No existe voluntad por acabar con las AFP
El 7 de noviembre del 2022 en cadena nacional el presidente Boric daba a conocer su proyecto estrella: la reforma de pensiones. Anhelada por muchos se esperaba que la propuesta del gobierno pusiera fin a las AFP y acabara con el fracasado sistema de cuentas individuales que cumple 42 años.
Así, por lo menos lo habían propagandizado por años los militantes del FA, y en particular el presidente Boric, que había ido más lejos. En diversas entrevistas de las que existen registro, sostuvo conocer y apoyar la propuesta de la Coordinadora NO+AFP que propone un “sistema de reparto con fondos de reservas técnicas”, ya que responde adecuadamente a las características del mercado laboral chileno, altamente precarizado.
Durante años diversos centros de estudios, académicos, partidos políticos y conspicuos intelectuales han sostenido que el sistema de ahorro forzoso que administran las AFP, instalado en dictadura, no es Seguridad Social, sino un mecanismo de apropiación del salario de los y las trabajadoras para destinarlo al mercado de capitales.
Durante las masivas movilizaciones a lo largo del país que se desarrollaron desde 2016 hasta la pandemia era habitual observar cómo diversos congresistas, diputados, diputadas y senadores enarbolaban las banderas de NO+AFP, al punto que constituye un hecho inédito e histórico a la vez, la conformación de la bancada NO+AFP en la Cámara de Diputados y Diputadas que con pancartas mostraban abiertamente su posición sobre la materia.
A seis meses del anuncio del presidente Boric, su propuesta anunciada con “bombos y platillos” se cae, antes de ser debatida y votada en la sala. Se derrumba, al igual como se derrumbaron las propuestas de Bachelet y de Piñera. Y se caen porque hay muchos intereses detrás del actual sistema. El poder financiero, representado en grandes bancos, fondos de inversión, compañías de seguro, etc., ejercen presión para que las cosas no se modifiquen.
A mediados de abril de este año, en su paso por Washington, el ministro Mario Marcel se reunió con distintos inversionistas a conversar sobre la evolución económica del país.
En la nota que consignó El Pulso del 15 de abril, el ministro señaló “estar abierto a hacer modificaciones a la reforma previsional”. Dentro de los inversionistas importantes están las compañías de seguros que son dueñas de las AFP: MetLife, dueña de Provida; Principal Financial Group, dueña de Cuprum; y Prudential Financial, junto a la CCHC, dueñas de Hábitat. Al llegar a Santiago, Marcel señaló: “El gobierno no está enamorado de su proyecto de pensiones”, en clara señal de que la propuesta del gobierno no era tan consistente, que se puede cambiar, incluso, desechar.
Luego, el ahora renunciado subsecretario de Previsión Social, Cristian Larraín, afirmaba a fines de abril que, no existiendo el suficiente apoyo en el Congreso, “las cuentas nocionales no gozan de una mayoría parlamentaria” y, por tanto, les “cierra la puerta”, echando por tierra la propuesta y abriéndose a repensar una fórmula que deje conforme a la oposición.
La Ministra Jara, por otra parte, haciendo suya la coloquial expresión de Mario Marcel, señalaba el 14 de mayo: “No hay un enamoramiento del Ejecutivo con los mecanismos que incluye el proyecto, sí lo hay con la idea de subir el monto de las pensiones”. Renunciando así a todo el relato de que la propuesta presentada en noviembre era integral y que no se podía modificar nada, pues hacerlo implicaba no poder sustentarla financieramente.
El presidente Boric terminó por sepultar su propia propuesta al adoptar y hacer suyas, no las demandas del movimiento social que por años han demandado un sistema público de Seguridad Social, sino recoger aspectos que nada tienen que ver con la previsión como son la heredabilidad, propiedad de los ahorros y libertad de elegir al administrador.
Con esa declaración el presidente Boric se acerca mucho más a las demandas levantadas por Fontaine y ConMiPlataNO que a la propuesta de millones que salieron a corear NO+AFP.
La reforma de pensiones sigue el mismo derrotero de las anteriores. Anuncios y propuestas que luego fracasan y que, extrañamente, suceden después de que, como se ha hecho habitual con los últimos ministros de Hacienda, estos se reúnen en Washington con los dueños de las AFP.
Para reflexionar sobre quién decide en Chile.