Lorena Pizarro, presidenta de la AFDD y candidata a diputada: “Sebastián Sichel no está a la altura ni siquiera de una candidatura presidencial”
Lorena Pizarro Sierra, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD Chile), e hija del detenido desaparecido Waldo Pizarro y de la dirigenta de DD.HH. Sola Sierra, es crítica de los intereses que han motivado el trabajo del Congreso desde la transición a la democracia en Chile, acusando que solo ha representado a “una elite política y económica, que se dedicó a legislar todos estos años, sin excepción, para un grupo muy reducido”.
La activista en materia de Derechos Humanos anunció su candidatura a diputada por el distrito 13 por este mismo motivo, para que, en sus palabras, “las demandas de la gente en la calle, que deben además incorporarse en la redacción de la nueva Constitución, generen leyes que permitan que esas transformaciones de verdad se empiecen a materializar”.
Así también, en conversación con El Desconcierto, emplazó al candidato presidencial de Chile Podemos Más, Sebastián Sichel, por sus afirmaciones “relativizando” los DD.HH., expresando que sus palabras “son despreciables”, y que el otrora ministro “no está a la altura ni siquiera de una candidatura presidencial”.
Por otro lado, Lorena Pizarro se mostró a favor de la propuesta de la Comisión de Derechos Humanos de la Convención Constituyente respecto a levantar el secreto impuesto por la Comisión Valech, asegurando que “las palabras de Ricardo Lagos y de todos quienes han salido a justificar, en nombre de las víctimas, la existencia de ese secreto, llegan a ser un insulto a las víctimas”, y que “Chile se construyó en una transición pactada que trastocó todos los valores que debe concentrar la palabra y el principio de los DD.HH”.
-Usted va de candidata a diputada por el distrito 13. ¿Qué la motivó a tomar esta decisión?
Yo creo que necesitamos cambiar el Parlamento, hoy más que nunca, porque creo que han habido avances sustanciales a partir de la revuelta popular del 18 de octubre, que nos tienen, por ejemplo, con una Convención Constitucional donde tenemos constituyentes que están avanzando para redactar una nueva Constitución, ¿cómo ese no va a ser un Chile distinto? Por lo tanto, creo que el próximo Parlamento tiene que cambiar esa configuración que representaba solo una elite política y económica, que se dedicó a legislar todos estos años, sin excepción, para un grupo muy reducido.
La prueba es tan real y latente que se está discutiendo el cuarto retiro y cuidando los intereses de las AFP, (ya que) no lo aprueban sabiendo que hay una inmensa mayoría que está en la más absoluta desprotección económica producto de la pandemia, solo como botón de muestra de lo que está pasando ahora, en este momento en discusión. Si hubiese otro Parlamento, estaríamos seguramente discutiendo el término de las AFP, y avanzando a un sistema de reparto mucho más justo. Se estaría discutiendo aquellos temas que la gente, no es que lo diga como una consigna, que es la diferencia entre una vida digna, de calidad, de felicidad, a una vida llena de carencias. El derecho a la salud, el derecho a la educación como Derechos Humanos, que han sido arrebatados por décadas.
Yo creo que el sufrimiento ha sido enorme, pero podemos cambiarlo, y eso ha quedado plasmado en las grandes movilizaciones, en la organización de la gente, pero también en los últimos eventos electorales, y este es el último que vamos a tener, donde vamos a cambiar el Parlamento, donde vamos a elegir Presidente de La República y a los Consejeros Regionales, y particularmente, en el caso del Parlamento, habrá que empezar a avanzar en leyes que representen las necesidades de la mayoría, y son necesidades que son la diferencia entre una vida y una sobrevivencia.
-El candidato presidencial de la derecha, afirmó que “no por la excusa de respetar los derechos humanos vas a renunciar a una de las obligaciones principales del Estado, que es mantener el orden y controlar la violencia”, dos días antes del Día del Detenido Desaparecido. ¿Qué le respondería usted al candidato?
A mí me parece de una gravedad sin excusas. Él habla de los Derechos Humanos, él sabe que está hablando de violentar, sabe por la historia de este país a qué se refiere. El valor que le da a los Derechos Humanos es tan bajo, es tan mínimo, que es un peligro que un sujeto con ese pensamiento gobierne. Y bueno, representa hoy día al sector que ha vuelto a violar los DD.HH., pero la verdad que Sebastián Sichel no está a la altura ni siquiera de una candidatura presidencial. No puede ser candidato a presidente alguien que siente un desprecio, que relativiza a tal punto los DD.HH.
Mira, dice “no por la excusa de los DD.HH.”, si los Derechos Humanos están entre la diferencia de la vida y la muerte para la gente, están en la diferencia entre poder vivir o estar en la calle, o estar toda una familia hacinados entre distintos grupos familiares. De eso está hablando, de calidad de vida, de condición de vida. Es despreciable lo que dijo Sebastián Sichel, es despreciable.
-¿Y qué opina sobre que, unos días después, nombrara a Mariana Aylwin como su coordinadora programática en materia de Derechos Humanos?
