Expertos evalúan Cuenta Pública de Boric: “Deja de ser un Presidente diputado”
En su segunda Cuenta Pública, el Presidente Gabriel Boric se dirigió a la nación, desde el Congreso de Valparaíso, para repasar los principales logros de su gobierno y anunciar una serie de reformas clave, por tres horas y media.
Pero más allá de los anuncios entregados por el mandatario, el tono empleado por Gabriel Boric, los recursos comunicacionales y ciertos detalles de su alocución parecen significar un cambio, en esta segunda etapa de su gestión.
Tres expertos consultados por El Desconcierto analizan su discurso, asegurando que “marca un punto de inflexión en lo comunicacional”, “le habló a todo el espectro político” y fue “muy largo, pero interesante y bien dicho”.
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Para Paula Walker Cárdenas, académica USACH y exdirectora de Comunicaciones del gobierno de Michelle Bachelet, fue un “muy buen discurso”. Esto, “porque entrega un marco político-cultural que representa su mirada como Presidente –esperemos que su coalición de gobierno también se sienta representada– de las acciones, los cambios, los ajustes, las innovaciones que él va a impulsar para el país en este momento que vivimos”.
“No fue un listado de intenciones. El Presidente hilvanó un proyecto, y pegó todas sus aristas en un diseño que tiene sentido. Además, habló de la continuidad del Estado a través de políticas públicas y mencionó logros de los otros gobiernos, y eso es un acto de generosidad”, añade.
“Me parece un punto de inflexión esta cuenta pública”, agrega la académica. “El Presidente ha tenido un año de gestión intensa y ha podido ver y entender cómo son las cosas”, junto con “rendir cuenta de lo realizado, sin esquivar los problemas”.
Según Cristian Leporati Mazzei, publicista y profesor de marketing político de la UDP, considerando imagen, discurso y contenido de la Cuenta Pública, primó “la puesta en escena y la retórica política”.
“Discurso muy político”
“Fue un discurso muy político en el que le endosó a la oposición la responsabilidad de la profundización de los derechos sociales en la medida que se aprobara una reforma tributaria; sabiendo que la Cuenta Pública es una caja de resonancia que dura por lo menos una semana en los medios tradicionales y digitales”, detalla.
En ese sentido, “marca un punto de inflexión en lo comunicacional en términos que se proyecta un Presidente que asume el rol de Presidente y deja de ser un Presidente diputado, lo discursivo lo refleja: diálogo, futuro, no a la política chica”.
“Transita del realismo mágico al realismo político, asume el rol de Presidente del país y no de una coalición. Sin embargo, continúa con el eje seguridad social y desarrollo sostenible a lo que le suma la seguridad: reformas con realismo”, añade.
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Por su parte, Daniela Campos Letelier, analista de la Red de Politólogas y académica UNAB, destaca que Boric “le habló a todo el espectro político”, donde llamó las coaliciones a “ordenarse, generar vínculos y contribuir para que las cosas salgan”.
“Le está pidiendo unidad a todos los sectores políticos para poder avanzar, justamente porque esta fragmentación que hay hoy día y desarraigo político está muy fuerte y también porque se han relevado demasiado los discursos de odio y negacionismo”, agrega.
“Creo que la inflexión se hizo cuando pidió unidad, cuando hace una defensa –que me parece que está a la altura y era el momento de hacerla– de no criticar a un ministro por su orientación sexual, subir el nivel político de la discusión”, detalla.
Reforma tributaria 2.0
Con la arremetida republicana durante las elecciones del Consejo Constitucional, y después del fracaso de la reforma tributaria en el Congreso, sectores del mundo político especularon que el discurso se inclinaría hacia un tono más moderado.
Este jueves el mandatario señaló que haría un “reordenamiento de sus prioridades”, sin embargo enfatizó en que su administración insistiría en medidas progresistas, que eran parte de su agenda de gobierno desde que asumió el poder.
Letelier analiza que “básicamente el corazón del gobierno depende de la reforma tributaria, entonces aunque le pidan que se moderen ciertas cosas, él no puede moderarse con una reforma en la que necesita recolectar los caudales tributarios o el dinero suficiente para poder realizar las políticas públicas prometidas”.
Así, Paula Walker destaca que haya decidido reordenar sus prioridades “dadas las incertidumbres, miedos, tensiones y retrasos que tiene Chile. Su gobierno reordenó las prioridades y sobre eso llamó a la unidad para tener reforma de pensiones y reforma tributaria, destacando que todos tendrán que ceder para lograr un acuerdo”.
Récord de 216 minutos
“Fue un discurso muy largo, pero interesante y bien dicho”, agrega la experta, sobre la alocución que rompió el récord del expresidente Patricio Aylwin, de 1993.
De todas formas, ella entiende “perfectamente el ‘engolosinamiento’ del Presidente por hablar tan largo. Este discurso es la carta de navegación político-comunicacional del gobierno”.
“Muchas cosas de las que el Presidente contó no se saben, no se logran comunicar y a los medios tampoco les interesa. Así que el Presidente aprovechó la oportunidad para mencionar todos los detalles”, releva.
Así también, Cristian Leporati considera que “los que somos profesores sabemos que capturar la atención del público por más de 45 minutos es imposible y antipedagógico. Pero, la Cuenta Pública no es un aula de clases ni los distintos grupos de interés estudiantes”.
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“Los equipos que redactan el discurso saben que esta instancia es básicamente un archivo en el cual se deja información de consulta, también es una señal para la coalición de gobierno en relación al camino recorrido y, el futuro cercano como también como viene la mano para la oposición”, agrega.
En tanto, Campos Letelier opina que “fue demasiado extenso. Está comprobado que la concentración no dura tanto tiempo. Y además creo que hace ruido y uno tiende a perderse en los distintos hitos que él puede ir marcando, porque al final son tantos que no los recuerdas todos, entonces hay que relevar los más importantes”.
“Hay que relevar lo más importante y va a tener que aprender a hacer eso. Tampoco me gusta la improvisación, a pesar de que él tiene una buena oratoria, creo que es mejor no perderse en ese hilo”, agrega.
Y Leporati coincide: “La puesta en escena o imagen es un tema que el Presidente domina a la perfección, es un buen orador, controla los tiempos y gestos y sabe interactuar con la audiencia, como por ejemplo cuando interpela positivamente al director general de Carabineros”.