede propulsar el motor eléctrico de un vehículo, pero exige una costosa inversión en estaciones de carga especializadas. Estas son algunas de las claves para entender el hidrógeno verde, del cual Chile quiere ser productor.

Chile tiene una estrategia para crear una industria nacional de producción de hidrógeno verde, para uso nacional y exportación. Pero para muchas personas aún no es fácil entender qué es realmente este elemento que se quiere producir.

El ingeniero de la Universidad de Concepción, Andrés Escalona Insunza se está doctorando en aplicaciones del hidrógeno verde en la industria, y habló con el Desconcierto para responder las principales dudas sobre el hidrógeno verde (h2v).

No es fuente primaria de energía

Algo que pocas personas conocen, es que el hidrógeno verde no es una fuente primaria de energía. Se trata de un elemento que está presente en el agua y en los combustibles fósiles como el carbón o el gas natural, y que para extraerlo es necesario someterlo a un proceso que requiere energía de una fuente primaria, renovable o fósil.

El hidrógeno verde es el hidrógeno obtenido utilizando una fuente de energía renovable. En sus características es exactamente igual que el extraído por fuentes fósiles, por lo que el apellido “verde” solo refiere a cómo fue obtenido y no a su composición o esencia.

El hidrógeno verde que pretende producir el país, se obtendría generalmente usando agua de mar, según explica Escalona.

“Esa agua es usada para separar la molécula de hidrógeno de la de oxígeno, entonces esa agua no vuelve al mar. Si reemplazamos todo por hidrógeno podría tener un impacto significativo en el consumo de agua y eso es algo que aún está en estudio porque es una tecnología en etapa inicial”, afirma.

¿Para qué sirve?

Una vez extraído, el hidrógeno puro puede utilizarse como combustible para propulsar vehículos a energía eléctrica, y para procesos industriales a gran escala.

“De lo que más se está hablando es de su uso para electromovilidad, pero se sabe que a nivel mundial la industria manufacturera es la mayor consumidora de energía. A escala industrial el hidrógeno verde puede tener un rol más importante en la descarbonización de procesos altamente contaminantes”, comenta el investigador.

¿Cómo funciona un vehículo a hidrógeno?

Los vehículos de hidrógeno verde funcionan utilizando celdas de combustible que se llenan con hidrógeno en forma de gas y dentro de las cuales ocurre un proceso electroquímico que genera energía para propulsar un motor eléctrico. El proceso no emite gases contaminantes sino solamente vapor de agua y calor.

Su uso es similar a un auto eléctrico con la diferencia de que, en vez de cargarlo en un punto de conexión, se carga inyectándole gas de h2v y el proceso de carga puede ser mucho más rápido, incluso durando 15 minutos.

¿Cuáles son los obstáculos?

Aunque se habla cada vez más de h2v en el mundo, su aplicación todavía está iniciando y se han conocido noticias de países como Alemania, que invirtieron en comprar trenes a hidrógeno verde y los dejaron de usar por lo costoso que es disponer de la infraestructura para cargarlos.

El hidrógeno es un gas muy liviano que no se puede almacenar en un estanque normal, sino que requiere mucha presión para almacenarlo, usando compresores robustos. Se necesita instalar entonces estaciones de carga especializadas en todo el país para que se pueda usar masivamente, y eso tiene un costo alto, según comenta el especialista.

Las celdas de combustible además son fabricadas usando tierras raras como el litio, cuya extracción también ha generado conflictos socioambientales en los lugares de Chile donde se extraen estos elementos.

Por último, para habilitar el país como polo de desarrollo de hidrógeno verde, se están instalando grandes cantidades de parques eólicos y solares, a veces concentrados en un solo territorio, como sucede en la región de Magallanes, lo que también genera un impacto territorial importante a considerar.

“Hay que ver la información sobre este tema con una mirada muy crítica porque la mayoría de las veces los proyectos no son ni tan malos como dicen algunos ni tan maravillosos como prometen otros. Se trata de una tecnología en una etapa muy inicial y de la que recién estamos aprendiendo y analizando su implementación y los costos e impactos que genera”, reflexiona Escalona.

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