La decadencia de los medios tradicionales
En su cuenta al Congreso el presidente Gabriel Boric declaró que, a 50 años del golpe de Estado, es fundamental reafirmar el compromiso con la defensa de la democracia y los derechos humanos. Recientemente enfatizó el llamado, señalando “convengamos todas las fuerzas políticas que los problemas de la democracia se solucionan con más democracia, por tanto un golpe de Estado es inaceptable", agregando que "nada justifica la violación de los derechos humanos de quienes piensan distinto, ni de nadie”.
Pero en un reciente episodio de “Estado Nacional”, que versó sobre los 50 años del Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, se ha trasgredido el más elemental fundamento del periodismo: la verdad. Un señor Valdivieso, dueño de la encuestadora Criteria, le atribuyó al presidente una falsedad y luego se hizo girar todo el programa en torna a ella. Se usó, por cierto, para denostar al presidente Boric y desvirtuar su llamado a mirar el futuro con convicciones libertarias.
Valdivieso dijo que el presidente había llamado a los partidos a coincidir en una interpretación única de las causas del golpe militar, lo que obviamente es falso. La periodista Santa María, como a veces le sucede, no fue capaz de rectificar al comentarista, tal vez no estuviera informada de las reales declaraciones del presidente, pero lo concreto es que validó tal erróneo contexto del debate.
Las interpretaciones son meras opiniones, pueden tener mejores o peores fundamentos, ciertamente admiten amplia diversidad. Imagine un accidente, un médico lo ve a su manera, un carabinero a la suya, un pariente del atropellado la propia y varias otras más son posibles. Nadie puede pretender interpretaciones uniformes ni de hechos ni de la historia, eso contraría el libre albedrío de los seres humanos y sus posibilidades de sostener sus legítimas interpretaciones e incluso modificarlas en el tiempo. Los hechos, en cambio, no son modificables.
Los hechos, o afirmaciones, se mueven en el espacio de lo verdadero o falso, son verificables empíricamente y nadie puede, en su sano juicio, estar en desacuerdo. Que el atropellado murió, murió, hecho indiscutible. De ahí la famosa frase “la verdad está en los hechos”. Las palabras que dijo, o no dijo, Gabriel Boric son un hecho. Dijo exactamente lo que dijo, hay evidencia pública.
Valdivieso desde su intencionalidad política, tergiversó nada menos que al presidente de la República y le atribuyó falsamente dichos que quiso instalar como verdad. Desde allí, todos los panelistas corearon sus críticas al presidente y al gobierno manifestándose en desacuerdo con “ese llamado”.
El diputado Ricardo Cifuentes (DC) si bien no aclaró la verdad de los dichos del presidente, siendo un político, no un periodista o encuestólogo, puso el punto sobre las íes. Declaró que esperaba que exista, a 50 años del golpe de Estado, unanimidad del mundo político sobre que no es posible resolver los problemas de la convivencia con golpes de Estado (rechazar claramente el mecanismo, señaló) ni validar en modo alguno la violación de los derechos humanos. Tal cual lo ha planteado el presidente y su gobierno, así como las fuerzas de izquierda y progresistas.
Esto es lo que la derecha se niega a asumir: el rechazo a la violencia como mecanismo de resolución de controversias políticas y lo no relativización de la violación de los derechos humanos. Y lo encubren manipulando los hechos.
El viernes 29, TVN dio cobertura a un pronunciamiento de la Contraloría en el cual declaró ilegal 29 convenios de 34 evaluados, que sumados corresponderían a la suma de $13 mil millones de pesos. En la nota de prensa no se dijo nada acerca de qué convenios se trataba ni se indicó a los responsables.
Además, en la noticia, utilizaron imágenes y dichos que nada tienen que ver con esa resolución de la Contraloría, como por ejemplo al ministro Carlos Montes dando explicaciones, y a la subsecretaria Andrea Gutiérrez renunciando como consecuencia, para concluir con una ácida crítica al gobierno por parte de diversos políticos de derecha.
Nada informa de la verdad. De los 34 convenios 4 corresponden a Corfo, y están retirados en normalidad y 1 al Gobierno regional de Los Lagos en proceso de toma de razón. De los 29 que fueron declarados ilegales algunos corresponden a las Gobernaciones regionales de Arica y Parinacota, Coquimbo, O´Higgins y Ñuble. Pero hay 22 convenios ilegales que corresponden a la Gobernación de Los Lagos, encabezada por Patricio Vallespín, histórico militante demócrata cristiano.
Después un senador “polilla” pisó el palito, preguntado por estos 29 convenios ilegales, dijo que le daba vergüenza el “gobierno”. Se refería, tal vez, ¿al gobierno del presidente Frei? Nadie del Frente Amplio ni de Apruebo Dignidad involucrado. Esto no rebaja la gravedad de los ilícitos o errores que militantes de estas tiendas hayan cometido en otros casos.
Lo expuesto es sólo para demostrar el bajo nivel en que han caído los medios de comunicaciones, casi todos controlados por la oposición y empresarios de derecha. Bajo nivel periodístico, manipulación recurrente de los hechos y comprometido sesgo opositor.
Y en particular, algo huele mal en TVN, más aún cuando se publicita como “el canal de todos”. Es paradojal que, a un debate sobre el Golpe de Estado, no se invitara a nadie de izquierda, quienes fueron los principales afectados y que, a comentar sobre su nota de prensa, no se invitara a nadie partidario del Gobierno, que pudiera decir la verdad sobre los dichos del presidente Boric. TVN requiere un cambio de rumbo.