¿Pasará agosto el proceso constituyente?

¿Pasará agosto el proceso constituyente?

Por: Antonia Urrutia y Diego Díaz | 22.08.2023
Es necesario saber si en las circunstancias actuales hay capacidad de arribar a un acuerdo satisfactorio entre las distintas fuerzas políticas. También, desde el oficialismo hay que sincerar prontamente cuál es la posibilidad de que se sienten todas las fuerzas políticas a negociar y ocurra un acuerdo de estas características. El panorama debería clarificarse lo antes posible; si no se da durante este mes, dados los tiempos extremadamente breves de este proceso, es posible que el proceso constituyente no pase agosto.

“Pasar agosto”: Según el dicho popular, cuando superamos este frío mes de los gatos, superamos también el miedo a enfermarnos, y podemos esperar tranquilos la primavera y un año más de vida. Así, el final de agosto marca un punto de inflexión. De la misma manera, este mes implicará importantes definiciones en el Consejo Constitucional y, por ende, para la salud del proceso constituyente.

Durante las próximas semanas los consejeros constitucionales discutirán alrededor de 1.069 enmiendas (de las cuales aproximadamente el 84% fueron presentadas por Chile Vamos y el Partido Republicano), además de 30 iniciativas populares de norma.

De esas 1.069 enmiendas, sabemos que muchas representan una amenaza importante, no solo para la posibilidad de que este país pueda avanzar efectivamente en las demandas sociales anheladas por décadas, sino que también de un retroceso en aquello que sí se ha avanzado. Pase lo que pase, irá tomando su forma final el texto que el Consejo presentará a la ciudadanía el 7 de noviembre.

El 17 de diciembre, en solo cuatro meses, nuevamente seremos convocados a las urnas para que el pueblo de Chile decida sobre el futuro constitucional de este país. Además, ese día a las fuerzas oficialistas nos tocará nuevamente enfrentar una elección en la mitad de nuestro gobierno; indudablemente, cualquiera sea nuestra postura frente a ésta votación, es indispensable, urgente y prioritario que salgamos ganadores. Por esto mismo, a menos de tres meses del inicio formal de la campaña, es necesario poner ojo y pestaña en lo que sucede en el Consejo Constitucional, y que le demos urgencia a la deliberación sobre qué camino tomar en diciembre (y después de diciembre, también).

Esperamos que el proceso constituyente pueda pasar agosto: que efectivamente se respeten las 12 bases acordadas (entre ellas, que Chile sea efectivamente un Estado social y democrático de derecho), que el sistema político propuesto fortalezca la democracia chilena (dándole viabilidad a los cambios sociales), y que en ningún caso haya un retroceso en materias de derechos fundamentales. Pero como no cualquier texto constitucional es aceptable, dadas las condiciones actuales, el éxito del proceso dependerá, principalmente, de que las fuerzas que controlan políticamente el Consejo Constitucional tengan una real disposición de llegar a un acuerdo.

Sabemos que, técnicamente, las bancadas de derecha no necesitan votos del oficialismo para la aprobación de normas, y el oficialismo requeriría muchos votos de la derecha para aprobar una de sus normas. Sin embargo, para una Constitución no basta el conteo matemático de votos dentro del Consejo: la derecha no puede pretender que se llame a aprobar un futuro texto constitucional que no plasme ideas de las fuerzas progresistas y los amplios sectores de la población que éstas representan.

Por esto, independiente de la cantidad de votos estrictamente necesarios para su aprobación en el Consejo, las normas constitucionales, para ser realmente legítimas, deberían ser aprobadas por todo el espectro político presente en el Consejo.

Es necesario saber si en las circunstancias actuales hay capacidad de arribar a un acuerdo satisfactorio entre las distintas fuerzas políticas. También, desde el oficialismo hay que sincerar prontamente cuál es la posibilidad de que se sienten todas las fuerzas políticas a negociar y ocurra un acuerdo de estas características. El panorama debería clarificarse lo antes posible; si no se da durante este mes, dados los tiempos extremadamente breves de este proceso, es posible que el proceso constituyente no pase agosto.

Y esto lo decimos porque una deliberación como esta es base fundamental para la decisión respecto a qué haremos las fuerzas progresistas en noviembre y diciembre. Es una decisión que va a requerir considerar y ponderar las consecuencias de ambas decisiones, exigiendo que tengamos propuestas de qué hacer después del plebiscito. Pero dada la urgencia y necesidad de una victoria electoral en diciembre, y lo cercana que está esa fecha, es una decisión que no se puede postergar indefinidamente. Por eso, este mes será determinante para la salud del proceso constituyente.