Seis especies invasoras que se convirtieron en un peligro en Latinoamérica
Si le preguntamos a un ciudadano qué es una especie invasora, probablemente responda que es un animal o planta que llegó de otro lugar o algo semejante, sin imaginar que se trata de una de las causas directas de la pérdida de biodiversidad y que pone en peligro especies propias de su país, además de cambiar los servicios ecosistémicos, afectando a los seres humanos.
¿Cuándo una especie se convierte en invasora? La bióloga Ileana Herrera, investigadora del Instituto Nacional de Biodiversidad de Ecuador (Inabio), explica que se requieren varias etapas: la primera se da en el momento en que la especie es introducida a un nuevo hábitat y se transforma en especie exótica; luego, cuando encuentra condiciones favorables para vivir y se denomina especie neutralizada y, finalmente, pasa a ser una especie invasora cuando es autosustentable y tiene el potencial de dispersarse a larga distancia.
En los últimos 50 años, las especies exóticas se duplicaron y amenazan a las especies nativas y los servicios ecosistémicos, así como a las economías y la salud humana, según lo revela un reciente informe de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES). Sin embargo, aún no se conocen con precisión los daños que causan en diversos países.
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¿Qué características hacen semejantes a seis especies invasoras en algunos de países latinoamericanos y en las decisiones de los gobiernos?
1.- Mamíferos peligrosos en Argentina y Colombia
¿Qué de parecido tienen el visón americano de Argentina con los hipopótamos de Colombia? Ambos fueron introducidos de forma deliberada a territorios ajenos a su hábitat natural y despiertan ternura, pese a que son altamente peligrosos para otras especies en peligro de extinción en los países de Latinoamérica e incluso para los humanos, y por ello son considerados especies invasoras por sus respectivos gobiernos.
17 de mayo de 2018. En el parque Hacienda Nápoles nació un tigre y un jaguar. Ellos hacen parte de los nacimientos que han ocurrido en el parque temático Hacienda Nápoles en los últimos meses. Donde gracias a las condiciones óptimas del lugar han logrado que se lleve a cabo una reproducción natural. A los felinos se suman dos cebras, una danta, dos chigüiros, tres cusumbos, dos cervicapras, dos ocelotes, dos hipopótamos y dos pecaríes. Foto: Guillermo Ossa.
La población del visón americano no ha logrado contabilizarse en Argentina, pero se propaga por toda la Patagonia de ese país, poniendo en peligro a crustáceos, aves, anfibios y reptiles por su carácter onmívoro. Hasta ahora, no se ha determinado con datos concretos el daño que causa al ecosistema ni existe una estrategia para su control.
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Mientras que en Colombia, los hipopótamos —uno de los males que dejó el narcotraficante Pablo Escobar— llevan ya 34 años viviendo en libertad en una extensión de, al menos, 2000 kilómetros cuadrados por el río Magdalena. Esta especie afecta a 233 especies de peces por la contaminación que generan con sus heces. Los expertos indican que aún no existe una solución viable para su control, ya que trasladarlos a otros ambientes sería perjudicial y la castración química implica un alto costo económico.
2.- Peligro en los ríos de Ecuador y Bolivia
Pese a que la tilapia, de la especie de los Oreochromis mossambicus, y el paiche (Arapaima gigas) están desplazando a otros peces nativos de Ecuador y Bolivia, respectivamente, los gobiernos de estos países no trabajan en estrategias para su control; por lo contrario, promueven su crianza por los beneficios económicos que brindan a las comunidades locales.
Una mujer de la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas sostiene una tilapia en sus manos. Esta provincia ecuatoriana ha intensificado el cultivo de tilapia durante los últimos años, según el MAG, con el acompañamiento de personal técnico de esa entidad. Foto: Ministerio de Agricultura y Ganadería.
La tilapia es considerada invasora por el Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica de Ecuador (Maate) porque desplaza a las especies nativas como el paiche, las cachamas, el sábalo y los distintos bagres. Sin embargo, no hay un plan de control exclusivo para la tilapia; y, por lo contrario, su cultivo es promovido por el Estado porque dinamiza las economías locales. Solo en 2021, Ecuador exportó 1 157 000 libras de tilapia por un valor de más de 2.2 millones de dólares. Esto genera un enfoque más económico que biológico.
En tanto, el paiche no ha sido catalogado como peligroso aún en Bolivia, pese a que llegó por accidente al territorio por los ríos amazónicos. Al inicio fue rechazado por ser un pez extraño, pero ahora los pescadores la ven como una joya para su economía. No hay estudios que comprueben los daños que causa, pero hay lugares en donde a partir de su presencia, los peces nativos desaparecieron. En tanto, los expertos recomiendan controlar su población y seguirla manteniendo como sustento de los lugares rurales.
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3.- Flora letal en Perú y México
En Perú, el kikuyo (Pennisetum clandestinum) fue introducido hace más de 80 años para alimentar al ganado. En 1953, se convirtió en una “plaga nacional” al abarcar gran parte de la zona andina, pero hasta el momento no se han realizado acciones concretas para su control. En la actualidad la hierba se expande entre los 2000 y 3000 metros de altura y su exterminación es casi imposible, advierten los expertos.
El lirio acuático se expande con facilidad en los cuerpos de agua. Foto: Bianca Carretto.
Es similar la situación del lirio acuático que en 1889 llegó a tierras mexicanas, en donde los científicos tratan de reducir su expansión a través de técnicas de trituración. Esta planta invasora afecta a otras plantas, como las carnívoras y animales como los peces pues les restan luz y oxígeno. Su control es uno de los mayores retos en la actualidad. Científicos trabajan en estrategias como la trituración para reducir su población, pues el uso de pesticidas no es aprobado porque pondría en peligro a otras especies.