Las derrotas de Gabriel Boric y Yasna Provoste

Las derrotas de Gabriel Boric y Yasna Provoste

Por: Carlos Huneeus | 23.11.2021
¿Cómo se explica que, a pesar del pésimo gobierno de Piñera, pueda darse la posibilidad que la derecha continúe en La Moneda? Los factores se encuentran no sólo en las capacidades electorales de Kast y en los poderes económicos y políticos de su sector. También se encuentran en el contexto político. La incapacidad de Piñera para prever y enfrentar el estallido social  y controlar el orden público pusieron en primer lugar de la agenda pública temas que están más cerca de la derecha, que fueron hábilmente agitados por la candidatura de Kast: paz, orden y seguridad.

La principal sorpresa del resultado electoral de la primera vuelta de la elección presidencial el 21 de noviembre fue que la derecha puede aspirar a continuar en la Presidencia de la República. El triunfo de José Antonio Kast sobre Gabriel Boric, candidato del Frente Amplio y el PC, con dos puntos porcentuales abre esa posibilidad.

Desde las elecciones presidenciales de 1999, quien ganó la primera vuelta, se impuso en la segunda. Ricardo Lagos, candidato de la Concertación, se impuso frente a Joaquín Lavín, candidato de la derecha, por escasos 30.141 votos. El presidente Sebastián Piñera podría entregar la banda presidencial al candidato del mismo sector, José Antonio Kast.

No se producía una alternancia de gobierno del mismo sector desde 2005, cuando Ricardo Lagos le entregó la Presidencia a Michelle Bachelet, también de la Concertación. Antes lo habían logrado en 1994 Patricio Aylwin a Eduardo Frei Ruiz-Tagle y éste a Lagos en 2000.

Esta posibilidad no fue advertida. Gabriel Boric se impondría en primera vuelta y también en la segunda. Él sería el próximo Presidente. El triunfo de la oposición era la alternativa con mayor adhesión a medida que se acercaban las elecciones. El debate presidencial de Anatel el lunes 15 de noviembre, durante el cual Kast no tuvo un buen desempeño ante las críticas de Boric y Marco Enríquez-Ominami, reforzó esa conclusión.

El joven diputado del FA no lo esperaba. Estaba convencido de superar a Kast por una cómoda mayoría. No tenía preparado un discurso para esa eventualidad, compareciendo ante sus adherentes y la ciudadanía esa noche con un discurso propio de la primera vuelta y no como el primer paso en el camino a ganar la segunda vuelta. Fue lo que hizo Kast antes que él, con un discurso escrito y bien desarrollado, invitando a los votantes de los otros candidatos.

¿Cómo se explica que, a pesar del pésimo gobierno de Piñera, pueda darse la posibilidad que la derecha continúe en La Moneda? Los factores se encuentran no sólo en las capacidades electorales de Kast y en los poderes económicos y políticos de su sector. También se encuentran en el contexto político. La incapacidad de Piñera para prever y enfrentar el estallido social  y controlar el orden público pusieron en primer lugar de la agenda pública temas que están más cerca de la derecha, que fueron hábilmente agitados por la candidatura de Kast: paz, orden y seguridad.

Los partidos de la ex Concertación y los del Frente Amplio (FA), mantuvieron silencio durante largas semanas después del estallido social ante los hechos de violencia provocados por grupos minoritarios (anarquistas, ultraizquierdistas, delincuentes, narcotraficantes, barras bravas) contra bienes públicos y privados y contra las fuerzas de orden y seguridad. Los episodios de violencia el 18 de octubre pasado reforzaron la prioridad de las políticas de orden público en los sectores populares por  delante de las propuestas de reformas estructurales planteadas por las candidaturas de Boric y de Yasna Provoste, del Nuevo Pacto Social.

El apoyo electoral recibido por Boric en la primera vuelta también se explica por las debilidades del FA. No es un partido, sino una alianza electoral conformada por varias colectividades de izquierda, las cuales tienen una organización mínima, con un número reducido de dirigentes y activistas, que limitan sus capacidades de tener cohesión y eficacia. El episodio de la rendición de gastos de la candidatura a gobernadora regional de Karina Oliva escasos días antes de las elecciones muestra esa debilidad organizativa y política.

El FA obtuvo una significativa representación parlamentaria en las elecciones del 2017 (20 de los 149 diputados y un senador de 50) por la exitosa campaña presidencial de Beatriz Sánchez. Sin embargo, no se destacaron por su labor parlamentaria. Los protagonismos individuales (Pamela Jiles) le perjudicaron. Compartieron posturas populistas al cuestionar los altos sueldos de los parlamentarios y promover mecanismos de democracia directa en la preparación del programa presidencial.

La historia cayó a los hombros del FA antes de haber construido una alternativa de gobierno, con partidos organizados, programas de gobierno y líderes. La historia le cayó especialmente a Boric, quien el 15 de noviembre de 2019 firmó a título personal el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución, mostrando tener un singular coraje y visión política. Sin embargo, eso no fue suficiente.

De cara a la segunda vuelta, las posibilidades de Boric se ven difíciles por la baja votación de Yasna Provoste, logrando un 11,6% y ubicándose en un quinto lugar. Ella cometió un grave error estratégico. En vez de buscar el apoyo del votante de centro, se dirigió a los electores de izquierda, que Boric tenía. No tuvo visión respecto de la segunda vuelta, que requiere ampliar la votación con nuevos votantes y esos estaban en el centro. Cometió el mismo error de Radomiro Tomic, el candidato presidencial de las DC en las elecciones presidenciales de 1970, que se propuso ganar las elecciones con el voto del electorado de izquierda, desconociendo el liderazgo de Salvador Allende y la poderosa organización del PS y el PC. Salió tercero, detrás de Jorge Alessandri, el candidato de derecha.

Poco es el apoyo que Provoste le puede proporcionar a Boric. La segunda vuelta fabrica una mayoría. El elector debe optar entre los dos primeros candidatos, forzando a los que apoyaron a los otros postulantes a tomar una preferencia entre ellos. Cada candidato forzará a esos votantes a apoyarle. Sin embargo, esas no son las únicas alternativas. También hay una tercera, de rechazo a los dos candidatos, con la abstención o el voto nulo. La candidatura del Frente Amplio y el PC tiene un difícil camino que recorrer para imponerse en la segunda vuelta.