Crítica de cine | “La historia de Whitney Houston”: las deudas de una gran voz

Crítica de cine | “La historia de Whitney Houston”: las deudas de una gran voz

Por: Kathia Cancino Rojas | 05.02.2023
Una producción impecable, con un juego de luces que se proyecta en pantalla y hace que todo se ilumine, aun en momentos oscuros. El maquillaje y vestuario permiten que su elenco se luzca, en los escenarios y en escenas simples, sobre todo la protagonista.

Whitney Elizabeth Houston. “¿Siempre te presentas con tus dos nombres?” le dice Robyn al comienzo de la historia. Como si un solo nombre no bastara para la grandeza de esta artista, como si cantara por dos, como si sufriera por dos.

Quiero bailar con alguien: la historia de Whitney Houston es, ante todo, una película para los fanáticos de la artista norteamericana, una de las más exitosas de todos los tiempos. Aunque como película, la historia deja harto por resolver.

No hay mucho preámbulo: Whitney era la corista de su madre, Cissy Houston, quien a su vez fue corista de Elvis Presley y Aretha Franklin. Un día Clive Davis, famoso productor estadounidense, guía en las carreras de Janis Joplin, Bruce Springsteen y la propia Aretha, va a ver a Cissy a un concierto y, como muchas madres, se pospone e intuye que este no es su momento, sino que es el de su hija. A Davis le gusta, firma un contrato millonario y listo. Así de rápido.

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La rapidez con que la película abarca los primeros años de carrera de Houston es un agrado para el espectador; se salta todos los dramas que pudo haber vivido y que por supuesto deben haber existido. Es que a veces los guiones alteran las biografías condimentando con más de lo debido. Hasta aquí nada falta y nada sobra. Pero así se mantiene durante… la primera hora y media.

Creo que el principal error de la película dirigida por Kasi Lemmons y escrita por Anthony McCarten (La teoría del todo, 2014 y Bohemian Rhapsody, 2018) no es que sea demasiado fiel a los hechos, sino que cronológicamente está muy apegada a la vida de Houston. Aquí es donde el cine hace su magia y puede perfectamente jugar con la temporalidad de la historia. Todo lo bueno llegó al final. No es que quiera ver sufrir a Houston, pero evidentemente su tortuosa relación con Bobby Brown y con las drogas son el punto de quiebre de su vida y, por ende, de la película.

Es más, dicen que todas las personas tenemos historias de cine. No creo ser el único que los sábados, leyendo el diario, responde la pregunta “si se hiciera una película sobre usted, ¿quién le gustaría que lo interpretara?”, aunque edición tras edición de esta revista semanal aun no tengo la respuesta, está claro que la vida de Whitney Houston es digna de película.

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Quiero bailar con alguien se suma a la larga lista de biografías cinematográficas de la última década: Freddie Mercury, Elton John, Judy Garland, Elvis Presley. Y las que vienen: Michael Jackson, Madonna, Céline Dion y Amy Wineheouse, entre tantas otras.

Es difícil medir al artista más grande de todos los tiempos. ¿Cómo lo sabemos? Quien vendió más discos, mayor cantidad de números uno en el Billboard, más premios, más récords… En la era actual, mayor cantidad de visualizaciones en YouTube o de clicks en Spotify. En fin, hay para todos los gustos, mediciones y parámetros. Sin embargo, Whitney Houston tuvo casi todos los reconocimientos: dos Emmys, 6 Grammys, 22 American Music Awards y 30 Billboards. Sumado a las superventas de sus películas, bandas sonoras y discos. La mujer más premiada, según el Récord Guiness. Todo esto gracias a una característica propia e inigualable de la artista: su amplio rango vocal. Un sello que está sobre todos los premios, reconocimientos y récords

¿Qué pasó entonces? ¿Por qué falló su principal herramienta de defensa ante la vida? Algo que sabemos, pero no vemos en profundidad durante la película. ¿Fue su rabia contra su padre, no sentirse a la altura de su madre, sus relaciones amorosas? La película nos deja con más dudas que certezas biográficas, aun teniendo todas las herramientas para resolverlas e incluso darle un giro al guion, tal como sí se ve con otros aspectos de su historia personal.

“Quiero esta canción, porque habla de querer bailar con alguien… aunque no puedas hacerlo” dice en una de las escenas, en referencia a la canción I wanna dance with somebody. Precisamente, este es el título de la cinta. Tomando en consideración el disperso foco de la historia y cómo estalla el conflicto con su padre y su marido, pienso que se debiera haber llamado I have nothing. Pero bueno, quién es uno para cambiarle el título a las películas.

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I wanna dance with somebody (1987) es uno de sus mayores éxitos, así que creo que obedece a una estrategia comercial. Hit de su primer disco, reversionado para el Mundial de Alemania 2006 y viral en redes sociales durante el último año.

En cuanto a I will always love you, la historia es mucho más de lo que se muestra en la película. Escrita e interpretada por Dolly Parton en 1976, la original tiene de simple y desgarradora lo que tiene de potente la versión de Houston. Tanto El guardaespaldas como la canción sí que tienen imbatibles récords y, la historia detrás de la película de 1992 y de la banda sonora es mucho más de lo que vemos en pantalla.

Podríamos estar varios párrafos desmenuzando el guion y analizando qué se incluyó y qué no. Es que ese es el riesgo de las películas biográficas, están bajo el ojo crítico no solo cinematográfico, sino que también documental. Pero acá queda la duda de por qué no se incluyeron aspectos que, en términos de guion, eran realmente atractivos y le pudieron dar más ritmo a la historia.

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¿Quedan pendientes en la película? Sí, pero también hay notas altas. La producción es impecable: se recrean perfectamente escenas como la del Super Bowl en 1991, videos musicales y varias actuaciones en premiaciones y conciertos. Vemos en pantalla un juego de luces que hace que todo se ilumine, aun en momentos oscuros. El maquillaje y vestuario permiten que su elenco se luzca, en los escenarios y en escenas simples, sobre todo la protagonista.

Naomi Ackie presenta una muy buena actuación y es indudable su talento tanto vocal como interpretativo. Aunque no ha tenido criticas sobresalientes ni obtuvo nominaciones esta temporada de premios, creo que esto es una gran ventaja para ella. Otro riesgo de las biografías es que al actor o actriz se le encasilla en ese papel durante un largo tiempo. Creo que Ackie está en el límite preciso entre una muy buena interpretación y que la recordemos lo justo y necesario por este papel y no quede etiquetada eternamente bajo la sombra de otra artista. Total, Whitney Houston hay una sola.

Ficha técnica

Título: Quiero bailar con alguien: la historia de Whitney Houston (Whitney Houston: I wanna dance with somebody)

Dirección: Kassi Lemmons

Guion: Anthony McCarten

Elenco: Naomi Ackie, Stanley Tucci, Ashton Sanders

País: Estados Unidos

Duración: 146 minutos

Género: Drama, biografía, musical

Distribuida por Andes Films

Artículo publicado en alianza con Culturizarte.

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