La necesaria disputa de TVN ante su tecnocrática mirada neoliberal
Aquel histórico día en que la Convención Constitucional asumió el desafío de redactar una nueva Constitución para Chile, una articulación de más de 50 medios no tradicionales, alternativos, contrahegemónicos, populares y libres transmitieron durante prácticamente todo el día. Como ha venido ocurriendo desde hace un largo tiempo ya, se demostró cuán importante es contar con una pluralidad de medios de comunicación.
Mientras que la comunicación popular aunada en una red hecha a puro pulso, sin financiamiento y por internet, transmitía tanto desde el interior de la Convención como desde el exterior, los canales de televisión tradicionales se conformaron con colgarse a la transmisión oficial hecha desde la Convención y desde el estudio reafirmar lo que se iba viendo, dejando fuera lo que ocurría más allá de la ceremonia. Canal 13, TVN o CHV (con CNNChile) hacían de la Convención un lugar vacío pues no entregaron mayor información en sus relatos. Parecía más bien un show en una pasarela, donde los convencionales llegaban, caminaban, saludaban y pasaban a tomar su lugar. Pero, por fuera de estas pasarelas mediales, ocurría una manifestación popular que hacía de eje entre lo institucional de la convención y la rebelión aún presente en las calles.
Los medios de comunicación alternativos entregaron información tanto de lo que ocurría al interior de la Convención como del exterior. Las cámaras estaban en medio de las manifestaciones, incluso fueron alcanzados y heridos algunos de los reporteros. Cuando la represión comenzó, los grandes medios seguían transmitiendo la Convención desde adentro, pero el país se informaba por medios comunitarios de la represión que realizaban en un día que debió haber sido una “fiesta de la democracia”. Al menos 40 minutos demoraron las televisoras hegemónicas en mostrar la represión. Cuando la mostraron, editorialmente fue de criminalización de la protesta social y no de protección de las manifestaciones denunciando las violaciones a los derechos humanos que aparentemente ya están normalizadas. De haber dado más temprano cobertura a la represión, quizás se hubieran evitado los heridos, pues la prensa tiene un rol fiscalizador y de guardiana de los derechos humanos.
La mirada unívoca
Ya lo han dicho diversos organismos internacionales que han sugerido al Estado chileno realizar cambios en la legislación para que la concentración mediática se modifique y haya una mayor garantía de derechos humanos. Pero los años pasan y los medios quedan, y el Estado sigue sentado en su palco mercurial entregando millones de pesos a través de publicidad estatal a medios que representan una sola visión ideológica, tanto Copesa (La Tercera) como El Mercurio y sus cadenas regionales. Es en este sentido que TVN cobra relevancia como espacio medial que hoy está capturado por una ideología tecnocrática neoliberal que, evidentemente, ha tomado posición.
Esta mirada unívoca de la vida que transmite TVN –siendo que es el único canal que llega a todos los rincones de nuestro país– quedó en evidencia cuando asistió la presidenta del directorio de TVN, Anita Holuigue, a la audiencia N° 7 de la Comisión de Comunicaciones, Información y Transparencia de la Convención. En su presentación se refirió al consumo, al flujo de visitantes y explicó las plataformas que TVN tiene (mencionó el Canal 24 Horas; TV Chile exterior; NTV, canal cultural; 24.cl, tvn.cl, y TVN play), y destacó que sus plataformas web superan las 20 millones de visitas al mes. Sugirió tres puntos que la Convención debiera trabajar: el acceso a toda la información que se relaciona con la transparencia; tener un repositorio donde reunir la historia del proceso constituyente; y, finalmente, cómo la Convención informa a la ciudadanía lo que está desarrollando.
Las audiencias estaban diseñadas para recibir propuestas de organismos, instituciones, empresas u organizaciones sociales para colaborar con el proceso constituyente, y la presidenta de TVN no dio ninguna, salvo que, y cito textual, “alojemos en nuestro sitio web, que tiene mucho tráfico, el link al sitio de ustedes (Convención Constitucional)... poniendo un destacado, que acá está el sitio de la Convención. Yo creo que eso... si lo ponemos con destacado podría ser de gran utilidad para el trabajo de la Convención, porque nosotros entregamos flujo de personas que van a nuestro sitio”. Luego mencionó que era importante que los convencionales tuvieran un plan de generación de contenidos, para cerrar reflexionando que “no sé cómo nosotros podríamos ayudarles en eso, pero me parece que es una labor que hay que hacer y probablemente el lugar natural donde debiera estar eso es en el sitio web”. Además, sostuvo que la Convención debiera transmitir por streaming las comisiones o subcomisiones por medio de la página web de la Convención (cosa que ya estaba operativa al momento en que ella se presentó en la audiencia). Incluso, manifestó que la Convención realizara un estudio de experiencia del usuario para ver si el sitio web de la Convención estaba cumpliendo los objetivos esperados.
En vez de poner una propuesta concreta de cómo TVN podría ponerse a disposición de la Convención, Holuigue dijo que tener un canal abierto de televisión o de radio de la Convención era “complejo” dado que en la constituyente estaban ocurriendo muchas cosas en simultáneo y un canal era “lineal”. Para tener un canal, explicó, es necesario realizar una “labor editorial que es de privilegiar, seleccionar, destacar y por otro lado dejar fuera, algunos de los contenidos que están ocurriendo en forma simultánea, entonces yo veo complejo la idea de tener una señal lineal, lo veo complejo para ustedes, lo veo complejo para quien pueda hacerlo, es como un poco, y permítanme la analogía con el tema de los Juegos Olímpicos que nosotros estamos transmitiendo hoy día”.
