VIDEO| Fernanda Urrejola, Francisca Alegría y una ecofábula contra el pensamiento especista
Miles de peces mueren en un río contaminado en el sur de Chile. Vacas, abejas aparecen, también, sin vida de forma inexplicable. “La muerta se avecina, nuestro fin pronto llega”, canta una suave voz casi como una premonición.
Desde las aguas llenas de mortandad emerge Magdalena- interpretada por Mía Maestro-, una mujer fallecida que remece la vida de su esposo -Alfredo Castro - y provoca que su hija -Leonor Varela- tenga que replantear su vida y volver a su pueblo en medio de lo que parece ser una verdadera matanza de animales.
Así parte la primera película de Francisca Alegría, con guion de Fernanda Urrejola y Manuela Infante, “La vaca que cantó una canción hacia el futuro”, que se estrenó la semana pasada en nuestro país tras ser exhibida el 2022 en el prestigioso Festival de Sundance donde fue denominada como una ecofábula por sus elementos de realismo mágico en medio de la catástrofe medioambiental.
Alegría y Urrejola conversaron con El Desconcierto sobre el proceso creativo tras el guion, como es trabajar con animales, historias de la vaca actriz Leonor y Leonor Varela, y de lo que es el gran tema de la película: una invitación a repensar la relación del ser humano con la naturaleza, no como agentes separados, sino como un todo.
Temas a los que la cinta arriba invitando al espectador a conectar desde lo intuitivo más allá de la racionalidad. "Es un anhelo que tenemos para nuestras vidas, y eso permea toda la película, llevamos mucho tiempo desarrollando una sola parte de la inteligencia humana, lo racional, pero nos hemos desconectado de todo lo otro, que es la parte más sensorial y emocional", afirma Urrejola.
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Proceso Creativo
-¿Cómo fue el proceso creativo tras la escritura de guión?
Francisca Alegría: Empecé a escribir el guion sola hace muchos años atrás y llegó un momento en que necesité una coguionista o alguien que con quien pudiese abrir un poco más la historia. Es un relato que siempre vino de imágenes o elementos como medios desorganizados, donde no había una historia en específico, sino más bien había símbolos o imágenes desde el subconsciente que queríamos contar y ahí fue cuando me contacté con la dramaturga Manuela Infante y con ella hicimos un trabajo de un año de co-escritura. Así llegamos a cimentar ciertos elementos como, por ejemplo, la madre que vuelve, esta madre muerta que no es tan solo un fantasma, sino que está 100% conectada con la Madre Tierra. Luego, volví a trabajar sola un tiempo, y ahí conocí a la Fernanda empezamos a trabajar juntas muy orgánicamente. Ella leyó el guion, le gustó mucho. O al menos, eso me dijo (risas).
Fernanda Urrejola: Lo sentí muy cercano, tenía muchos elementos de cosas que también había escrito. Le di un feedback y la Fran estaba feliz con eso y terminó invitándome a colaborar con ella. Al principio, la verdad, como que tuve un poco de susto. Dije chuta guionista profesional no soy, pero luego me relajé, me entregué y tuvimos una colaboración de tres años en este guión. La Fer entro a darle más dimensión psicológica y emocional a los personajes entramos mucho más en el detalle. Reestructuramos también, uno se da mil vueltas de carnero escribiendo un guión.
Contra las jerarquías
-La película está muy conectada con lo que sucede con el cambio climático y la muerte masiva de animales ¿Qué las inspiró desde ahí?
FA: La presencia de los animales siempre fue parte del guion. A medida que pasaban los años, en el proceso de escritura, nos tocó ver y leer muchas noticias de muertes masivas de animales y eso a mí me impactó mucho. Esas voces eran muy amplificadas como para que nosotros no estuviéramos escuchando. Entonces, empezamos a leer un poco más sobre lo que pasaba en Chile, lo que pasaba en otros países. Por eso incluimos no solamente la muerte de unos pocos animales, tenía que ser algo casi como una masacre para alertarnos. Vemos distintos tipos de animales muriendo peces, vacas, abejas, que es lo que estamos viviendo. A pesar de estas alertas, pareciera que nosotros seguimos el mismo ritmo y no modificamos nada nuestras vidas incluso con ese nivel de matanza. Nos pareció urgente y lo sentimos entre desolador, pero también como que más tiene que pasar para que nosotros pongamos atención.
-Otro tema que sobrevuela la película es como el desastre medioambiental afecta nuestra propia vida ¿Cómo lo retrataron?
FA: Quisimos desde un principio olvidar esta idea de la jerarquía, en la que está el ser humano está separado, y por sobre los animales y las plantas, como si nosotros fuéramos más importantes. Entonces, pusimos todo en un mismo plano, no es más importante la historia del drama familiar, que el drama que están viviendo los animales a su alrededor. Pero también fue una práctica que hicimos en el set, las actrices vacas son mamíferas que tienen toda una vida, emociones y tenían que ser tratadas igual que las actrices humanas. Digamos que llevamos este comportamiento de relación con nuestro entorno a un nivel de cariño y de respeto, independiente de que a quien tengamos al frente.
Trabajar con animales
-¿Cómo fue el proceso de trabajar con animales que tienen un gran protagonismo dentro de la película?
FU: Me siento como muy orgullosa del proceso de esta película en general. Ir a grabar a la región de Los Ríos, incorporar gente de allá. Parte importante del equipo era de Valdivia. Para muchas personas era su primera película, o contaba con muy poca experiencia. Hubo un trato paritario dentro de la grabación. Y con respecto a los animales, nosotros llegamos a un lugar y pedíamos permiso a los espíritus, elementales, animales, plantas. Tratando de ser lo más respetuosos posible. Además, teníamos mucho cuidado con todos los residuos y desperdicios extras. Ser consciente de reciclar las mismas cosas que ocupábamos en el rodaje. Y el cuidado de los animales fue igual. Había una persona encargada de cuidar a los animales, había dos veterinarios en el set. Manipulamos a los animales lo menos posible. Fue bonita esa experiencia y saber que nadie salió afectado. Hay una imagen super fuerte en la película de una vaca que está muerta y murió naturalmente. Fue un triste milagro para el final de la película que aprovechamos de grabar.
FA: Una anécdota: Nosotros tenemos una vaca protagonista, que su número era 222, y don Sergio que es nuestro animal handler – encargado de los animales – le puso Leonor. Entonces teníamos a Leonor Varela y a Leonor Vaca, que era la protagonista de las vacas.