Extrabajador de Nova Austral acusa explotación laboral y prácticas ilegales de la empresa
Mario Argel Uribe siempre vivió en estrecha relación con el mar. Creció junto a pescadores artesanales, pescando y mariscando en la región de Los Lagos, donde no sólo vio de cerca el avance de las salmoneras en los mares de la región, sino que lo estudió, como parte de su carrera técnica en acuicultura. Cuando entró a trabajar en la salmonera Nova Austral, en las plantas de la empresa ubicadas en el Parque Nacional Alberto de Agostini, constató de cerca las prácticas ilegales y sufrió la sobreexplotación laboral. El pasado mes se autodespidió de la empresa y su historia ganó notoriedad tras una entrevista para el medio local de la Patagonia, tualdea.cl
El relato de Mario da cuenta de precarias condiciones laborales y sobre esfuerzo, y de las prácticas ambientales que se conocieron en el 2019, como la matanza de lobos marinos, la falsificación de datos o la modificación del fondo marino para ocultar el avanzado deterioro del ecosistema y poder seguir operando. También comenta las dificultades a las que se enfrentó para poder denunciar la situación.
¿Qué te llevó a trabajar en una salmonera?
Estudié en un liceo de enseñanza media donde estaba la carrera de acuicultura. En Chile en un momento la educación se volvió técnica porque necesitaban mano de obra, y lo pintaban como algo necesario para el país tener mano de obra calificada.
Además, el contrato que me ofrecía Nova Austral en papel sonaba bonito porque tenía tres ejes de sustentabilidad: laboral, ambiental y social. Aunque después, en la práctica fue totalmente lo contrario a lo que te ofrecían.
¿Qué prácticas te sorprendieron una vez que entraste a trabajar en Nova Austral?
Lo que más me impactó fue la matanza de lobos marinos que vienen a comerse los salmones. Verlo ahí. Yo sabía que pasaba porque estudié acuicultura pero verlo es otra cosa. Quiero aclarar que yo nunca maté a un lobo.
Lo otro es que yo quise denunciar las prácticas muchas veces, y no se podía fiscalizar porque la Armada, que presta apoyo a Sernapesca y a la Dirección del Trabajo para venir a la planta, no lo estaba prestando por la pandemia. Hubo dos años donde no se fiscalizó nada a las salmoneras como Nova Austral, al menos en lo laboral. Mientras no lograba denunciar, pedí licencia psiquiátrica y así dejé de realizar las prácticas que me obligaban a hacer y que yo sabía que eran delictuales.
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Y lo que yo más quiero denunciar es la modificación del fondo marino. Nosotros recolectamos piedras y arena en grandes cantidades de las orillas, llenamos barcos. Desde Nova Austral habían marcado con GPS distintos puntos en el mar, y ahí tirabamos esa arena, que es para ocultar la contaminación que deja en el mar la producción salmonera y la situación anaeróbica que genera. La capa de fecas y alimento en descomposición que cubre el fondo marino y hace que todo se muera. Eso es lo que buscan cubrir con arena para seguir operando y reventando el ecosistema.
Esa situación que se supo en el 2019, yo también la estaba intentando denunciar en ese mismo tiempo y no pude. Ahí hubo trabajadores involucrados, que no quieren realizar esas acciones porque saben que no se deben hacer, pero ante la amenaza de despido, prima la necesidad de mantener a la familia y la economía del hogar. Compañeros míos se lesionaron la espalda cargando los botes y no los dejaron salir al médico porque estaban haciendo algo que no deberían estar haciendo. Los mandaron a descansar pero no podían irse. Y hay gente que sigue trabajando así en ese lugar y que defienden ese tipo de trabajo porque han normalizado esas conductas.
El problema es que todo eso no se ve. Tu llegas a comprar un filete de salmón y se ve bonito, se vende como un salmón de las aguas prístinas de la patagonia, con sustentabilidad ambiental social y laboral. Pero no sabes en qué contexto se produjo ese salmón, cómo estaban esas aguas, cómo trabajaron las personas involucradas, los lobos que se mataron. Eso queda en el mar.
¿Cómo te fuiste de Nova Austral?
Como persona natural y trabajador del último eslabón de la empresa, me ha sido muy difícil denunciar estas situaciones. Me mandan de un lado a otro y de no ser porque tengo una red de apoyo y mucha paciencia, no habría logrado hacer nada. Lo único que he podido hacer hasta ahora y que me recomendó alguien de la Dirección del Trabajo fue hacer un autodespido, y ahi dejar todos estos antecedentes como parte de mi caso, que no es una denuncia. Laboralmente estoy en etapa de mediación con Nova Austral.
[caption id="attachment_694464" align="aligncenter" width="470"] Mario Argel Uribe en Cerro Benítez, Patagonia Chilena[/caption]
¿A qué te dedicarás ahora?
Quiero seguir trabajando en el mar, pero en mi región y de forma independiente. Mariscar, construir algo acá en el campo e intentar autosustentarme.
Mi familia, amigos, mucha gente se dedica a la pesca artesanal aquí. Pero es un rubro que está siendo copado por la industria. Lo que hacen es que les dan plata a pescadores para que se compren una embarcación más grande pero le piden toda la captura. Entonces hay cupos artesanales que están siendo ocupados por la industria y los pescadores realmente artesanales de baja escala y bajo impacto tienen cada vez menos para pescar.
¿Comes salmón?
Dejé de consumirlo.
¿Crees que son necesarias las salmoneras como Nova Austral para que la gente tenga trabajo?
No. Hay alternativas. Se debe fortalecer el rubro artesanal, los recolectores de orilla, la producción circular, el turismo local, el aspecto colaborativo de las comunidades, rescatar la cultura y patrimonio de los distintos lugares. Se puede hacer mucho pero lamentablemente no se está haciendo y entonces lo más fácil es irse al rubro acuícola. El salmón, al ser una especie introducida ha ido cambiando la biodiversidad de los lugares y eso también tiene un impacto en los peces nativos, en otras especies locales. Es necesario sacar ese disfraz de artesanal a la industra extractivista, limpiar el rubro y volver a las raíces.
Yo siempre he sido una persona del mar y nunca estuve de acuerdo con las prácticas de la empresa. Siempre fui una piedra en el zapato para ellos y lo sigo siendo. Lo que estoy haciendo ahora no es nada muy beneficioso para mi. Pero hay que liberar al mar del extractivismo.