El “Chascas” emplaza a ministra Orellana: “Espero se dé cuenta de la atrocidad que dijo”
Este jueves la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana, se refirió al debate suscitado en España donde se busca legislar en torno a los vientres de alquiler, haciendo duras críticas a este proceso.
A través de un hilo de Twitter, la secretaria de Estado planteó que la desregularización en esta materia “habilita la explotación sexual de mujeres, la trata y la venta de niños/as”.
“Con la dolorosa historia de nuestro país respecto a la violencia contra mujeres rurales, empobrecidas o enfrentando violencia a quienes se engañó para traficar niños y niñas, no podemos dejar de advertir desde el sur global el peligro de estas prácticas”, indicó la ministra.
Las palabras de Orellana no pasaron desapercibidas y el escritor y guionista José Ignacio Valenzuela, conocido como “Chascas” le respondió.
Cabe recordar que el guionista de “¿Quién mató a Sara?” junto a su marido fueron padres mediante este método.
En una carta abierta que publicó en su cuenta de Instagram, Valenzuela parte asegurando que recibió las palabras de la ministra con profundo dolor, ya que justo este jueves 30 de marzo su hija cumple 4 años.
“Traté de respirar hondo y seguir adelante con mi jueves lleno de actividades. Pero ni puedo. No pude, Cuando leí las desafortunadas declaraciones de la ministra Antonia Orellana, hablando sobre el caso de Ana Obregón y su maternidad a los 68 años por medio de una gestación subrogada”.
En ese sentido, el guionista hizo hincapié en el término que uso Orellana: “Esta mujer va a EE.UU. a comprar una guagua”, dijo la ministra.
Esa oración fue cuestionada por Valenzuela, quien señaló que “mezcla conceptos, que se convierte en prejuicio en sí misma, y que solo delata el profundo desconocimiento de la ministra en esta materia”.
De igual forma, el “Chascas” afirmó que un recién nacido al tener material genético de uno de los padres, “no se adquiere” y que los antecedentes que maneja de “compra de guaguas” corresponden a los niños que se comercializaron en dictadura.
“Pero utilizar la ciencia, los avances tecnológicos, y las posibilidades que ofrece la medicina, no es comprar un ser humano”, enfatizó Valenzuela.
Asimismo, sostuvo que “la ministra Orellana parte de la base que detrás de una mujer que lleva en su vientre al hijo de otra persona, hay vulneración. Pero desatiende la posibilidad de que haya mujeres que libremente quieran llevar a cabo ese proceso”.
“Además, asociar maternidad subrogada a la compra de un niño estigmatiza, precisamente, a los niños que llegan a una familia gracias a este método”, complementó.
También menciona en su carta Valenzuela que el proceso de la maternidad subrogada en EE.UU. tiene altos estándares, como que las mujeres sean solventes económicamente, que hayan tenido hijos previamente y estudios sicológicos, requisitos que cumplió la mujer que prestó su vientre en el proceso que atravesó el escritor.
El escritor cerró su carta emplazando a Orellana, asegurando que espera que lea la carta y “se dé cuenta de la atrocidad que dijo”.
“No todos los casos son iguales. Por lo mismo, las generalizaciones son dañinas, graves y peligrosas. Muy peligrosas”, sentenció Valenzuela.