La renuncia de la exministra de Segpres, Ana Lya Uriarte, por problemas de salud, obligó al gobierno a buscar un nuevo titular. El elegido fue el senador PS, Álvaro Elizalde, quien asume una cartera con una agenda bastante intensa en materia de seguridad y pensiones.

Por ello, en El Desconcierto conversamos con tres analistas políticos que entregaron sus visiones acerca de qué significa la llegada de Elizalde, el impacto que tendrá en el gabinete y cuál es el estilo que impondrá al mando de la Segpres. 

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Fortalezas y debilidades de Elizalde

Al ser un nombre muy ligado a los gobiernos de la Concertación, Álvaro Elizalde tiene bastante cercanía y es una figura muy respetada en los partidos que integraban dicha coalición. Sin embargo, esto no es prenda de garantía de que pase lo mismo con los representantes del Frente Amplio y el Partido Comunista. Así lo plantea el cientista político y profesor de la Universidad de Talca, Mauricio Morales.

“Álvaro Elizalde cuenta con la experiencia suficiente tanto como presidente del PS, senador y como exministro para garantizar una mejor relación del ejecutivo con el legislativo, particularmente con el Socialismo Democrático. No obstante, de lo que no tenemos garantías es de si esto va a generar una mayor disciplina y mejor relación con Apruebo Dignidad”, subraya.

En la misma línea, Javiera Arce Riffo, analista y experta de la Red de Politólogas, considera correcta la llegada de un parlamentario a la cartera, pero desliza que el perfil que tiene Elizalde puede traer algunos problemas entre las coaliciones.

“Un exparlamentario a cargo de la Segpres siempre suma, y por supuesto que Elizalde va a hacer un buen trabajo. Sin embargo, no es un liderazgo que pase desapercibido, y esto podría acelerar, por ejemplo, esta actualización programática que pedía Vodanovic, así es que probablemente todo vaya bien con el Congreso, pero Elizalde va a negociar todo, y puede que eso no le guste a Apruebo Dignidad”, plantea.

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Diagnóstico similar hace el analista político Danilo Herrera, quien considera que la figura de Elizalde es respetada por todo el espectro político, pero que debería mantenerse al margen del desorden que pueda existir entre los partidos de gobierno.

“Elizalde es uno de los pocos políticos oficialistas respetados transversalmente, una muestra es su responsabilidad en la negociación del Acuerdo por Chile qué habilitó un nuevo proceso constitucional. Pero ordenar a Apruebo Dignidad o a los díscolos, debe ser tarea del Gobierno y los presidentes de partidos, no del ministro”, puntualiza.

Intensa agenda de Segpres

Apenas asuma la cartera, Álvaro Elizalde tendrá que enfrentar la agenda de seguridad, la reforma de pensiones y el sexto retiro, lo que exigirá ponerse en acción rápidamente.

“En primer lugar, Elizalde tiene sacar adelante la agenda de seguridad, apoyando a la ministra Tohá. Él ayudará a reforzar las conversaciones y llegar a entendimientos. La reforma al sistema de pensiones, si bien está avanzando, se anticipa un escenario bastante difícil para el gobierno si es que quiere sacarla adelante tal como está y tendrán que haber acuerdos. En cuanto al sexto retiro, el gobierno tiene que apostar a generar un rechazo transversal de la iniciativa”, comenta Morales.

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Para Javiera Arce, la adición de Elizalde a las conversaciones por la agenda de seguridad será un gran aporte para las labores del Ministerio del Interior y podrá tender puentes para evitar resultados adversos en el parlamento.

“Elizalde es de negociar con mucha habilidad con la derecha. Y en ese sentido su trabajo va a ser clave, él se lleva bien con la oposición. Va a ayudar también a tramitar las normas de seguridad, será un apoyo muy sustantivo a la gestión de Tohá, porque va a ayudar en la tramitación de las normas”, añade.

Danilo Herrera, por su parte, le pone muchas más fichas a Elizalde y adelanta que el exsenador podría llegar a renovar las relaciones con el Congreso.

“La relación con la oposición será mucho más fluida. Al menos con Chile Vamos mejorará mucho. Puede que interceda en un nuevo acuerdo administrativo entre Chile Vamos y las fuerzas oficialistas, algo que lleva intentando Mirosevic hace semanas, para darle gobernabilidad a la Cámara Baja”, sostiene.