La principal consecuencia que tuvo la pandemia en el mercado inmobiliario fue la drástica disminución en las ventas. Según datos de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), en marzo de 2020, mes en que inició la pandemia de COVID-19 en Chile, las ventas de viviendas se redujeron en un 48,4% comparado con el mismo mes de 2019. 

De igual forma, hay que considerar que las ventas ya venían a la baja desde el estallido social, pero el coronavirus vino a dar el golpe final a un mercado que recién a finales del año pasado volvió a recuperarse. En marzo de este año se vendieron 5.803 viviendas (+81,7 respecto a las cifras de 2020).

Pero, ¿qué ha facilitado este repunte?: “Las inmobiliarias han tenido que atender a las nuevas necesidades de los compradores para salir a flote. Quienes nos dedicamos a este negocio, tenemos que estar bien atentos ante las nuevas tendencias del mercado”, comenta Danyelo Oteiza Aguirre, emprendedor inmobiliario. 

Las personas buscan mayor espacio

Una de las tendencias que se ha gestado durante esta pandemia, es la de buscar un espacio mayor al que se ofrece habitualmente en el mercado inmobiliario. Los últimos datos sugieren que en la Región Metropolitana es donde se encuentran las viviendas más pequeñas. Lo anterior, se ve reflejado principalmente en los departamentos.

Es por esta razón que muchas familias han optado por comprar una casa, que por lo general presenta una mayor superficie (107 m2 en promedio). No obstante, también se ha visto una tendencia a construir casas desde cero en terrenos rurales, ya que la inversión es menor y el espacio a obtener puede ser superior a cualquier otra oferta (5000 m2 como máximo).

Debido a la necesidad de contar con un espacio más grande, y a su vez, escapar de lo caótico que resulta la vida en la capital, muchos chilenos comenzaron a mirar con otros ojos la posibilidad de emigrar a otras regiones.

La tranquilidad del sur, su calidad de aire y verdor, o bien, las temperaturas del norte, sus bellas playas y oportunidades de trabajo, motivaron a que varias personas cotizaran viviendas en esos sectores. Así lo demostró un análisis realizado por MercadoLibre, que demostró alzas en ciudades como Valdivia, Puerto Montt, Iquique y Antofagasta.

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Uno de los desafíos que han surgido en este periodo en relación a cómo se deben estructurar las viviendas en la actualidad. En este sentido, el teletrabajo, además de motivar la movilidad de personas a zonas más alejadas de la ciudad, ha permitido que se genere una nueva zona en casas y departamentos. 

La necesidad de poseer un espacio especialmente para trabajar en el hogar es algo nuevo, que por ahora ha corrido por parte de los teletrabajadores, quienes han tenido que invertir personalmente para crearlo. Sin embargo, este es un nuevo desafío que deben enfrentar las inmobiliarias, quienes deberán rediseñar las viviendas del futuro, ya que, según expertos, el teletrabajo llegó para quedarse. 

Otra de las consecuencias que ha tenido la aparición de la COVID-19 en Chile, es que quienes se dedican al rubro inmobiliario han tenido que reinventar su forma de llegar a los clientes potenciales. 

El impedimento de mostrar presencialmente las casas, departamentos o parcelas ha motivado al surgimiento de innovaciones como la de los recorridos virtuales por las viviendas, los cuales permiten a los usuarios navegar por los espacios desde su celular, tablet o computador.

Por otro lado, varias empresas han optado por invertir en publicidad digital o en campañas de reputación online: “La pandemia ha permitido que muchos se den cuenta de que la imagen en internet tiene un valor importantísimo, especialmente a la hora de hacer negocios. Esto no ha sido una excepción para el mercado inmobiliario, en donde varias empresas han comenzado a preocuparse de lo que los usuarios pueden ver de ellos en la red”, comenta Uri Martinich, CEO de Agencia ROI. 

Aumento de precios

Se podría pensar que con la pandemia el valor de las propiedades en Chile tendría una tendencia a la baja en cuanto a los precios, ya que al disminuir las ventas, las inmobiliarias optarían por bajar los valores para liquidar lo que no vendieron. 

No obstante, eso no fue así, ya que durante 2020 los precios siguieron subiendo, tal y como lo venían haciendo desde 2010: “Durante los últimos 10 años los valores de las viviendas han aumentado muchísimo, lo cual a mi parecer no tiene ningún sustento. Es lógico que con la inflación aumenten, pero no en un 117% como ha sucedido”, señala Danyelo Oteiza.

El emprendedor inmobiliario agrega que uno de los próximos desafíos para la industria inmobiliaria es generar viviendas que cumplan con altos estándares de calidad, pero que no se traduzcan en valores irracionales que nada tienen que ver con el costo real de su construcción.