Bienvenidos a la jungla: Guns N’ Roses reventó el Estadio Nacional y lo llena de todos sus clásicos
Los oriundos de Hollywood, Guns N’ Roses, emocionaron durante tres horas a los fanáticos nacionales que repletaron el Estadio Nacional, donde hicieron un recorrido por todos sus grandes éxitos.
Un gran contingente policial a diferencia de los últimos shows realizados en recinto de Ñuñoa, se reflejó a la hora de ver la organización que desplegó la productora junto al municipio para no lamentar los hechos ocurridos en Daddy Yankee.
En las afueras del reducto de Ñuñoa, bandas homenajes a los Guns y mucha gente compartiendo brebajes y humos, amenizaban la espera de los fanáticos en la hora del taco para entrar a ver estos monstruos del hard rock estadounidense.
La banda mexicana Molotov desplegó un show que vienen repitiendo desde hace largas jornadas en Chile, pero que no aburre. Los artistas no tuvieron problemas con esta fanaticada, a pesar de las llamadas a “funas” que advirtieron algunos por redes sociales luego de la polémica que tuvieron con Los Miserables días antes.
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La exhibición de los aztecas estuvo llena de hits donde tocaron “Puto”, “Frijolero” y “Gimme Tha Power”, entre otras, siendo un buen preámbulo para ver el espectáculo de los estadounidenses que se pospuso desde el Lollapalooza 2020 cuando fue suspendido por la pandemia del COVID-19.
A las 21:00 en punto, a diferencia de su primera presentación en Chile, Guns N’ Roses salió a escena con la explosiva “It's So Easy” de su primera placa de estudio, donde Axl estuvo un poco incómodo con su indumentaria y desató su furia contra el micrófono en varios pasajes.
‘Mr Brownstone’ fue la que siguió en el setlist y la gente comenzó poco a poco a tomarle el ritmo al show, donde los creadores de ‘Appetite for Destruction’ realizaron el cover de Slither de la extinta Velvet Revolver.
La galería y la cancha general fueron las que más disfrutaron las canciones de la agrupación, siendo la menos motivada la cancha VIP y preferencial donde el público se dedicó más a grabar con el celular o sacarse fotos en vez de deleitarse por el sonido seductor de Slash que ejecutó varios solos con su guitarra o la frescura de Duff McKaganm -quien andaba con una polera en homenaje Lemmy Kilmister de Motorhead- con su característica forma de desprenderse con su bajo.
Slash, sabiendo que es un ícono de la guitarra y también del rock mundial, se dio el tiempo de guiar cada canción y poner siempre de su cosecha para hacer intros diferentes a cada track. Es así, como se empezaron a escuchar los primeros acordes de la multi y archireconocida “Welcome To The Jungle” para encender una atmosfera que era muy fría debido a la temperatura que se registró en esos momentos (12 grados) y transportarnos a esas inolvidables jornadas de rock del Sunset Boulevard. La jungla (cancha general y galería) supo responder al show que brindaban los Guns y no escatimó en gritos de euforia o aplausos para los músicos.
‘Better’, ‘Live and Let Die’, ‘Estranged’ y ‘Rocket Queen’ fueron parte del abanico musical que sostuvieron los de Hollywood, donde Axl aprovechó cada descanso para cambiarse sus chaquetas y las poleras tan características que ocupa como son la de la película clásica mexicana Mujer Murciélago de 1968 o la obra de Barbara Kruger “Your Body is a battleground”.
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La batería de “You Could Be Mine” del disco Use Your Illusion II complementaba una primera parte cargada en nostalgia y buenos pasajes, para llegar al cover “Attitude” de Misfits interpretado por Duff, dejando en claro que los fundadores de Guns N’ Roses tienen sus espacios para interpretar las canciones que fueron inspiraciones para ellos. “Civil War” fue acompañada con unas imágenes de la guerra en Ucrania y “Sweet Child Of Mine” fue coreada por todo el estadio.
En “November Rain”, Axl demuestra que es un gran pianista y que su técnica en el Yamaha no la ha perdido a pesar de los años y la lesión que ostenta en su mano izquierda. El clásico cover a Bob Dylan como es “Knockin' on Heaven's Door” fue extendida por 10 minutos y “Nightrain” explosionó nuevamente el ambiente antes de un pequeño descanso de los músicos.
“Coma” fue la elegida para levantar a la gente luego del receso y “Patience” tuvo ese momento emocionante de ver a Duff, Slash y a Richard Fortus haciendo un guitarreo íntimo para que Axl diera el vamos con ese característico silbido de la canción del álbum G N' R Lies.
Para finalizar una jornada de tres horas, las escogidas fueron “Don’t Cry”, al que más de alguno le sacó una lágrima y la distinguida “Paradise City”, donde el Nacional volvió a ser salvaje como aquel 2 de diciembre de 1992, cuando se presentaron por primera vez en Chile.
Guns N’ Roses dejó un buen sabor a pesar de las limitaciones de Axl; sin embargo, la banda demuestra que pueden sostener sin problemas un show de tres horas o más debido a que Slash, Duff, Richard Fortus, Frank Ferrer, Dizzy Reed y Melissa Reese se complementan muy bien para poder echarse al hombro a una fanaticada ávida de nostalgia y viejos recuerdos.
Fotos por Katarina Benzova