Artesanas y artesanos de lugares como San José de Mariquina, las pequeñas islas de Chiloé, o Chimbarongo llevan generaciones practicando esta tradicional actividad. Pero esto no significa que no puedan innovar en sus prácticas. A raíz de una alianza con un centro de diseño, ahora fabrican sus creaciones con una fibra hecha de plástico reciclado.

LUP es una empresa B y estudio de diseño que buscaba “darle más vueltas al plástico antes de botarlo”. Las y los emprendedores crearon una fibra flexible a partir de plásticos reciclados, que se puede utilizar para hacer artesanías y objetos de decoración.

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Además, buscando innovar en su modelo de negocio, generaron asociaciones con grupos de artesanas y artesanos de Chimbarongo, San José de Mariquina  y Quinchao, quienes mezclan en sus artesanías la llamada “fibra LUP” con la fibra vegetal que usan tradicionalmente, creando objetos que contribuyen a la economía circular.

Por ejemplo, uno de los proyectos que realizaron fue con artesanas y artesanos de San José de Mariquina en la provincia de Valdivia, que trabajan con fibra vegetal de la planta boqui pil pil, que atraviesa momentos de escasez. Los trabajos de las y los artesanos combinados con la fibra LUP fueron seleccionados para representar a Chile en la Bienal Iberoamericana de Diseño celebrada en Madrid en el 2020. 

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