Para Holuigue, TVN sí podía cumplir el rol de editorializar las jornadas de los Juegos Olímpicos, pero no de la Convención, razón por la que ella reiteró que era el sitio web de la convención “el llamado a cumplir esas funciones”. Interesante cómo Holuigue participó de una instancia para presentar propuestas sin presentar propuesta alguna, mientras que otras instituciones académicas, universidades y redes de comunicaciones, e incluso organizaciones sociales, sí generaron propuestas. En la misma audiencia, sin ir más lejos, estuvieron funcionarios de la (ex) DIBAM y de la Biblioteca Nacional, quienes se pusieron a disposición inmediata para resguardar la documentación de forma urgente. Pero, en cambio, TVN demostró que su línea editorial no está con el proceso constituyente, ni siquiera hubo una reflexión en torno al asedio comunicacional al que ha estado sometida la Convención.
Fue tan vergonzosa la presentación de Holuigue que la convencional y periodista Patricia Politzer expresó que le parecía “casi ofensivo”, que la única oferta –por decirlo así– “que nos han dado (TVN) es un link, un banner en su web”, y agregó que “estábamos esperando muchísimo más de la oferta de Televisión Nacional de Chile y sus distintas plataformas". Otros convencionales siguieron en la misma tónica.
TVN y su mirada tecnocrática y neoliberal
Este episodio evidencia la mirada tecnocrática, neoliberal pero súper política, de TVN de los últimos 30 años, que deriva de su necesidad de autofinanciamiento pese a ser estatal; aunque no sólo de eso, sino también en tener una línea editorial que ha optado por dejar fuera las voces que en los últimos 30 años han avanzado en soñar y construir un país más justo y que, debido a la misma estrechez medial, terminan siendo mostrados como radicales en sus demandas.
Además, TVN y el resto de los canales (con contadas excepciones) han creado en sus pantallas un país totalmente despolitizado, como por ejemplo el hecho de que desde los años 90 se haya censurado La batalla de Chile, de Patricio Guzmán, y que la primera vez que se emitiera en televisión abierta fuera a través de un canal privado. Justamente en agosto se ratificó una sanción a TVN por no respetar la cuota mínima de programación cultural, en abril del 2020 (https://www.eldesconcierto.cl/tipos-moviles/pantalla/2021/08/24/confirman-multa-a-tvn-por-no-emitir-minimo-de-programacion-de-contenido-cultural.html), tampoco había programación infantil pese a existir contenido suficiente como para sostener un canal como el Chile TV Educa.
¿Cómo es posible que TVN no tenga aún en su parrilla programática editorial un espacio que trabaje en torno al proceso constituyente? Existen espacios para los debates presidenciales, pero no para el proceso de construcción de una nueva Constitución. No es necesario que tenga que editorializar las comisiones y subcomisiones, sino simplemente invitar a la presidenta o a algún vicepresidente o a cualquier convencional a una entrevista semanal para que cuenten en qué va, hacer una noticia diaria del contenido de la Convención –no de los acontecimientos en torno a la Convención–, o de las opiniones que tiene la gente en la calle de la Convención o, a través de un fondo de cultura o de creación audiovisual, generar un programa educativo donde se explique qué está ocurriendo en la Convención para niños, niñas y/o adolescentes. El formato no importa tanto cuando existen infinitas posibilidades para emitir contenido que vaya a la par con el desarrollo sociopolítico y cultural del país pero TVN ha optado quedarse en los años 90, no ponerse a la vanguardia de la comunicación, no abrir el espacio radioeléctrico que es un bien común y que, a la luz de los hechos, tendremos que repensar qué televisión queremos, no sólo con TVN sino con el espacio que usan las radios y las televisoras para transmitir por el aire que ha de ser disputado tanto como Derecho de la Naturaleza pero también como bien público no apropiable.
Hoy Chile es plurinacional, es un largo territorio multicolor con una “hermosa morenidad” y que ha ido desde los bordes de la pantalla permeando a los canales de televisión que, al parecer, temen que Carozzi y otras compañías quiten el auspicio. Pero los contenidos e informaciones cruzan cada territorio, porque el aire, espacio radioeléctrico, es para quien lo trabaja, y hay muchas comunidades territoriales trabajándolo.
Es necesario que TVN sea totalmente revisado, reformado y reinventado para que opere como canal público de un nuevo país que se está redactando y reconociendo. También, habrá que disputar los canales que eran universitarios (como CHV, Canal 13 o UCV) ya que las grandes democracias se han profundizado mediante robustos sistemas de medios públicos y regulaciones que promueven el desarrollo de un sector de comunicación sin fines de lucro, que puede motorizar la participación de esferas públicas locales, alternativas y comunitarias en la construcción de nuevos horizontes emancipatorios. Es la oportunidad que el país tiene de generar un nuevo modelo de comunicación que abra, finalmente, las grandes alamedas de los aires radioeléctricos.