Lo que pasa es que Mariana Aylwin hace bastante rato ha expresado cuáles son sus pensamientos y dónde se sitúa políticamente. Para hablar de Derechos Humanos, para situar a alguien en cualquier responsabilidad en donde hable de DD.HH, tiene que ser desde una lógica que tenga en el centro el respeto a la vida, el derecho de expresión, el derecho a la protesta, pero que también tenga en el centro claridad en que la educación no es un negocio, por ejemplo, cosa que Mariana Aylwin no representa, o alguien que tenga claro lo que significa el derecho a la salud como derecho humano que se le debe garantizar a las personas que habitan un territorio, el derecho a la vivienda, el derecho al trabajo digno con remuneraciones y horario digno, eso también es un derecho humano.
Poner a Mariana Aylwin por ser hija de Patricio Aylwin y armar toda una historia, es un correlato que lo que más nos expresa es una profunda preocupación. La candidatura de Sebastián Sichel pretende ponerse en un centro político que, más bien, parece un continuador de este modelo económico profundamente violador de los DD.HH.
-¿Cuál es su parecer sobre levantar el secreto impuesto por la Comisión Valech en su informe, que se está discutiendo en la Convención?
Cuando un país se construye sobre legitimar, legalizar en un Parlamento, el esconder el nombre de quienes violaron Derechos Humanos, definitivamente es, a lo menos, una democracia imperfecta, pero tan imperfecta que da un poquito de pudor llamarla democracia. Lo que ha hecho, lo que ha sugerido la Comisión de DD.HH. de la Convención Constitucional es de una significancia enorme, porque tiene que ver con que empezamos a hablar de un país que entiende que el derecho internacional de Derechos Humanos lo obliga, entre otras cosas, a generar condiciones de no repetición de esas violaciones de DD.HH., y lo primero de aquello es no ocultar el nombre de aquellos que fueron responsables del exterminio que sufrió todo el pueblo chileno.
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Me parece que las palabras de Ricardo Lagos y de todos quienes han salido a justificar, en nombre de las víctimas, la existencia de ese secreto, llegan a ser un insulto a las víctimas, porque si alguien pidió que su testimonio no apareciera, que a lo mejor ocurrió, yo no sé quién pudo negarlo, eso no es sinónimo de ocultar los nombres de los responsables de las violaciones de los Derechos Humanos. Es decir, proteja mi identidad, no la del criminal que me torturó y me asesinó. Chile se construyó en una transición pactada que trastocó todos los valores que debe concentrar la palabra y el principio de los DD.HH.
-¿Y por qué cree que hay personas de la misma Comisión que quieren mantener el secreto?
Porque las comisiones se hicieron en base a los consensos de quienes las incorporaron, no precisamente por méritos, porque toda la transición se hizo en base a consensos, donde todos los que pactaron el término de la dictadura, y mantener su modelo económico asegurando la impunidad, son los que conformaron esas comisiones. En esas comisiones no estuvo el Estado robustecido haciéndose cargo de su responsabilidad de reconocer, no calificar víctimas, de reconocer, de reparar, de construir memoria, y hacer verdad y justicia.
Ambas comisiones, la que vio las situaciones de desapariciones forzosas y ejecuciones políticas, y la que vio la sobreviviencia de torturas y prisión política, ambas buscaron nombres de víctimas pero no de los responsables, entonces se crearon en la lógica de la impunidad, no es de extrañar que ellos defiendan eso. Para eso se prestaron, para asegurar la impunidad. Pero ya está bueno disfrazar de principios democráticos a aquellos que han querido proteger y amparar a las y los violadores de Derechos Humanos.
-¿Qué cree que se necesita en Chile para poder garantizar el respeto a los DD.HH., para acercarse a eso?
Lo primero que necesitamos es acabar con la tergiversación de lo asumido, y asumir de verdad las obligaciones internacionales que son clarísimas en este aspecto, que hablan de justicia en proporción a la magnitud del crimen causado, que hablan de no repetición, que hablan de juzgar a los civiles y uniformados como corresponde producto de su responsabilidad en crímenes de lesa humanidad, que hablan de reparaciones integrales a las víctimas y que, finalmente, hablan de construir un país que no siga la herencia de la dictadura, también en su modelo económico, porque las violaciones a los DD.HH. van a seguir ocurriendo mientras seamos gobernados bajo la lógica económica que impuso la dictadura, que lo hace en función de favorecer a una elite política y económica que solo se enriquece en desmedro de la explotación y el maltrato de la inmensa mayoría.
-Y respecto a ese punto, ¿usted ve que con un próximo gobierno, con el candidato de Apruebo Dignidad, se podría finalmente trabajar para garantizar el respeto a los DD.HH.?
Con el candidato de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, que se cimente en un programa que tenga en el centro la construcción de un país que tenga el respeto a los Derechos Humanos como eje principal, y un Parlamento que permita que esos cambios transformadores se transformen en leyes que empiecen a generar una condición de vida de mayor justicia social en este territorio.
Un presidente, y un Parlamento con parlamentarias y parlamentarios que tengan el convencimiento de que hay que cambiar este país. Por eso mi decisión y mi convencimiento de que hay que ir a ocupar un espacio en ese Parlamento, para que las demandas de la gente en la calle, que deben además incorporarse en la redacción de la nueva Constitución, generen leyes que permitan que esas transformaciones de verdad se empiecen a materializar.