Chile rompiéndose y ramificando en versos: "Teoría del polen" de Victoria Ramírez
Desde hace unos años hay un auge de poemarios sobre pájaros, hongos y plantas. Distintas editoriales independientes van a gusto del mercado mainstream, académico y estudiantil que encontró en las aves y el reino vegetal un material a explorar.
Gracias al desconocimiento previo de estos universos de multiespecies, puede relucir la mediocridad, total nadie se da cuenta si el dato curioso funciona o no. En resumen, usar lo no humano con un enfoque utilitario y funcional repercute en las mismas aburridas concepciones yoístas. Algo histórico en lo humano, arrebatar a lxs otrxs.
Lo anterior se reduce a lo mínimo cuando nos enfrentamos a Teoría del polen (Provincianos Editores) de Victoria Ramírez (Santiago, 1991), segundo poemario en su laureado currículum con publicaciones que van desde las plaquettes, antologías y su primer libro magnolios (Overol, 2019).
La violencia de las plantas
Teoría del Polen se caracteriza por complejizar el mundo de las plantas, acá sus nombres no son gratuitos ni la estética e información responden al perfil de lo curioso. En esta publicación hay trabajo de campo, donde la escritura se presenta como un conflicto, porque el lugar humano observa, los poemas se unen a una relación, Ramírez no escribió un libro sobre las plantas, sino un libro de lo vegetal habitando y rodeándonos.
Son tres capítulos que describen de una u otra manera la fecundación de las plantas. Todo en un jardín perdido que, digamos, es Chile, rompiéndose y ramificando en versos, párrafos y algunas citas que incluso tienen referencias científicas modernas para construir poemas que se ejecutan a un ritmo particular. Sin un centro específico o una narrativa única, lo que va generando un libro de capas y entramados.
En los poemas se nombran especies que están en peligro de extinción, este spoiler poético lo menciono ya que el peligro de extinción es relevante en el libro: la voz poética anuncia que pronto no estará un paisaje ni la composición de esos lugares. Ramírez abre las posibilidades continuamente al generar un discurso político de ello. Es posible que lo se vive en tiempo humano desaparezca, como también, al citar datos científicos los poemas se impregnan de otros tiempos. Hay un tiempo/ritmo para las plantas y un tiempo para lo humano que en cada verso va diluyéndose, aunque humanos y plantas busquen reproducirse, sobrevivir y alimentarse, también desaparecen y necesitan sobrevivir.
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A la luz de cada página nos encontramos con la posibilidad de la desaparición, pero no como un lugar común que se anuncia en el capitalismo tardío. No es necesariamente el fin de las plantas; ellas estuvieron antes y estarán después. La violencia de las plantas es mantenerse vivas y evocar su resistencia. Es reproducirse a su tiempo y ocupar todo el espacio buscando el sol, comunicarse entre sus raíces y desprenderse de sus propios cuerpos. La pregunta es si continuamos con ellxs recíprocamente o desaparecemos en absoluto.
Los poemas se conectan con lo humano sin ser esencialistas. Acá el ojo observador parece herido e híbrido y, por ende, puede entender heridas. La voz poética no es de registro de datos regulado por la inquietud. Porque son poemas que al ojo humano rompen con el fetiche de las plantas en notas de registro.
Para la historia, privatizar lo inofensivo y controlarlo es la modernidad. La escritura de Ramírez dignifica el dolor. Las plantas sobreviven, buscan una forma de destrucción y reproducción. Ahí justamente habita el poema, porque no hay antropocentrismo; para las plantas hay una forma de vida que no funciona para el progreso: su violencia es sobrevivir. La violencia hacia las plantas es tener otro ritmo que el ojo humano es incapaz de reconocer. La violencia de las plantas es creer que lo humano las controla.
Es innegable la relevancia del teatro no-humano de Manuela Infante que con Estado Vegetal prendió al público hipster, académico y ñuñoíno a poner los ojos en las cosas o seres vivos ramificados. En este nuevo libro de Ramírez se coloca como una de las voces más interesantes de la poesía chilena. Su libro no habita el lugar común del panfleto ni del momento en que viven ciertos libros temáticos. Ella va un poco más allá de eso y conquista en la obsesión un recurso único para la poesía. Buscar la esencia de lxs otrxs. Y la esencia es la resistencia de lxs otrxs.
Teoría del polen
Victoria Ramírez
Provincianos Editores
60 páginas
Precio referencial $10.000