Brecha salarial de género, un reflejo de la sociedad
Minimizar la brecha salarial al interior de las empresas para que las organizaciones compartan de una manera más justa el valor que crean y contribuyan a la reducción de la pobreza, es el objetivo principal y la génesis de Desafío 10X, una iniciativa que en poco más de dos años ha sumado a casi 1.900 empresas de diferentes tamaños y rubros de todo el país.
Aunque desde su nacimiento el Desafío se ha centrado en la meta específica de acortar la diferencia entre los que ganan más y los que ganan menos dentro de las empresas, hay temas que no hemos podido obviar en nuestro sueño de un país más justo para todos y todas.
Uno de ellos es la brecha de género en los sueldos, un asunto de alcance mundial y complejo en su abordaje. Es por esto que hace un mes, para conmemorar el Día de la Mujer, organizamos un conversatorio sobre Brecha salarial de género, instancia que tuve la oportunidad de moderar y que contó con la participación de destacadas expertas.
En la conversación pudimos analizar el escenario laboral al que se enfrentan miles de mujeres chilenas, pero, sobre todo, cuáles son las vías para encaminar un cambio cultural y social que acelere el cierre de esta diferencia.
La última Encuesta Suplementaria de Ingresos del Instituto Nacional de Estadísticas señala que la diferencia salarial entre hombres y mujeres es de 20,4%, un problema que se agranda a nivel del ámbito ejecutivo. En concreto, estamos ante un problema social y cultural que se ha complejizado con la masiva pérdida de empleo femenino durante la pandemia.
Junto a Alejandra Sepúlveda, presidenta ejecutiva de Comunidad Mujer; Isabel Vial, presidenta de la Fundación Carlos Vial; Daniela Kasparik, directora ejecutiva de REDMAD; y Patricia Roa, oficial de Programación de OIT Cono Sur, reflexionamos sobre la importancia de que los países adopten políticas públicas que garanticen igual salario por trabajo de igual valor. También ahondamos en aspectos como la división sexual del trabajo, los factores de discriminación y la dificultad para medirlos, la diferenciación de bases salariales entre hombres y mujeres y la repartición de las cargas de cuidados.
María Isabel Vial planteó que todos esos desafíos son un problema cultural que nos refleja como sociedad. Es determinante para el cierre de esta brecha que el Estado, las empresas y la sociedad, asuman el compromiso de avanzar en aspectos como la corresponsabilidad, la promoción de normas equitativas que integren familia y trabajo y en un sistema nacional de cuidados.
Hay que tomar acciones decididas como personas, como líderes empresariales, sociales o políticos. Existen alternativas y debemos trabajar en conjunto para ir caminando rápidamente hacia la reducción de las brechas salariales.