“Tenemos dudas respecto al proceso en que se aprobó en el comité interministerial por el riesgo para la población circundante al paño Las Salinas, que representa remover tierras desde el subsuelo contaminadas desde hace más de cien años a la superficie, sin generar mayor contaminación de la que se desea subsanar”, aseguró este lunes el diputado oficialista (RD), Jorge Brito respecto de la decisión adoptada por la instancia de recoger parcialmente las reclamaciones interpuestas contra el proyecto de saneamiento ambiental de Las Salinas, del grupo Angelini en Concón.

El tema que llevó incluso a la alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti a emplazar directamente al Presidente Gabriel Boric el viernes, otorgándole un plazo de 72 horas para resolver en beneficio del medio ambiente, ha sido comentario obligado este lunes en que el parlamentario oficialista dijo además que, en todo caso, valora que “el comité haya dejado expresamente fuera el proyecto inmobiliario que implica la construcción de 19 torres de departamentos de lujo, principalmente (segunda vivienda), en este sector. La comunidad tiene el proyecto de remediación ecológica, que es más seguro, pero también tiene el proyecto del parque que es tan necesario para la comuna, (más) que este proyecto del grupo Angelini”.

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Por su parte, el gobernador de la Región de Valparaíso, Rodrigo Mundaca, se refirió a la decisión adoptada durante esta jornada planteando claramente que esta “dice poco, no me deja conforme. Es una resolución que aprueba la biorremediación, pero señala que no es la puerta de entrada para los desarrollos inmobiliarios, en circunstancias de que nuestra opción era retrotraer precisamente la decisión, es decir, dejar sin efecto esta decisión y escuchar a la comunidad, escuchar el conocimiento científico y complejo que también existe en la región de Valparaíso”.

Paralelamente, la autoridad regional detalló que la “aprobación de la técnica de biorremediación no contempla -por ejemplo- el borde costero, no contempla las playas, las zonas aledañas que se encuentran contaminadas, no incluye un estudio epidemiológico tampoco. La resolución se toma después de seis meses en los cuales la alcaldesa de Viña del Mar estuvo persistentemente insistiendo en ser escuchada y no se le escuchó. Salvo estos días; y la verdad es que es una resolución que no es ‘ni chicha ni limonada’ finalmente, porque deja abierta la puerta a cualquier tipo de especulación y, por tanto, era mucho más fácil haber retraído la decisión y haber escuchado a la comunidad, que era lo que realmente correspondía”.

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