"Los conejos, cuando parte un incendio, se queman y arrancan a donde no hay fuego", comentó esta mañana el ministro Carlos Montes, generando una ola de críticas y burlas en redes sociales. Enseguida surgieron opiniones de periodistas locales que afirmaban que existía algo de verdad detrás de los dichos de Montes. ¿Qué dice la ciencia?

El doctor en ciencias forestales de la Universidad de Concepción e investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB), Rafael García, responde:

¿Existe evidencia científica de que los conejos silvestres sean agentes propagadores de incendios?

No existe evidencia científica ni estudios al respecto. Lo que comenta el ministro se enmarca en casos anecdóticos. Si bien se han visto, y es común que la fauna arranque del área quemada hacia sectores no quemados, eventualmente con partes del pelaje ardiendo, que eso sea una causa para generar nuevos focos es muy poco probable y tampoco es un factor significativo. 

¿Dado el caso, pueden influir significativamente en la propagación de un incendio? 

Es un suceso marginal. Eventualmente podría favorecer un poco la expansión de un incendio pero estos animales no van a avanzar kilómetros quemándose. Seguramente avancen un par de metros, si es que logran sobrevivir. No son un agente importante en la propagación de incendios, si bien causan otros problemas no relacionados a esto, dado que son una especie exótica que genera graves daños a la vegetación nativa e incluso a los cultivos. Pero estamos lejos de generar un llamado para matar conejos para controlar los incendios. Es desviar la atención. 

¿Qué información te gustaría aportar a este debate?

He visto que a raíz de este tema se dan opiniones extremas entre quienes apuntan a los conejos y quienes apuntan solamente a la intencionalidad de los incendios. Pero la verdad es que se trata de un problema multifactorial donde la intencionalidad es importante, aunque no mayoritaria. Pero el origen de un incendio no necesariamente tiene que ver con la extensión que va a alcanzar este incendio. Esto último depende más de la condición climática y de la cantidad de combustible disponible y seco en el centro del país, que hace que cualquier incendio que se inicie va a ser difícil de controlar, a diferencia de antes, en que la vegetación estaba más húmeda y era más heterogénea.