Rusia aumenta presión en Ucrania, que reconoce alto costo de la resistencia
Las tropas rusas aumentan la presión en los frentes este y sur de Ucrania, pero Kiev asegura que controla la situación en el campo de batalla, aunque a costa de un alto precio en vidas y riesgo de desastre nuclear.
"La situación en el Donbás sigue siendo muy difícil. Nuestro ejército está haciendo todo lo posible para detener el terror ruso e infligir las mayores pérdidas posibles a los invasores", dijo el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, en su alocución diaria.
El mandatario ucraniano aseguró que los combates más intensos se libran en dirección a Avdiivka, Marinka y Bajmut, en la región de Donetsk, que se llevan "los principales esfuerzos" de los militares y "lamentablemente, muchas vidas".
Agregó asimismo que la situación también es muy complicada en el sur del país, incluido Jersón, donde el enemigo continúa concentrando fuerzas.
Más armas para Ucrania
Zelenski insistió en que lo principal ahora para las Fuerzas Armadas de Ucrania es recibir más ayuda militar de los socios occidentales.
"Las armas para nuestra defensa que mandan los socios sigue siendo clave", dijo el presidente ucraniano, quien agregó que las autoridades trabajan "sin pausa" para conseguir más ayuda, incluido lanzaderas de cohetes de mayor alcance.
"Esta semana esperamos noticias de nuestros socios. Buenas noticias", agregó.
Simultáneamente, los militares ucranianos informaban de la recepción de tres unidades de artillería antiaérea autopropulsada Gepard, de fabricación alemana, capaces de alcanzar objetivos a cuatro kilómetros.
El Ministerio de Defensa de Rusia dijo a su vez que las fuerzas rusas destruyeron más lanzaderas múltiples estadounidenses HIMARS en el Donbás.
"Durante los duelos de artillería, fueron destruidas una batería de lanzaderas múltiples Uragán, una batería de artillería Akatsia y lanzaderas HIMARS en la zona Kramatorsk", declaró el portavoz de Defensa, Igor Konashénkov.
La semana pasada, Rusia ya aseguró haber destruido seis lanzaderas HIMARS, 33 obuses M777, cinco misiles antibuque Harpoon y más de 200 cohetes de largo alcance en Ucrania desde febrero.
Alerta por ataques a planta nuclear
La tensión continuó hoy también en torno a Zaporiyia, en el sur de Ucrania, cuya central nuclear, la más grande de Europa, se encuentra en el punto de mira de la comunidad internacional tras acusaciones cruzadas entre Rusia y Ucrania de ataques a la planta.
"No se puede ignorar lo obvio, la situación se torna más peligrosa con cada día que pasa", dijo la portavoz de Exteriores de Rusia, María Zajárova.
Zajárova aseguró que la parte rusa envía a diario datos actualizados del estado de la instalación -bajo control de las tropas rusas prácticamente desde el inicio de la campaña militar- al Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA).
El sábado el director general del OIEA, el argentino Rafael Grossi, se mostró muy preocupado por el bombardeo del viernes en la mayor planta atómica de Europa y alertó de que se está "jugando con fuego" y existe el riesgo de un "desastre nuclear".
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"Estoy extremadamente preocupado por el bombardeo de ayer en la planta de energía nuclear más grande de Europa, que subraya el riesgo muy real de un desastre nuclear que podría amenazar la salud pública y el medio ambiente en Ucrania y más allá", advirtió Grossi.
Ucrania, por su parte, acusó a Rusia de atacar la planta nuclear y crear una situación "extremadamente peligrosa para toda Europa".
Kiev también pidió el envío a la instalación de una misión internacional de expertos, encabezada por la agencia nuclear de la ONU, antes de finales de agosto.
El secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió horas antes del peligro de combates en la zona y aseguró que cualquier ataque a una planta nuclear es "una misión suicida".
Referéndums a la vista
En la misma región de Zaporiyia, unos 120 kilómetros al sur de la planta, se realizó este lunes un foro en el que las autoridades locales impuestas por Moscú anunciaron el inicio de los preparativos de un referéndum para pedir la adhesión a Rusia.
La respectiva resolución fue firmada por el dirigente prorruso de Zaporiyia, Yevgueni Balitski, durante un foro en la ciudad de Melitópol, según la agencia RIA Nóvosti.
Previamente, Balitski ya había adelantado la intención de la región, cuya capital homónima permanece bajo control ucraniano, de celebrar una consulta popular.
Más tarde, precisó que el plebiscito podría tener lugar en la primera mitad de septiembre.
Según varias fuentes, Moscú estaría preparando el terreno para la convocatoria de consultas populares en territorios ocupados para el 11 de septiembre, coincidiendo con el día de elecciones locales en Rusia.
Precisamente a los referendos en Ucrania planeados por Rusia dedica hoy gran parte de su informe diario el estadounidense Instituto para los Estudios de la Guerra (ISW).
De acuerdos con los expertos del centro analítico, los funcionarios designados por Moscú estarían acelerando los preparativos para la celebración de las "falsas consultas" de anexión, cuya organización depende no obstante de la situación sobre el terreno.