DATOS| Participación y voto a Parisi: Las claves para el triunfo de la segunda vuelta
Faltan aún dos semanas para el 19 de diciembre, mucho tiempo para una campaña electoral tan polarizada. Todavía hay margen para para giros, sorpresas e imprevistos, pero todas las encuestas publicadas hasta este sábado (último día permitido por ley) pronostican la victoria a Gabriel Boric en el balotaje. Se trata de unos datos que contrastan con los resultados que arrojó la primera vuelta, que además de dar como ganador a José Antonio Kast, entregó al bloque de la derecha (suma de votos de Sebastián Sichel, Kast y Franco Parisi –cuyo votante se asocia ideológicamente más a Kast que a Boric–) un dominio en prácticamente todas las regiones del país, excepto la Metropolitana, Magallanes y Atacama (en las dos últimas por diferencias muy ajustadas, de 1.500 y 3.000 votos, respectivamente).
¿Se ha producido un cambio de tendencia en las últimas semanas? ¿Cómo están afectando los cambios de discurso de los candidatos en las proyecciones? ¿Serán clave los casi 900.000 votos que recogió Parisi? ¿Hacia dónde decantarán? ¿Cómo impactará un aumento o descenso de la participación? Hay muchos interrogantes difíciles de responder, pero en análisis de datos en clave geográfica y etárea pueden entregar algunas pistas sobre posibles escenarios.
El bloque de Kast alcanza los 3,74 millones de votos, mientras que el de Boric llega a los 3,24 millones. Sin Parisi, el voto de derecha suma 2,84 millones, con lo que los casi 900.000 votos que recibió el economista se convierten en imprescindibles para el triunfo final. Éstos y los que puedan surgir de una bolsa de votos mucho mayor: la del abstencionismo.
Los expertos advierten que no se pueden endosar los votos porque la disciplina interna en un partido es casi inexistente y lo que dice el líder no significa que sea aceptado por sus votantes. A eso se le suma el sentimiento antipartidos y antipolítico que prevalece en Chile, lo que hace muy difícil pensar en bloques estables que puedan traspasar votos de una candidatura a otra. También avisan que las encuestas pueden ser imprecisas porque no llegan a todos los electores (población rural, comunas pequeñas o más pobres) y que eso podría sobreestimar la distancia a favor de Boric por sobre de Kast. Los sondeos son el reflejo del momento político en el que se hace el estudio, y los últimos se engloban en el momento en que Boric cerró acuerdos políticos con los partidos de Nuevo Pacto Social e incorporó a Izkia Siches como jefa de su campaña y a varios economistas.
A pesar de eso, el análisis de datos que sigue sirve para mostrar la fuerza de ambos candidatos en los territorios estudiados y qué tan clave puede ser el voto de Franco Parisi en cada uno. Para el bloque de Kast se han sumado los votos del propio Kast, Sichel y Parisi. El bloque de Boric recoge los votos de Provoste, ME-O y Artés.
El académico y cientista político de la Universidad de Talca Mauricio Morales estudió hace seis años el trasvase de votos de Parisi en las elecciones presidenciales de 2013. En su análisis concluyó que la votación de Parisi estuvo relacionada con la tasa de crecimiento de Evelyn Matthei en la segunda vuelta, que disputó contra Michelle Bachelet. En las comunas donde Parisi tuvo un mejor desempeño, el aumento de la votación por Matthei en la segunda vuelta fue más significativo, aunque también destaca que Matthei no pudo capturar la totalidad de la votación de Parisi: la alcaldesa obtuvo 467.000 votos, cifra inferior a los 665.000 votos que obtuvo Parisi. “Los votos de Parisi son determinantes porque son muchos. Es difícil pensar que quienes no votaron lo hagan ahora, pero si quienes votaron por Parisi vuelven a votar se convertirán en determinantes”, opina Claudia Heiss, académica del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile. Aunque reconoce que es difícil saber hacia dónde se orientarán estas preferencias, considera que el votante de Parisi tiene “una suerte de afinidad ideológica con la derecha, es individualista y comparte con Kast que ambos son votos muy masculinos”.
Desde Criteria, Munita ha perfilado los votantes de cada uno de los candidatos en relación a indicadores como la edad, el nivel socioeconómico o la zona geográfica: “El voto de Parisi se concentró en los votantes jóvenes de clase media, mayoritariamente de zona norte del país, pero también en los segmentos de más bajos ingresos de la zona centro sur, de Maule a Bío Bío”. Y añade: “Los votos del norte de Parisi pudieran ser más abordables para Boric; en cambio, que los votos del sur se deberían asociar más a la candidatura de Kast”. Sin embargo, para él, el voto del economista va a depender “de cuán profunda sea su desafección [del votante] con la política”, de la participación que tenga en el balotaje y de la evaluación que tengan de los candidatos que quedaron en segunda vuelta.
El decano de la Facultad de Ciencia Política y Administración Pública de la Universidad Central, Marco Moreno, considera “un riesgo” y “una mala decisión electoral” ir a buscar los votos de Parisi. “Tiene que ofrecer propuestas a sus electores pero no ir a buscar a Parisi”, opina. Según él, la disputa debe enfocarse en “el bolsón de votos más grande” y no en los 900.000 votos del candidato del PDG. En este sentido, apunta que Gabriel Boric tiene todavía margen para crecer en regiones como Valparaíso, Coquimbo o la Región Metropolitana. En las dos primeras, el bloque de Kast suma más que el de Boric. En las comunas rurales de la RM el bloque de derecha también suma más votos, así como en el sector oriente –como ocurre normalmente– y en Providencia. “En casi todas las comunas de la RM donde ganó Boric votó menos del 50%, se gana con entre el 47-49% de participación por eso hay mucho margen ahí para crecer”, dice Moreno.
