OPINIÓN | Informe IPCC: ¿Qué nos queda por hacer?
La ciencia dio la peor noticia del mundo”, “alerta roja para la humanidad” y “el planeta ya no tiene lugares a salvo” fueron algunos de los titulares publicados ayer en relación con el lanzamiento de la primera parte del Sexto Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), el cual contiene las últimas actualizaciones sobre las bases físicas del cambio climático.
Si bien parte de esas noticias son ciertas, la sociedad ya ha tenido suficiente de notas alarmistas y desesperanzadoras durante el último año y medio. En un contexto de crisis climática, donde cada vez queda menos tiempo para actuar, el foco debe estar en las soluciones.
Destacar que reducciones fuertes y sostenidas de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero pueden limitar el calentamiento global (mejorando a su vez la calidad del aire) da una luz de esperanza a la población. No así los titulares apocalípticos que producen ansiedad, frustración y desesperanza, que terminan desincentivando la acción por el clima.
Aún nos queda mucho por hacer para cumplir con las metas más ambiciosas del Acuerdo de París. Hoy, más que nunca, necesitamos un fuerte compromiso de todos los sectores de la sociedad, así como motivar a las generaciones jóvenes a interesarse profesionalmente por los trabajos del futuro e involucrarse activamente en las soluciones del cambio climático.
No todo está perdido y por eso es fundamental empoderar a la juventud desde las edades más tempranas posible porque en sus mentes y capacidades podrían estar las soluciones más brillantes a la crisis que nos acompaña hace décadas.
Quedan menos de 100 días para la COP26 (la cumbre de negociaciones climáticas más importante del mundo y que no se celebra desde 2019) y en Chile se discuten diversos proyectos de leyes ambientales (entre ellos el de Ley Marco de Cambio Climático). Tomadoras y tomadores de decisiones necesitan ver que los ojos (y el futuro) del mundo están sobre sus espaldas.
Necesitamos políticas reales, ambiciosas, factibles y urgentes. Necesitamos una ciudadanía alerta y comprometida. Necesitamos medios de comunicación educando respecto al problema, pero también sobre las muchísimas soluciones. Necesitamos que toda la humanidad trabaje por el planeta y las futuras generaciones. Y en todos estos desafíos, tenemos jóvenes para accionar el cambio.