Resiliencia, resistencia y rebeldía en performance presentada en el Museo de la Memoria
Diez mujeres que fueron objeto de diversas formas de violencia ligada a la dictadura, la mayoría integrantes del Coro Voces en Rebeldía, se reunieron para la performance “Ausencia / Presencia” de la artista visual Janet Toro Benavides, en un proceso que duró varios meses.
Ninguna de estas mujeres se ve a sí misma como víctima, según explica la performista, sino como resistentes y resilientes, en un Chile en el que la justicia ha sido esquiva para quienes han sido objeto de las violaciones a sus Derechos Humanos en la historia reciente del país.
“Ausencia / Presencia” es una de las obras seleccionadas para la muestra colectiva Rebeldes, Laboratorio experimental de prácticas feministas, que se está presentando hasta agosto en el MMyDH, donde exponen varias artistas de diversos géneros del arte.
Janet Toro se ha especializado en disciplinas como el Qi-Gong, de la medicina tradicional china, Yoga, y de Relajación Muscular Progresiva (Edmund Jacobson).
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Para esta performance aplicó estas técnicas para que cada una de las diez mujeres llegará a una síntesis de su proceso, el que se puso en común el pasado jueves 14 de abril.
Junto a la artista, las accionistas, como las llama la artista, Amelia Negrón, Vanessa Marimón Fuentes, María Isabel Ortega Fuentes, Lorena Estivales Arratia, Paula Fuica Holzapfel, Lucrecia Brito Vásquez, Alejandra Holzapfel Picarte, Pilar Quintanilla Venegas, y Kelly Echiburú caminan lentamente hasta quedar de pie, entre la reja y el bandejón de piedras, sobre el cual descansa una instalación de sillas negras vacías que aluden a la ausencia “de tantas mujeres asesinadas, torturadas y desaparecidas”, que la misma artista ubicó en marzo pasado.
Esta instalación se mantendrá durante toda la exposición de la muestra colectiva hasta agosto, como un resabio de la ausencia y un testimonio silente.
Luego, se desplazan hacia el exterior, y quedan de espaldas a la calle Matucana, de frente a la reja y con la mole del edificio del Museo como telón de fondo, donde Janet Toro se acerca a cada una para escuchar una tras otra lo que le dicen al oído, y va escribiendo en sus espaldas desnudas una palabra: Resistir, Negación, Pérdida, Abuso, Horror, Repulsión, Terror, Silenciada, Asfixia. La penúltima, luego de recibir las letras sobre su piel, escucha el susurro de la artista y escribe sobre su espalda la palabra Desgarro, con la que se completa el ciclo.
Una mujer, una palabra, con la que cada una llegó a sintetizar su proceso frente a la temática de la performance, que irrumpió en la cotidianidad de Matucana esquina de Catedral ante un público convocado que se mezcló con transeúntes que se fueron quedando, capturadas/os, por esta puesta en escena que emplaza a reconocernos.
Janet Toro sostiene que “trabajar estéticamente desde el dolor, desde lo terrible, desde el escombro, es una forma de resistencia, es una forma de rebeldía y de poesía”.
Finalmente, las diez mujeres se devuelven a la explanada del MMyDH, donde luego de volver a copar el espacio se reúnen en un círculo y poco a poco salen de la vista del público sin emitir sonidos. Entre el público un par de rostros con lágrimas en los ojos, otras personas daban las gracias. Un grito silencioso que no dejó a nadie impávido(a).