Alerta en Putaendo: Reautorizan sondajes a minera que operó 8 años ilegalmente
En la cordillera de la comuna de Putaendo en la Región de Valparaíso, la minera Vizcachitas de Andes Cooper ha levantado 82 plataformas de sondaje, utilizando taladros que cavan a gran profundidad para analizar los minerales del suelo, sin tener los permisos necesarios para hacerlo.
Según explica Joaquín Gómez, coordinador territorial del Proyecto Tayú de la Fundación Terram, la empresa operó en la zona desde el 2008 hasta el 2017 a pesar de haber sido calificada como ambientalmente desfavorable.
La oposición de las autoridades comunales y comunidades llevó a que en el 2019 la minera sometiera su proyecto a evaluación ambiental, recibiendo una aprobación a la que se oponen organizaciones territoriales y el alcalde. Sostienen que las observaciones ciudadanas no se tomaron en cuenta.
Ahora, el Segundo Tribunal Ambiental, autorizó a la minera a continuar los sondajes, que estaban suspendidos desde julio del 2022 como parte de una medida cautelar que entre otras cosas, buscaba proteger el hábitat del gato andino. Esta especie de felino está en peligro de extinción y su presencia en la cordillera de Putaendo se detectó por primera vez este año.
El alcalde de la comuna, Mauricio Quiroz, ya afirmó ante medios locales que interpondrá los recursos judiciales y administrativos necesarios para revertir la decisión y “evitar la destrucción de la cordillera putaendina”.
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El lugar y los daños
Ya en el 2017, la Superintendencia de Medio Ambiente dictó cargos calificando las infracciones de la empresa como “gravísimas”, por hacer caminos para llevar maquinaria, mover tierra, talar bosques de frangel (u olivillo de cordillera), e intervenir el río Rocín, que es el principal afluente del río Putaendo.
Se estima que el proyecto contempla más de 300 sondajes, para conocer la factibilidad de abrir una faena minera a gran escala en esa zona de la cordillera, que también es “un lugar que se está investigando hace muy poco, donde recientemente se han descubierto dos nuevas especies de plantas nativas y amenazadas, y hace unos años se confirmó la presencia de gato andino. Es un laboratorio virgen para la ciencia”, explica Joaquín.
Además, es una de las únicas grandes extensiones de los Andes centrales que no están intervenidas por la minería u otras actividades humanas. El espacio es casi inexplorado, excepto por los arrieros y crianceros de cabras, que también pueden ver afectado su modo de vida.
“Hay una cultura arriera ya centenaria que se puede afectar”, explica Joaquín, señalando además la presencia de sandillón; una especie de cáctus endémico y en estado vulnerable de conservación, que ha sido muy depredado por el tráfico de cactáceas para coleccionistas.