Participación
Si bien esta elección, en términos generales, registró una participación inferior a la del plebiscito de octubre de 2020, en las regiones del sur (Maule, Ñuble, La Araucanía, Los Ríos, Los Lagos, Aysén y Magallanes) hubo una mayor cifra de electores. “En efecto, participaron más porque existió un candidato que viene hablando hace tiempo y sistemáticamente sobre los problemas de seguridad en la zona, especialmente en la región de La Araucanía”, señala Munita. Para Marco Moreno, este aumento de electores también se relaciona con la llegada de la vacuna. “En el plebiscito votó menos gente en esta zona porque todavía no teníamos la vacuna. Ahora entró a votar más gente adulta, mayores de 50 años, especialmente, en las regiones del sur, y eso lo capitaliza mejor Kast”, añade Morales.
Respecto a las elecciones presidenciales de 2017 (primera vuelta), Antofagasta, La Araucanía y Aysén fueron las que en esta ocasión registraron un mayor aumento de participación. En la RM, la mayoría de las comunas que experimentan un mayor crecimiento respecto a las elecciones de 2017 coinciden con sumar su mayoría al bloque de Kast. “En todas las elecciones se observa un patrón donde la participación es directamente proporcional con los niveles de ingreso e inversamente proporcional con la edad. Kast mejora su desempeño en las comunas más pequeñas, normalmente más pobres, pero eso no hace suponer que una menor participación le sea útil. Boric, por su parte, puede crecer en la RM, pero no en las comunas del sector oriente, su foco debería estar en todo el resto de las comunas y llamar a más personas a votar”, comenta Cristián Munita.
[caption id="attachment_705130" align="alignnone" width="900"] Diseño: Michel Contreras[/caption]
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En las dos semanas que quedan de campaña, los candidatos deberán decidir cómo quieren distribuir el poco tiempo que les queda. “Tienen que definir si se concentran donde tuvieron un mal desempeño o donde hay grandes volúmenes de votantes, es decir, la RM, Valparaíso y Concepción”, indica Moreno. Según él, esta última opción tiene más posibilidades considerando que cerca de 8 millones de personas no votaron y que hay 3,5 millones que votaron por otras opciones. “Hablamos de volumen significativo de votos que hay que ir a buscar, aunque, estratégicamente, sea más fácil movilizar al elector que ya votó que al nuevo”, añade.
Los expertos consultados coinciden que en el balotaje votará más gente que en la primera vuelta, aunque sin superar el 51% que se alcanzó para el plebiscito. Para Claudia Heiss el miedo será un “factor movilizador”, sobre todo para la derecha. Y otro elemento clave, dice, será la edad de los electores. Para el plebiscito hubo un voto nuevo de gente muy joven que acudió a las urnas y operó como una suerte de recambio de adultos mayores que no lo hicieron por miedo al contagio de la pandemia. “Los adultos mayores que votaron menos en las últimas elecciones debieran volver a votar y eso beneficiaría a la derecha porque es un voto más conservador”, dice. “El electorado joven puede ser determinante y dar una gran sorpresa, pero también es quien menos historia de votaciones tiene”, agrega Munita.
El siguiente gráfico elaborado por Criteria muestra la distribución del perfil de los votantes de mayor afinidad en relación a las tres variables de mayor relevancia: edad, zona geográfica y nivel socioeconómico, en base a los resultados electorales provistos por Servel y el padrón electoral. Para ello, se consideraron las 46.638 mesas escrutadas por el Servel, que fueron ordenadas según el porcentaje de votación que obtuvo cada candidato. Los resultados representan el perfil de las personas que componen el 10% de las mesas de mayor votación relativa para cada candidato y, por tanto, suponen una aproximación al votante directo.
[caption id="attachment_705132" align="alignnone" width="900"] / Gráfico: Criteria[/caption]
Balotaje competitivo y polarizado
“La participación y el destino de los votos de Parisi serán por lejos los grandes interrogantes en esta segunda vuelta”, dice Cristián Munita. Subraya que las segundas vueltas suman o restan votantes dependiendo de cuán competitivas sean las posiciones: “Se restaron votantes cuando el electorado vió que Matthei no tenía ninguna posibilidad frente a Bachelet, pero se sumaron el 2017 cuando la derecha vió en riesgo la posibilidad de elegir por segunda vez a Sebastián Piñera”. Sin duda, la próxima elección se presenta competitiva y muy polarizada, pero –para él– la duda es si este factor será “un gatillante adicional de participación o bien un inhibidor para el electorado más de centro”, dice.
Precisamente, en las últimas semanas, ambos candidatos se han dedicado a conquistar al votante más moderado con distintos gestos y reabajando sus discursos y propuestas. “Buscar el centro no significa buscar el voto de los partidos de centro y sus liderazgos, sino ofrecer propuestas de políticas públicas en esta línea”, apunta Heiss.
A lado y lado se han ido sumando apoyos y adhesiones, lo que hace pensar en una segunda vuelta más concurrida, pero solo será así si, efectivamente, una parte de la gran bolsa de abstencionistas se siente llamada a participar en el balotaje que para muchos es el más trascendente de los últimos 30 años.