Investigación revela red de "adopciones forzadas" entre Pinochet y grupos nazis suecos
El diario sueco Dagens Nyheter, uno de los más importantes del país, reveló esta semana una serie de antecedentes sobre una red de adopciones irregulares de niños chilenos con destino a Suecia durante la dictadura de Augusto Pinochet, que habría involucrado a la agrupación de extrema derecha Sociedad Suecia-Chile.
El caso fue descrito profundamente en un investigación académica de Karen Alfaro Monsalve, historiadora de la Universidad Austral, y José Luis Morales, teniendo como fuente documentos públicos y privados, entre los que hubo comunicaciones de la embajada chilena en Suecia.
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El estudio llamado "Niños chilenos adoptados por familias suecas: diplomacia durante la Guerra Fría (1973-1990)" detalla que las adopciones internacionales fueron vistas como un mecanismo por parte del régimen de Pinochet para mejorar su imagen, que en en ese momento estaba particularmente afectada por las campañas contra la dictadura por parte de los exiliados en Suecia y la oposición del primer ministro Olof Palme al régimen militar.
Fue justamente al finalizar el gobierno de Palme en 1976 y la llegada al poder de la derecha cuando hubo un incremento en las adopciones desde Chile.
"Rápidamente se comprendió que las adopciones podían traer algo positivo para Chile, tanto política como económicamente. Querían mostrar al mundo exterior que la dictadura también se preocupaba por los niños abandonados. Querían mostrar humanidad", sostuvo Karen Alfaro.
Los secretos vínculos nazis
La investigadora detalla que en ese contexto "la junta militar creó una nueva práctica para las adopciones forzadas de niños de familias pobres mediante procesos simplificados", lo que hizo que se pasara de unas pocas adopciones durante los primeros años de la dictadura a mil 700 a finales de los años '70.
Desde la embajada chilena informaron en ese entonces al Ministerio de Relaciones Exteriores que para las adopciones estaba colaborando la Sociedad Suecia-Chile, una organización de extrema derecha que buscaba mejorar las relaciones internacionales con Pinochet. El presidente de esta agrupación tenía un alto cargo en la Unión Nacional Sueca Pro-Nazi y su secretario era activista del movimiento fascista Nueva Suecia.
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De acuerdo a una carta enviada por el embajador, los vínculos con los grupos de ultra derecha se estaban haciendo "con mucho cuidado para no levantar sospechas". Finalmente, las adopciones se concretaron gracias a la participación de la organización Centro de Adopciones, que operó en Chile hasta 1992, poco después que terminó la dictadura.
Por estos hechos el gobierno sueco anunció una investigación por presuntas irregularidades vinculadas a adopciones internacionales. Previamente ya se habían abierto indagatorias anunciadas por la ministra de Asuntos Sociales de dicho país, Lena Hallengren.
En Chile hay una investigación penal en curso desde el 2018 sobre adopciones irregulares, causa en la que figuran 630 casos suecos. Además, un investigación del Congreso finalizada el 2019 concluyó que hubo niños que "fueron arrebatados a sus padres y adoptados".