Opciones en Educación Superior
Esta semana, 270 mil personas conocieron sus resultados de la PAES. Esta fase de postulación a las universidades ratifica las profundas deficiencias y brechas que hoy presenta la educación escolar, fenómeno en el que coinciden los más diversos actores. La entrega de estos resultados sirve para poner otro elemento sobre la mesa: la existencia de una alternativa que es relevante para el país, al poderse optar por la educación técnico profesional.
El Chile de hoy presenta un déficit de unos 600 mil técnicos, según estimaciones de la Sofofa, por lo que quienes egresan de este tipo de enseñanza acceden a un campo laboral que genera altas tasas de empleabilidad al primer año de egreso.
La flexibilidad de horarios y formatos, contenidos más cortos y muy orientados al mundo del trabajo, son otras características que hacen que actualmente 500 mil personas hayan optado por la educación técnico profesional en nuestro país, siendo la enseñanza online una gran impulsora de este tipo de estudios. Para un Chile con esta carencia específica, resulta evidente entonces la necesidad de potenciar este tipo de educación y los diferentes formatos que presenta.
La aspiración a la educación universitaria se ampara en gran parte por la falta de conocimiento sobre el progreso laboral y personal que permite la formación técnico profesional. Esa mirada, por lo tanto, no se condice con las posibilidades de desarrollo en el mundo del trabajo para quienes optan por esta formación.
¿Y por qué?
Porque la educación técnico profesional entrega herramientas prácticas y pertinentes para ingresar al mercado laboral, permitiéndole a sus alumnos contar con habilidades pragmáticas y complementarias a las de sus pares universitarios, lo que resulta muy valorado y requerido.
Esto le da a esa educación un profundo poder transformacional de vidas y entornos de esas personas, y por ello es una gran opción para quienes hoy están decidiendo su futuro en educación superior.
En cuanto a los vacíos de aprendizaje detectados (una vez más) en la formación escolar, se trata de una crisis que también trasciende a la instrucción superior, que debe recibir a alumnos que llegan con esas carencias de enseñanza.
Desde la formación técnico profesional nuestro aporte será seguir fortaleciendo formatos flexibles e innovadores, usando la tecnología para el mejor conocimiento de las fortalezas y debilidades de cada alumno, y midiendo sus experiencias para obtener información que nos permita maximizar cada proceso formativo.