Vlado Mirosevic (PL): "El gobierno de Boric va a ser de centro-izquierda"
Hace un año, el Partido Liberal abandonó el Frente Amplio por la falta de unidad opositora que veían ante el escenario electoral de constituyentes y presidenciales. Era otro momento: Daniel Jadue y Pamela Jiles se disputaban el liderazgo en las encuestas, seguidos de Joaquín Lavín. Gabriel Boric se había autodescartado como presidenciable y los partidos aún tenían que articular las listas para la elección de convencionales y definir las primarias presidenciales. Un año después, Boric resultó presidente electo con el apoyo de toda la centro-izquierda, DC incluida. Lavín vive en el extranjero y ni siquiera votó y el principal adversario político resultó ser la extrema derecha de José Antonio Kast.
Vlado Mirosevic, diputado reelecto de los liberales, analiza el cambio de escenario, pero "no se arrepiente" de la decisión que en ese momento tomó el partido. "Nadie se esperaba el triunfo de Gabriel, que en las dos últimas semanas logró revertir la situación a su favor", dice el liberal. Lo ocurrido en el balotaje fue lo que esperaban lograr para la primera vuelta, pero no fue así y la izquierda decidió celebrar sus propias primarias, siguiendo el formato de coalición –Apruebo Dignidad– que levantó para las listas de constituyentes.
Ahora, ante el desafío que se viene para Apruebo Dignidad, es partidario de crear una coalición de gobierno amplia de izquierda y centro-izquierda para asegurar los acuerdos parlamentarios en un Congreso muy fragmentado. Si no se logra, apuesta que el presidente convoque "un gran acuerdo de mayoría parlamentaria". Según él, el futuro gobierno va a ser de centro-izquierda "porque el país así lo demanda".
¿A qué atribuye el triunfo tan holgado de Gabriel Boric el domingo?
Gabriel Boric quería cuidar el proceso constituyente y empujarlo, mientras que José Antonio Kast claramente estaba por el rechazo y representaba un retroceso. Si bien Kast logró más del 40% de los votos –lo que nos debe preocupar–, fue mucha más la esperanza del proceso de cambio. En eso Boric fue bastante hábil a efectos de convocar a una épica que representara el progresismo en su conjunto. Gabriel ganó porque fue capaz de ampliar, sin la ampliación no se ganaba.
¿Cómo lo ha visto en la primera semana como presidente electo?
Lo he visto muy bien. Hago muy buena valoración. Fue muy simbólica su llegada a la Convención y el encuentro con la presidenta y el pleno. Habla de que a pesar de todas las dificultades, los costos y el rechazo que provocó el acuerdo del 15 de noviembre, el proceso constituyente era el camino para dejar atrás la herencia autoritaria del pinochetismo.
Dice que Gabriel Boric logró representar al progresismo en su conjunto. Sin embargo, cuando el Partido Liberal se fue del Frente Amplio argumentaron que se debía a una falta de unidad opositora. ¿Se precipitaron o se arrepienten viendo lo ocurrido ahora?
No nos arrepentimos porque fuimos consecuentes con lo que somos. Somos un partido de centro-izquierda que cree que la unidad tiene que producirse, sin divisiones en el progresismo. En aquel momento Gabriel Boric no era candidato e incluso había dicho que no estaba disponible para ello. Por lo tanto, la alternativa era que el Frente Amplio apoyase a la candidatura de Daniel Jadue, que en ese momento estaba arriba en las encuestas y era muy probable que fuera candidato a primera vuelta. Siempre sostuvimos que dividir a la oposición no era bueno ni para el proceso constituyente ni para la elección presidencial, que había que tener una candidatura única y una lista única de constituyentes. La tesis de Jadue de dividir a la oposición entregaba el gobierno a la derecha y, en eso, no estábamos tan equivocados. Nuestra tesis fundamental no se equivocó. Boric ganó con distancia pero pasamos un buen susto con Kast. Y me atrevería a decir que hubiese sido muy difícil que Jadue hubiese ganado la elección presidencial. Después de nuestra salida, Boric se inscribió como candidato a la primaria y todos conocen lo que pasó ahí, y que fue sorpresivo. Nadie se esperaba el triunfo de Gabriel que en las dos últimas semanas logró revertir la situación a su favor. En buena hora Gabriel Boric logró producir el escenario que a nosotros nos hubiese gustado tener en primera vuelta.
