¿Puede volver a ocurrir? Recuerdan el historial de desbordes del Río Mapocho
Las lluvias son un evento cada vez más escaso en la capital del país, y eso cambió esta semana con un sistema frontal que transformó algunas calles en verdaderos ríos, y que aumentó considerablemente el caudal del río Mapocho.
El suceso llevó a mucha gente en redes sociales a recordar las veces en que la lluvia ha provocado el desbordamiento del principal río de la ciudad, donde eventos pasados incluso provocaron la caída de autos al río y la destrucción de calles.
“La última vez que se desbordó el río por un evento de precipitación fuerte, y sin ninguna influencia humana, fue en la década del 80”, recuerda Jorge Gironás, investigador del Centro CIGIDEN, que investiga el riesgo de desastres en el país.
Las fotos de este evento fueron compartidas ampliamente en redes sociales.
Ustedes son muy jóvenes pero cuando hablamos de desbordes y caudales del Río Mapocho nuestra generación habla de esto ? pic.twitter.com/Ek10WtbRa1
— Christian Oros (@OrosNercelles) June 21, 2023
Por su parte, el desborde más reciente del río no solo fue provocado por la lluvia sino por la intervención del lecho. Esto sucedió en el 2016, cuando se estaban ejecutando obras por las carreteras urbanas.
“Esto significó que por un tiempo la sección útil del río se tuvo que reducir para poder trabajar en la otra parte del lecho. Esto, más la precipitación, que no fue un evento tan importante por sí mismo, provocó el desborde”, aclara.
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¿Se puede volver a desbordar el Mapocho?
Según el investigador, con los años ha ido mejorando el diseño y las evaluaciones que se hacen al intervenir el río. Eso, combinado con la falta de precipitaciones fuertes en los últimos años, ha permitido que el río no se vuelva a desbordar.
Pero hay algunos factores que podrían cambiar en el tiempo, aumentando el riesgo:
Uno de los factores es el cambio climático. Mientras parece que en la zona central las lluvias fuertes ya no son un evento constante, esto podría cambiar. “En el futuro no es tan claro qué ocurrirá, pero lo que sabemos es que va a llover con mayor temperatura y eso influye en la crecida de ríos porque no cae nieve, sino agua líquida”, explica Gironás.
Otro factor cambiante es la extensión de la ciudad que aumenta cada vez más. Esto aumenta también su superficie de impermeabilidad, lo que somete la infraestructura que soporta el agua a caudales mayores.
Por último “toda infraestructura que se usa para transportar flujos de agua se va deteriorando. Si tu no la vas manteniendo, puedes ver fallas que antes no existían. Este mantenimiento hay que complementarlo con un proceso continuo de análisis de antecedentes y mejoras de integración con un territorio que va cambiando, para que no quede obsoleta la infraestructura”, alerta el investigador.