Fecas de ratones en las camas, ventanas cerradas todo el año y veneno en los jardines: estas son algunas de las medidas que han debido tomar vecinas y vecinos del barrio Concilio Vaticano II de San Ramón, que según relatan han pasado dos años conviviendo con una plaga de ratones.

El momento de mayor alerta sucedió en el 2021, cuando un vecino logró matar y fotografiar a uno de los animales, que era tan grande como un coipo. Desde el barrio, habitado por 480 familias, temen que la construcción de un nuevo edificio en la esquina de Vespucio con Santa Rosa, avive aún más la plaga al ahuyentar a las ratas que habiten en el espacio ahora vacío.

El edificio a construir es parte del programa de Integración Social y Territorial del Ministerio de Vivienda, que se ofrece a familias con apoyo del estado en barrios bien localizados, con acceso cercano a servicios, equipamiento y áreas verdes.

Aunque la inmobiliaria ha financiado desratizaciones, las y los vecinos denuncian que acudieron desde el inicio del problema al municipio y a la Seremi de Salud sin obtener una respuesta concreta.

La representante de la Junta de Vecinos del barrio, María Lopez, vive en uno de los 240 departamentos que quedan en el primer piso y que sufren la plaga de ratones. Según cuenta, una vez apareció un ratón en su casa y uno de sus vecinos lo mató con una pequeña escopeta de perdigones que usaba para cazar. Otra vez, fue su perrita la que atrapó al ratón, regando la sangre del animal por su comedor.

Ha encontrado frecuentemente fecas de ratones en las camas de las habitaciones que usa menos, y aunque no puede poner veneno porque tiene una mascota, instaló un aparato que emite una frecuencia de sonido que ahuyenta a las ratas. “Esas son mis historias, y si le va a preguntar, cada vecino tiene las suyas”, señala.

También cuenta que una perrita del barrio falleció luego de cazar uno de los ratones, que estaba envenenado. Ni las y los vecinos ni la inmobiliaria conocen a ciencia cierta qué especie de ratón es la que está generando la situación, ni qué riesgos sanitarios conlleva.

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