¿Le sorprendió la capacidad de Gabriel Boric de unir en esta segunda vuelta?
No me sorprendió y celebro que lo haya hecho. Siempre he pensado que el gobierno de Gabriel Boric va a ser un gobierno de centro-izquierda porque el país así lo demanda. Ha quedado claro que la gente quiere cambios, pero tranquilos. La posibilidad de una fuerza nacional populista y del orden está a la vuelta de la esquina. Desde el progresismo tenemos que saber leer qué significa eso.
Este viernes el PR emitió un comunicado explícito de apoyo a Gabriel Boric. Se suma al Partido Socialista, cuyos dirigentes han reiterado en diversas ocasiones que, aunque no sean parte de Apruebo Dignidad, apoyarán el gobierno de Gabriel Boric. ¿Veremos algún documento explícito con ese apoyo desde el PL?
No lo hemos hecho, pero no creo que sea necesario explicitarlo. Con nuestra relación con el presidente electo y el Frente Amplio, del que fuimos fundadores, todo el mundo entiende que vamos a colaborar con el presidente en todo lo que sea necesario.
Como bloque Socialismo Democrático han manifestado que ofrecerán una “colaboración constructiva” al nuevo Gobierno. ¿En qué se concreta eso: ser parte del gobierno, llegar a algún acuerdo de gobierno entre partidos o a algún acuerdo parlamentario?
Apoyamos a Gabriel Boric sin ninguna condición, como el PS y el resto de la centro-izquierda. Lo que viene en adelante es esperar la invitación del presidente respecto a lo que están pensando ellos [Apruebo Dignidad] a nivel de gobierno. La clave no es participar o no del gobierno, sino cómo construimos una mayoría parlamentaria, porque tenemos un Congreso empatado, lo que da cuenta de que el avance y el retroceso están a la vuelta de la esquina. Pensábamos que después del estallido social venía con nitidez una mayoría que quería cambios, pero eso no se expresó. El próximo Congreso es más conservador que el actual y eso da para pensar. A mí me gustaría que el presidente haga una convocatoria de izquierda y centro-izquierda para llevar adelante eso.
¿Habla de un acuerdo entre parlamentarios o para el Ejecutivo?
Mi primera expectativa sería convocar una coalición de gobierno progresista para luego poder construir una mayoría parlamentaria. Si no hay ánimo para eso en el presidente, en los partidos de la coalición de gobierno o en los otros partidos de centro-izquierda y no se logra, al menos que se logre un gran acuerdo de mayoría parlamentaria y que lo convoque el presidente. Puede haber acuerdos en distintos niveles, también.
¿Esta gran convocatoria debe incluir a la DC?
He tenido y tengo grandes diferencias con la DC pero, por otro lado, desde el punto de vista numérico, la DC no puede quedarse fuera. Quiero destacar el esfuerzo genuino que ha hecho su presidenta, Carmen Frei, que claramente es una mujer progresista y colaboró en la segunda vuelta. Hay que continuar ese camino. Ahora, si la DC va a participar del gobierno, es otra discusión. Sí creo que es importante tener a un acuerdo programático de ciertas reformas donde hay que llegar sí o sí, y la DC tiene que estar en este acuerdo porque, si no, no están los votos. Quizás no todos los partidos quieren ser parte del gobierno, quizás la DC no quiere, pero puede ser parte de un acuerdo programático.
¿Qué justifica que en un acuerdo de gobierno entrara la DC, el PPD o fuerzas de la centro-izquierda, más allá del PS, que fue el partido que más se mojó, sobre todo un sector del partido, por Gabriel Boric?
Verdaderamente, no lo sé. Es un debate que tendrán que mantener con estos partidos. No son relevantes los cargos, sino si el presidente va a convocar un gran acuerdo parlamentario o no para poder llevar a cabo las grandes reformas en el Congreso. Es un tema práctico, más que nada, porque no conozco otra manera posible para gobernar que no sea con una mayoría parlamentaria, no veo otro camino.
¿Qué diferencia hay hoy entre el bloque Socialismo Democrático y el Frente Amplio?
Respecto del Gabriel Boric de segunda vuelta, no hay grandes diferencias porque fue un candidato que representó genuinamente la centro-izquierda.
¿El Gabriel Boric que gobernará cree que será el de la primera vuelta o el de segunda?
