La UDI los quieres a todos pobres
El problema del presidente de la UDI está en su casa, no en La Moneda.
Cuando José Piñera diseñó un sistema de ahorro obligatorio que lo vistió de modelo previsional, sabía perfectamente que estaba condenando a millones de personas a vivir en la miseria al llegar a la edad que normalmente se debe jubilar.
Durante décadas, millones de personas han tenido que vivir en condiciones paupérrimas para sostener un proyecto que constituye un ataque a la dignidad de los chilenos. Desde la calle, de manera constante, se denuncia las condiciones de precariedad de personas mayores que entregaron su vida para construir familia, hace sus casas y vivir.
El modelo neoliberal los castiga constantemente. Ese que defiende la derecha y los herederos del pinochetismo, que la concertación y el actual le está salvando la vida. Millones transitan con las manos arriba en un asalto permanente que hace a los grupos económicos más ricos de lo que ya son.
No se trató de que en los años ochenta la dictadura, en un arranque de generosidad, se compadeció de la miseria y de los pobres que estaban generando. Recordemos que los militares NO fueron incluidos en el sistema de AFP y hasta los tiempos actuales mantienes sus propias cajas previsionales. Con la anuencia de la concertación gozan de privilegios que confirman aquello. Frente a la ley no existe igualdad.
La desigualdad es un ataque a la dignidad. La desigualdad tiene su origen en la pobreza, pero cuidado, la miseria también en su recorrido puede alterar la paz social, asunto que ha marcado hitos históricos hasta hoy recordados.
Precarios son los argumentos de la UDI/Republicanos para negarse a debatir un nuevo sistema de pensiones. NO les interesa. Su preocupación fundamental es la defensa de la AFP, de sus mecenas, finalmente de la herencia del pinochetismo.
La defensa del sistema es absoluta. Nada puede ser cambiado en favor de los obligados cotizantes, eso posiblemente haría que los pobres en algún detalle alteren su condición de miseria. Es en la pobreza donde se bañan los empresarios, banqueros, grupos económicos y jugadores compulsivos de la bolsa.
La derecha defiende que el 6% vaya a los fondos individuales. No logra comprender que la seguridad social debe considerar a los que por algún motivo, por crisis o pandemia, generen lagunas previsionales. Ese es un asunto personal proclaman los mercaderes. Los asuntos son así, esas son las reglas del mercado.
Quieren mantener el sistema de AFP y agregarle ese 6% más para aumentar la riqueza de los que administran el modelo. La derecha tiene un doble discurso. Levantan la voz gritando que los fondos son propiedad del ahorrante, pero para hacer uso del 10% hubo que hacer un cambio en la constitución de la dictadura, que se otorgó el privilegio de administrar lo que no es de su propiedad.
Cuando se enferma un hijo es usualmente una mujer la que se queda al cuidado, lo mismo cuando otro integrante del grupo familiar enfrenta algún problema. Por su parte las Isapres, creadas por los alfiles de la dictadura, siguen los preceptos de quienes se han convertidos en verdaderos negreros y traficantes de la vida.
Y allí están los que financian campañas parlamentarias. Todo un andamiaje que atenta e insulta diariamente la dignidad de millones de chilenos. Antes que todo están los beneficios, el sometimiento a millones bajo las cadenas de un modelo que apura alterarlo a como de lugar.
Los de arriba no escuchan grita Luis Mesina y es verdad irrefutable. Años que entre las poltronas se habla de un nuevo sistema de pensiones. Y de tarde en tarde se alcanza una migaja que cae de la mesa del reparto abusivo y misero.
Chile necesita empezar a dar pasos más sustantivos.
Hay que comenzar a sopesar alternativas de presión que obliguen a entregar respuestas no de largo plazo. Las demandas son para ahora, el mañana ya se habrá llevado a los viejos.
La precariedad y miseria de la derecha ha demostrado que NO son capaces de proponer nada que posibilite dar un rostro más humano a millones de personas. Se espera entonces que se forje un golpe de timón, un enojo chiquito aunque sea, una rabieta para colocar en orden el precario y entregado sistema político chileno.
Un asunto no menor es que los ricos, los grupos económicos, los patrones, no son patriotas. Eso son puras gárgaras. En el ranking de Forbes hay varios chilenos entre los más millonarios del planeta. Sería interesante conocer cómo se hacen ricos los más ricos. Sencillamente debe existir un truco que lo posibilite.
Cuidado las cartas están lanzadas. No lloren después.