Amnistía: Sangrienta represión de protestas en Irán exige medidas globales urgentes
Este jueves Amnistía Internacional hizo una convocatoria a la comunidad internacional para que se movilice ante la grave situación que enfrenta Irán desde hace casi 10 días, derivada de la brutal represión a la están siendo expuestas las mujeres que masivamente se han levantado contra el régimen, tras el deceso de Mahsa (Zhina) Amini, quien fue fue detenida el 13 de septiembre en Teherán como consecuencia de la denominada policía de la 'moral' iraní, que habitualmente somete a mujeres y niñas a detención y reclusión arbitrarias, tortura y otros malos tratos por no cumplir las leyes discriminatorias del país sobre el uso del velo.
“Los líderes y lideresas mundiales deben apoyar en la Asamblea General de la ONU las peticiones para que se establezca un mecanismo de investigación y rendición de cuentas internacional, independiente que se ocupe de la crisis de impunidad existente en Irán. La necesidad de que tomen medidas con urgencia quedó demostrada recientemente por la muerte bajo custodia de Mahsa (Zhina) Amini, de 22 años, y el aluvión de disparos contra manifestantes, que ha causado la muerte de al menos ocho personas y heridas a cientos de manifestantes”, es el llamado de la ONG.
Paralelamente, la entidad detalla cómo se han sucedido los hechos que han marcado las últimas dolorosas jornadas en Irán. “Las fuerzas de seguridad iraníes reprimen de forma violenta las protestas, en gran medida pacíficas por la muerte de Mahsa Amini el 16 de septiembre, días después de su detención violenta por la ‘policía de la moral’ por no cumplir las leyes discriminatorias sobre el uso obligatorio del velo. Amnistía Internacional recopiló datos sobre el uso ilegítimo por las fuerzas de seguridad de perdigones y otros proyectiles de metal, gas lacrimógeno, cañones de agua y palizas con porras para dispersar a quienes protestaban”, denuncia.
Posteriormente, la organización apunta a que el impacto que ha generado esta escalada de represión desmedida en el país asiático, debe redundar en acciones concretas de presión en virtud de un cese del uso de la fuerza desmedida del régimen liderado por Ebrahim Raisi.
“El torrente global de indignación y empatía por la muerte de Mahsa Amini debe ir seguido de medidas concretas de la comunidad internacional para afrontar la crisis de impunidad sistémica que ha permitido que la tortura, las ejecuciones extrajudiciales y otros homicidios ilegítimos generalizados de las autoridades iraníes continúen tanto detrás de los muros de las prisiones como durante las protestas”, plantea Diana Eltahawy, directora adjunta para Oriente Medio y Norte de África de Amnistía Internacional.
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Y agrega que “la última represión brutal de las protestas por parte de las autoridades iraníes coincide con el discurso en la ONU de Ebrahim Raisi, a quien se ha brindado una plataforma en la escena mundial, a pesar de los indicios creíbles de su implicación en crímenes de lesa humanidad, en un crudo recordatorio de los devastadores efectos de la reiterada inacción de los Estados miembros de la ONU a la hora de abordar la impunidad por graves crímenes en Irán”.
Y a renglón seguido, la organización denuncia que “tiene constancia de la muerte de seis hombres, una mujer y un niño durante las protestas los días 19 y 20 de septiembre en las provincias de Kurdistán (cuatro), Kermanshah (dos) y Azerbaiyán Occidental (dos). De estas personas, al menos cuatro murieron por heridas causadas por disparos de proyectiles de metal por la policía a corta distancia”.
A lo anterior, detalla Amnistía, se suman “al menos otras dos personas” que “han perdido la visión en uno o los dos ojos. Cientos de personas, entre las que hay niños y niñas, han sufrido dolorosas lesiones que constituyen tortura u otros malos tratos debido al uso ilegítimo de perdigones y otras municiones contra ellas”.
El criminal mudus operandi del régimen de Raisi
En función de relatos de testigos presenciales, a los que se adiciona el análisis de imágenes y videos de las protestas, Amnistía asegura que se constata una “desgarradora constante de disparos ilegítimos y reiterados de proyectiles de metal por las fuerzas de seguridad iraníes directamente contra las personas que se manifiestan”.
“Testigos presenciales informaron de que al menos tres hombres (Fereydoun Mahmoudi en Saqqez, provincia de Kurdistán; Farjad Darvishi en Urumieh, provincia de Azerbaiyán Occidental; y un hombre no identificado en Kermanshah, provincia de Kermanshah) y una mujer (Minou Majidi en Kermanshah, provincia de Kermanshah) perdieron la vida a causa de heridas mortales causadas por proyectiles de metal durante las protestas los días 19 y 20 de septiembre”, detalla la entidad.
Pero hay más. “Otras cuatro víctimas perdieron la vida: Reza Lotfi y Foad Ghadimi en Dehgolan, provincia de Kurdistán; Mohsen Mohammadi en Divandareh, provincia de Kurdistán; y el joven Zakaria Khial, de 16 años, en Urumieh. Defensores y defensoras de los derechos humanos dijeron a Amnistía Internacional que, según sus fuentes sobre el terreno, recibieron los disparos de las fuerzas de seguridad pero no disponían de información adicional sobre los tipos de munición utilizado”, denuncia Amnistía
Lo anterior, mientras “las autoridades han confirmado la muerte de tres personas en la provincia de Kurdistán el 19 de septiembre y de dos personas en la provincia de Kermanshah el 20 de septiembre, pero de acuerdo con las constantes generalizadas de negación y encubrimiento, atribuyeron la responsabilidad de las muertes a “enemigos de (la República Islámica)”.
Por si fuera poco, además de los decesos a causa de la brutal represión, este modus operandi está dejando una gran cantidad de heridos de gravedad, algunos de los cuales incluso han tenido que enfrentar mutilaciones importantes como consecuencia de una política de Estado que no evidencia señales de cambio.
“Las fuerzas de seguridad de Irán seguirán sintiéndose envalentonadas para matar o herir a manifestantes y personas detenidas, incluidas mujeres detenidas por desafiar las leyes abusivas sobre el uso obligatorio del velo, si no se les hace rendir cuentas. Al estar cerradas todas las vías para la rendición de cuentas en el ámbito nacional, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU tiene el deber de enviar a las autoridades iraníes un mensaje firme de que los responsables de crímenes de derecho internacional no quedarán impunes”, clama Amnistía Internacional a través de Eltahawy.
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