Está por verse eso. A algunos nos gustaría que los cambios avanzaran rápido, pero cuando vi el resultado en el Congreso me confirmó un temor que tenía hace rato: que en algún momento la ventana para hacer cambios se va acortando. Eso no es la primera vez que nos pasa. En la primera vuelta de Michelle Bachelet, que vino con un programa reformista, al poco tiempo las encuestas mostraban respecto a las reformas una cierta preocupación en las capas medias por la incertidumbre económica. La ventana de oportunidad para hacer cambios no es infinita. Puede haber una sociedad que no nos acompañe tanto. Tenemos que hacer los cambios rápido porque si no la derecha se reorganiza. Eso es lo que pasó en este tiempo: la derecha se reorganizó y consiguió la mitad del Congreso. Si no aprovechamos en este Gobierno a dejar instaladas ciertas transformaciones estructurales aprovechando el trabajo de la Convención, va a ser muy difícil para el futuro desmontar el neoliberalismo.
¿Para todo eso, entonces, espera ver un Gabriel Boric como el de la segunda vuelta?
Me gustaría ver un Gabriel Boric como el de la segunda vuelta, con un programa de transformaciones para llevar a adelante, pero que para hacerlo no tiene que convencer sólo a los propios. La esperanza de cambio que está detrás del triunfo de Boric no se puede frustrar y la esperanza de cambio que está en el “Apruebo” de la Convención Constitucional, tampoco. Mi llamada al progresismo es a entender que la ventana para hacer cambios es ahora.
¿Teme el rol que pueda tener el PC en este nuevo gobierno?
No, con el PC tengo diferencias en política internacional, pero respecto de Chile es muy injusta la campaña de desprestigio que intentó la derecha en su contra. El PC en Chile ha sido históricamente un partido institucional y democrático. No cabe ninguna duda de eso. Cada vez que ha gobernado ha sido muy responsable, recordemos con Allende o con Bachelet. Además de ser leal al presidente, pone la pelota al piso.
¿Qué prioridades debería tener el futuro gobierno?
La reforma tributaria es clave porque sin eso no vamos a poder financiar políticas sociales redistributivas y del cuidado porque la proyección económica del próximo año es del 2%. Si no hacemos una reforma tributaria que permita que en Chile tengamos un sistema tributario progresivo y los que tienen más paguen más –que no es lo que ocurre hoy– no se va a poder financiar lo que venga de la Convención, que requerirá financiamiento. También la reforma de pensiones va a ser clave, aunque reconozco mi enorme temor por enfrentar una reforma de pensiones sin mayoría parlamentaria. Soy un esperanzado, pero realista porque el escenario económico y político del próximo gobierno no va a ser fácil. La derecha se reorganizó y ganaron la mitad del Parlamento porque quieren evitar el cambio y restaurar el orden anterior. Por eso hay que colaborar con el presidente más allá de este momento, que acaba de ganar la elección: hay que hacerlo también en los momentos de dificultad. Ojalá cuando llegue ese momento exista lealtad.
A la derecha le fue bien en las legislativas, pero después de la derrota de la segunda vuelta ha quedado descabezada. Hay un debate sobre los liderazgos. ¿Eso les puede dar cierta ventaja?
Sí, está descabezada pero ojalá que no siga el camino del Partido Republicano. Hemos visto lo ocurrido en otros países: en España vemos un Partido Popular muy arrodillado a Vox, y eso no puede ocurrir. La tentación en el Congreso puede que sea en forma de discursos más duros contra el gobierno o más reivindicativos del orden. La derecha se puede mover hacia la ultraderecha, pero creo que la derecha más social se va a resistir a esta derechización (aunque eso puede ser una minoría).
¿Ud. que ha estado dentro, cómo observa el Frente Amplio para asumir el desafío de ser gobierno?
Tengo grandes amistades ahí y les deseo lo mejor. Será un proceso de maduración importante el hecho de estar en el gobierno. Confío en el presidente electo para tener la sensibilidad de ir un poco más allá y tener la humildad. Gabriel va a inaugurar un nuevo momento del ejercicio del poder en Chile, más allá de las reformas o cambios estructurales. Va a haber una nueva sensibilidad en el gobernar. Uno no gobierna para sí mismo o para su coalición y para eso hay que escuchar. Piñera creyó que en su mandato tenía un cheque en blanco y terminó como terminó.