Jorge Sharp, el alcalde de Valparaíso, fue el invitado a la tercera edición del programa “Desde la Academia”, en el que docentes de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano dialogan con distintos referentes de la actualidad nacional con una perspectiva constructiva y universitaria. Ante un panel formado por la historiadora Viviana Bravo; la doctora en Estudios Latinoamericanos, Tamara Vidaurrázaga; el economista, Raúl González y el rector del plantel, Álvaro Ramis, Sharp se explayó sobre su idea de “municipalismo”, el avance de los independientes en el mapa político y aclaró, una vez más, que no será candidato a la presidencia.

Sharp se refirió al carácter de “ciudad universitaria” de Valparaíso y planteó la falta de política estratégica nacional en materia de educación superior. En específico se preguntó por la posibilidad de constituir a la ciudad puerto en “la capital de la producción del conocimiento portuario latinoamericano” o la primera universidad portuaria del país, por ejemplo. “Me extraña no haber escuchado ninguna propuesta presidencial en esta materia pese a que la economía portuaria tiene un rol estratégico para el desarrollo de Chile”.

La demanda por este desarrollo sustentable y acorde a las posibilidades naturales de Chile, señala Sharp, son parte de los requerimientos que se oyeron a partir del 18-O, pero que desde mucho antes han sido reconocidos como una urgencia por la sociedad. Poco después de eso, el alcalde de Valparaíso quebró la relación con su partido, Convergencia Social, tras el bullado Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución. El representante de la plataforma Territorios en Red, recordó este hito como una muestra de la forma en que “los partidos monopolizan la voz de la sociedad”. “Lo que pasó entonces tiene que ver con eso, lo cual es un error. Algo a lo que la gente dijo muy claramente a partir del 18-0 fue ‘¡Ya no más’!”. Desde las múltiples Plazas Dignidad de todo el país, la gente dijo que quiere auto representarse en la lucha política. Esta ha sido la demanda más clara del mundo independiente”, dijo Sharp acerca del resultado de las elecciones recientes. “El peor mal de la izquierda no es su propensión a disgregarse, sino su intolerancia a la diversidad y a la diferencia, una incapacidad muy grande para entender lo nuevo y el Frente Amplio se quebró por eso, desde mi perspectiva: por la idea de decidir burocráticamente cosas que debiesen haber sido resueltas entre las diferentes visiones que la componían originalmente”, estima el alcalde

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Este entramado independiente que llegó a la Convención Constituyente y a diversas alcaldías, lo define como un mundo nuevo, un campo múltiple, heterogéneo y contradictorio, cuyas bases, si bien están constituidas por claros lineamientos sociales, populares, territoriales, feministas y antineoliberales, no han madurado políticamente, sostiene. Agrega que, si bien este campo no está limitado ideológicamente, se encuentra propenso a encontrarle sentido a otras propuestas independientes pero populistas como las del Dr. File, Franco Parisi, la Dra. María Luisa Cordero o Sebastián Sichel. 

El rol universitario en la transformación país

Los gobiernos locales son el entorno que los independientes tienen para crecer hoy, cree Jorge Sharp, resolviendo mayorías con aquellos que -incluso- no piensan igual. “Un espacio desde el cual reclamar las ciudades para la lucha antineoliberal donde el aparato público de estos gobiernos locales juega un rol fundamental. En tal sentido, las municipalidades en Chile son fruto de la dictadura, pero ni Pinochet ni la Concertación vieron la oportunidad en ellas de volverlas instrumentos para construir políticas de bienestar o perseguir el crecimiento de toda la población y no sólo sacar a las masas a la calle para las elecciones. Esto es lo que explica la actual falta de facultades que limitan a instituciones que son consideradas “administradoras de pobreza”, explica el alcalde.

Durante la conversación, disponible en el canal de Youtube de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, el alcalde Sharp anticipó la creación de un hospital solidario, en la línea de servicios populares como farmacias y ópticas, pero que abarque servicios de salud especializados a precios justos. También reiteró su negativa ante una posibilidad presidencial, al menos por ahora. “Lo he dicho en todos los tonos: no voy a ser candidato presidencial, estoy comprometido con la gente de Valparaíso. Sin embargo, creo que quienes decidan serlo tendrán que mirar más allá de la contingencia… hacia lo que se viene abriendo durante este siglo XXI”, declara. Describe ese proyecto presidencial requerido por el país como una visión muy similar a la que propone la movilización de la sociedad chilena en sus representantes independientes, pese a sus contradicciones y diversidades: un proyecto democratizador, tolerante y plural. Reitera que este campo en construcción no se encuentra garantizado y puede ser permeado por referentes nacidos al alero de los medios o la empresa, espacios donde la anti política siempre está rondando.

“Tenemos una oportunidad maravillosa con la Convención Constituyente que nunca habíamos tenido y que requiere altos grados de responsabilidad y audacia. Es el momento en que el poder constituido, debe subordinarse al poder constituyente y, por eso, la próxima presidencia de la República debe ser determinada por el tiempo de la nueva Constitución, con nuevas reglas y un nuevo país con mayor justicia, democracia y oportunidades para todos y todas“, señaló sobre la aventura constituyente actual, donde instituciones como la Academia tienen un rol activo a través de su quehacer.