Alexis Sánchez entró en el segundo tiempo para, con su genialidad, apagar el incendio que se le generó a Eduardo Berizzo al mando de una Selección Chilena, que mostró muchos errores y desorden táctico en su amistoso ante Paraguay.

Inexplicablemente, el entrenador dejó en el banco de suplentes al ‘Niño Maravilla’, de gran momento en Francia, para poner de titular a Diego Rubio, quien prácticamente no tocó la pelota en 45 minutos.

Todo partió bien cuando, a los 25 minutos, Paulo Díaz se elevó por los aires y, tal como lo hace en River Plate, le ganó a todos para hacer estallar a las 35.000 personas que llegaron al Estadio Monumental con un fuerte cabezazo.

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Pero en dos minutos, todo se derrumbó. Matías Rojas a los 32 aprovechó una débil resistencia de Claudio Bravo para poner el 1-1 y, a los 33 minutos, Gabriel Ávalos aprovechó el desorden de Chile para dar vuelta el marcador.

Alexis y su genialidad

En el segundo tiempo, entraron Alexis Sánchez y Alexander Aravena, quienes le cambiaron la cara al partido. El tocopillano se entendió a la perfección con la joven figura de la UC y crearon el peligro que Rubio no fue capaz de hacer en el primer tiempo.

A los 75, el talento del goleador histórico de la Roja, que confirmó que dejó su clásico “7” para vestir la “10”, puso el 2-2 con una tranquilidad total en el área.

Y a los 92, un horroroso error del arquero paraguayo Anthony Silva le dio la victoria a Chile. Alexis se apuró en lanzar un córner, el cual dio un bote y el mismo meta la mandó adentro de su arco en uno delos autogoles más increíbles del último tiempo.

Chile ganó 3-2 a Paraguay, en un deslucido partido que sólo lo salvó el hombre venido de Tocopilla.