El efecto “Nicolás López”: sus películas son tan malas como sus actos
Más de una década de largometrajes, y participar como director, guionista y actor en algunos cameos, no parece suficiente para generar impacto y convertirse en motivo de orgullo para el cine nacional. Nicolás López es un claro ejemplo “usted no lo haga en casa”, o en este caso, en el set.
No es casualidad que Netflix, servicio de streaming internacional, no tenga ninguna de las películas dirigidas por López. Colocarlas solamente sería un incentivo para mostrar la frase “¿todavía sigues viendo este título?” frente a las pantallas y es que sus filmes se pueden calificar como insustanciales, dignos de una siesta.
Netflix cometió el error de haber tenido Qué pena tu vida, el inicio de una trilogía que al igual que su título, solo da pena y no necesariamente por su emotividad. Por otro lado está la plataforma Ondamedia, que cuenta con películas, series, documentales, música y cortos chilenos de manera gratuita. López tampoco se encuentra valorado ahí, afortunadamente.
Un millenial actuando como boomer
“Yo odio el cine chileno, lo encuentro tan rasca, tan resentido, a parte de que nunca se entiende nada”, dice una de las actrices en Qué pena, lo que calza irónicamente con los productos que crea López. Es como si él mismo se escuchara, ya que además de producir, escribe.
Lo ‘rasca’ se ve en Aftershock, por ejemplo, al mostrar efectos poco creíbles tratando de dar cuenta de un terremoto y un posible tsunami. Desastres naturales recurrentes en este país Sudamericano que no alcanzan a lograr la emotividad ni el impacto que en verdad generan.
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Mientras su resentimiento se refleja en el vocabulario hostil para referirse a mujeres y gays, haciendo hincapié en ello cada vez que puede, incluso excesivamente. A sus 39 años demuestra ser un millenial actuando como boomer. Sus chistes son básicos, predecibles, irrespetuosos y lo peor de todo, aburridos; ni siquiera es digno de llamarse humor negro, término usa estratégicamente.
López es transparente y así lo ha demostrado al reflejar en sus creaciones las polémicas en las que ha estado inserto. Asimismo lo comentó en 2018 a Mentiras Verdaderas, donde al referirse al personaje de la trilogía Qué pena, Ariel Levy, señaló que “todos sus comportamientos, todo lo infantil y todo lo idiota que era…es una cosa que en gran parte venía de mí. O sea, siempre hay una dosis autobiografía horrorosa en todo eso”. Preocupante si se tiene en cuenta que es un personaje impulsivo, que golpea objetos cuando tiene rabia, que cosifica al sexo opuesto, hostigante cuando su ex le dice que no quiere interacción física, insensible con sus parejas, con una nula responsabilidad afectiva, irritante con su ex, tóxico con su amiga y envidioso del éxito de su mujer.
Ansias masturbatorias
El director ha sido clasificado como machista y qué mejor prueba que la conocida frase “te odio puta culiá, me cagaste la vida conchetumadre, te odio maraca de mierda” del protagonista de Qué pena vida. Llevando esto a la “vida real”, solo se debe analizar el blog Sobras.com que tenía con Francisco Ortega, donde sexualizó a Leonor Varela preguntándole a su colega si se la “tiraría”. Pero Nicolás no solo fijó su atención en la actriz chilena, sino también en la francesa Laetitia Casta, a quien alabó de manera desubicada y deningrando a otras mujeres, “ella es definitivamente una revelación, demasiadas curvas para un solo hombre y lo mejor es que parece una chica de verdad, no como esas modelos anoréxicas con las que debe resultar imposible tener sexo ya que se pueden quebrar. No, Laetitia parece resistente”, mencionó.
Con la actriz española Penélope Cruz fue más explícito diciendo que “aumentó nuestras ansias masturbatorias con la excelente obra maestra de Amenábar Abre los ojos, donde hacía de la chica linda que se ligaba Noriega (…) Una chica que rompe el estereotipo de las gringas rubias tetonas o las flacas anoréxicas heroinómanas”.
O los dichos sobre la actriz estadounidense Mena Suvari. “Ella, increíble, con esa mirada de ‘soy tan pendeja e inocente’ que hace despertar los más patéticos y onanistas bajos instintos de grandes y chicos. Esas paletas separadas listas para generar cosquillas al succionar, ese pelo, esas piernas, ese cuerpo y, para más remate, la pendeja sabe actuar”. No se trata de un relato erótico, sino de las palabras textuales de Nicolás.
Siempre agarro pechugas
Más allá de lo escrito, están los actos y la actriz Belén Mora lo encaró por Twitter el 2012, ya que este le agarró el pecho sin su consentimiento. Su respuesta se limitó a “siempre agarro pechugas. Es una señal de afecto (…) ¿estaba sobrio?”. Ante la indignación de ella y la insistencia en confrontarlo con su acto, este respondió con un “¿y fue traumante/mala onda/desconcertante?”.
