Javiera Toro, ministra de Bienes Nacionales, tiene un vínculo importante con el quebrantamiento de la democracia vía golpe de Estado el año 73, tema en el que profundiza como nieta de la histórica activista por los derechos humanos, Alicia Vega, ad portas de la conmemoración de las cinco décadas de esta dolorosa efeméride para nuestro país.

"Cuando hablamos de los 50 años, que evidentemente es una fecha emblemática, donde como gobierno y también como Estado, en su conjunto, tenemos una responsabilidad de marcar una posición en el sentido de que nunca es aceptable un golpe Estado o un quiebre democrático como manera de enfrentar diferencias políticas, el Presidente lo señaló en su Cuenta Pública, cuando dijo que esperamos que de aquí a septiembre todos separen (los hechos), porque esto no es patrimonio de un sector político, sino tiene que ser del conjunto de la sociedad", asegura apelando a que se asuma que lo sucedido en el país, no es aceptable bajo ninguna circunstancia.

Para la secretaria de Estado, "la democracia finalmente es una manera de asegurar que todas y todos podamos desarrollar nuestros proyectos personales y colectivos, que las actuales y futuras generaciones tengan condiciones democráticas y libertad para poder escribir su propio futuro".

"Y una de las dimensiones relevantes tiene que ver con la memoria, hay otros ministerios que tienen que ver con otros temas, como de justicia, pero cuando hablamos de memoria, como Ministerio de Bienes Nacionales contribuimos a visibilizar la memoria (no sólo) en el territorio, sino a lo largo de algunos lugares emblemáticos, a lo largo de todo el país. Y por eso nos hemos propuesto durante nuestro mandato, poder entregar la administración de al menos un sitio de memoria por región", sincera luego.

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¿Cuánto se ha evolucionado en este ámbito? "Ya hemos tenido algunos avances importantes durante nuestra gestión, como en Valparaíso la entrega de la concesión de la Comisaría Barón, en Antofagasta modificamos la destinación de carabineros del cuartel La Providencia y entregamos la administración del sitio de memoria a la agrupación de derechos humanos. Hace poco también estuvimos en el exbalneario Rocas de Santo Domingo, que también era parte del patrimonio de afectación fiscal del Ejército y lo hemos entregado a la administración de la agrupación de memoria para el establecimiento de un sitio de memoria y escuela de derechos humanos", detalla Toro.

"El respeto de los derechos humanos es la base de la democracia"

Siguiendo con su desglose, recalca que de esta manera se han dado pasos relevantes en distintas direcciones. "Y esperamos seguir trabajando en ese sentido. Ese compromiso que tenemos con la memoria implica, en primer término, un compromiso del Estado, ponernos al día con temas que tenemos y con temas que durante tantos años se han sostenido fundamentalmente por las propias organizaciones de familiares, de víctimas de sobrevivientes, así que con ellas estamos trabajando para que estos sitios tengan una administración que considere su participación y que no sean un lugar solamente para responder a víctimas sobrevivientes y familiares, porque estos son temas de toda la sociedad. Lo importante es que sean abiertos a la comunidad, a los jóvenes, a niños, niñas y adolescentes, porque el respeto de los derechos humanos es la base de la democracia y de que todas y todos podamos vivir en libertad", dice.

Sin embargo, hay un avance de la ultraderecha que cuestiona este tipo de políticas, al punto de que en el debate del presupuesto 2023 en el Congreso hubo una controversia producto de que se pretendió dejar sin recursos a entidades como el INDH y otras entidades de memoria, a lo que se suma una arremetida de este sector en el Consejo Constitucional, le planteamos a la secretaria de Estado a renglón seguido.

Toro así lo asume evidenciando su inquietud al respecto. "Es muy preocupante cuando avanzan sectores de ultraderecha, sectores que niegan o relativizan las violaciones a los derechos humanos, que es un fenómeno que no sólo vemos en Chile, sino también a nivel global. Y nos preocupa mucho. El respeto a la democracia, a los derechos humanos, no puede ser un tema de un sector político. Son garantías básicas, mínimos civilizatorios que son garantías para toda la sociedad, para todos los sectores políticos", dice compartiendo su análisis sobre el tema.

"Nosotros estamos trabajando por eso y esperamos que todos los sectores estén comprometidos con el respeto de estos elementos que son mínimos. La violencia, el quiebre democrático y el golpe de Estado son herramientas inaceptables para resolver las diferencias políticas y por eso el Presidente siempre lo señala, nuestro gobierno siempre va a estar comprometido en avanzar en mayor democracia, nos parece que son elementos mínimos, no son garantías solamente para la izquierda, son para toda la sociedad.

Cunado le consultamos a qué atribuye esta escalada internacional de la ultraderecha en países como Italia, lo que ocurrió en Brasil con Jair Bolsonaro, una tendencia a la que se suma ahora nuestro país, la secretaria de Estado admite que "es muy preocupante que avancen estos discursos que relativizan y que muchas veces señalan que estos son temas del pasado que no se tienen seguir abordando".

Sin embargo, agrega, "parte de estos fenómenos se explican con las deudas que tenemos en esta materia, por eso es tan importante la memoria, no sólo como una reparación, como una reivindicación que tienen las víctimas, sobrevivientes y familiares de las personas directamente afectadas, porque finalmente es toda la sociedad afectada".

"Y cuando hablamos de memoria, no se trata sólo de mirar al pasado, se trata de que existan consensos básicos para construir futuro, para que las nuevas generaciones y las futuras puedan construir democráticamente y poder finalmente desarrollar sus propios proyectos personales y colectivos, se requiere un respeto de la democracia, sino los avances en materia de derechos, los avances en materia de libertades, sólo son posibles cuando hablamos de democracia, cuando estamos en democracia. Por eso nuestro compromiso es fortalecerla, profundizarla y, la verdad, uno espera eso de todos los sectores políticos", asegura luego.

Por último, cuando le preguntamos qué implica para ella, siendo nieta de una activista por los derechos humanos, la conmemoración de septiembre, Toro comparte su análisis y su respeto por Alicia Vega.

"Yo, como muchos chilenos y chilenas, tengo también mi historia personal y familiar ligada a las violaciones a los derechos humanos y a la defensa de los derechos humanos. Y en ese sentido, admiro mucho a mi abuela Alicia Vega y a tantos otros luchadores y luchadoras que dedicaron su vida a la defensa de los derechos humanos, pero el compromiso que tengo no sólo es un compromiso personal y familiar, sino que tiene que ver también con el conjunto de la sociedad", asegura.

En este sentido, comenta, "los afectados por las violaciones a los derechos humanos son todas y todos, por eso valoro mucho el trabajo, no sólo de las personas de mi familia y mi abuela, sino de todas las defensoras y defensores de derechos humanos que finalmente son quienes ante una inacción o acción insuficiente del Estado, han mantenido viva la memoria, han mantenido viva la lucha por verdad, justicia, por garantías de no repetición y creo que en eso nosotros también tenemos la responsabilidad de tomar una posta y es una responsabilidad común y una responsabilidad también de Estado".

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