Si esto no es suficiente prueba para demostrar qué tipo de persona es López, quizás lo sea la película Hazlo como hombre, que tal como su nombre señala, pone énfasis es la masculinidad frágil del protagonista e incluso al inicio del filme se señala una advertencia sobre el comportamiento homofóbico, retrógrado y machista de este. “No se debe repetir este comportamiento en casa”, menciona curiosamente, como si tuviese el poder de incidir en el público. Lo único que hace el material de 1 hora y 50 minutos es tratar los temas tabús como chiste y hacer reflexión sobre ¿cuál es el sentido de esta película? Sin moraleja sobre aceptar a tu amigo a pesar de su orientación sexual, el protagonista se siente extrañamente aludido y finaliza como el heterosexual vulgar que comenzó siendo.
El haber sido conocido como el director chileno más taquillero de la última década no es el único foco en su carrera, sino también la atención y enemistad de 208 mujeres del área teatral y cinematográfica, quienes firmaron una carta manifestando su descontento frente al círculo cercano de López y brindando apoyo a las víctimas que lo llevaron a juicio.
“Pude haber sido un jote”
Si bien fue absuelto por el Tribunal de Juicio Oral en el Penal de Viña del Mar por la acusación de violación de una menor de edad y ultraje a las buenas costumbres, fue declarado culpable de dos abusos sexuales perpetrados el 2015. Lo que derivó a que el Ministerio Público pidiera una pena efectiva de 5 años y 1 día de presidio mayor en su grado mínimo. Pero Nicolás, el mismo astuto que eliminó 2.700 mensajes claves de Whatsapp, colaboró entregando su celular y espera a que se le reste la pena a 61 días, lo cual se revelará el próximo lunes 16 de mayo.
Posterior a un reportaje publicado por la revista Sábado el 2018, López se defendió argumentando con que no era un acosador ni abusador, aunque admitió que “pude haber sido un descriteriado, pude haber sido un barsa(sic), pude haber sido un jote, pude haber sido un imbécil”. Ahora, al cierre del juicio oral en su contra señala que “hoy terminan cuatro años de calvario. Quiero reiterar lo que he dicho siempre: Nunca he violado a nadie, jamás he abusado de nadie. Estoy consciente de que mis palabras pueden haber ofendido, pero nunca con intención de causar daño”.
Nicolás pone en la palestra nuevamente si es que hay que separar el arte del artista, pero creando un nuevo fenómeno. Se separen ambos planos o no, en las dos categorías se advierte algo perverso. Además, resulta difícil ver a López fuera del cineasta que es. Quienes lo han apoyado, Paz Bascuñán, Ignacia Allamand y Loreto Aravena (esta última acaba de sacar un comunicado afirmando que nunca vio ni avaló ningún abuso, deligándose de López), son profesionales que al igual que las víctimas y personas que declararon en su contra, pertenecen al área televisiva y teatral, e incluso han trabajado con él.
Hazlo como hombre
Sería injusto señalar que las películas de López no siguen un hilo conductor entre sí, porque su camino es el mismo, uno nefasto. En Aftershock hay incoherencia narrativa, personajes rellenos y caricaturescos, escenas de violación y acoso. Deja mucho que desear, al igual que la mente detrás de esto.
Sin filtro es otra película en la que pareciera que, tal como su título, no tuvo filtros en agregar elementos inservibles, como personajes sobreactuados y fuera de lo usual. López coloca poca materia gris a sus producciones y aún así sigue haciendo más de lo mismo y lo peor de todo, continúa ganando dinero.
“Toda la controversia que hubo el año pasado con la weá de que hay un chiste de los down y no sé qué, es como weón, cómo tan tonto. Yo se lo contaba en Estados Unidos a mis amigos y me decían ¡weón, es que es impactante! Porque yo les decía: la misma comedia —la misma comedia— con Drew Barrymore y Ben Stiller, sale ese chiste, y nadie diría nada. Entonces nos duele que pase en Chile”, comentó a Paniko el 2011. Eso debe ser, la inteligencia de Nicolás no está adaptada para la nación, sino que para los estadounidenses, pobres de ellos.
Fichas técnicas
Qué pena tu vida. Nicolás López. (2010). Ariel Levy, Lucy Cominetti, Andrea Velasco, Ignacia Allamand. Comedia romántica.
Qué pena tu boda. Nicolás López. (2011). Ariel Levy, Andrea Velasco, Ignacia Allamand. Comedia romántica.
Qué pena tu familia. Nicolás López. Miguel Asensio Llamas. (2013). Ariel Levy, Paz Bascuñán, Andrea Velasco. Comedia romántica y de drama.
Aftershock. Nicolás López. Eli Roth y Brian Roth. (2012). Ariel Levy, Eli Roth, Andrea Osvárt. Catástrofe, terror y suspenso.
Hazlo como hombre. Nicolás López. (2017). Miguel Asensio Llamas, Mauricio Ochman, Aislinn Derbez. Comedia y drama.
Sin filtro. Nicolás López. (2016). Miguel Asensio Llamas. Paz Bascuñán, Paulo Brunetti, Ignacia Allamand. Comedia.
No estoy loca. Nicolás López. (2018). Paz Bascuñán, Ignacia Allamand, Fernanda Urrejola. Comedia y drama.