OPINIÓN | Si proteges el medioambiente, infórmate por quién votar y no seas cómplice de su destrucción
El domingo 09 de mayo, en un conocido medio de comunicación se difundió un artículo que señalaba que existe un compromiso insuficiente con el medioambiente por parte de candidatos y candidatas constituyentes. Lo que sustenta esta aseveración es un estudio desarrollado por Greenpeace, donde aplicando inteligencia artificial cruzó datos de percepción social y conceptos relacionados a agua, medio ambiente y clima en los programas presentados por candidaturas constituyentes al inscribirse en el Servicio Electoral.
A grandes rasgos, los resultados de este estudio reflejan que 88% de las personas encuestadas cree que el medio ambiente debe ser una prioridad para constituyentes, afirmando que hay más probabilidad de que voten por quienes incluyan este tema en sus programas. El 93% prefiere un constituyente que diga que proteger el medio ambiente es fundamental para pensar en un mejor futuro sobre otro que no lo haga; el 91% cree que la naturaleza debe tener derechos protegidos por la Constitución y que el 90% votaría por quien afirme que se debe asumir la crisis climática como prioridad. Sin embargo, el 45% de los programas de constituyentes son idénticos a otros, donde el 83% alude al medio ambiente; el 74% incluye la palabra agua, y clima el 38%.
[Te puede interesar]: Candidaturas constituyentes: Solo el 44% se compromete a incluir el agua como un derecho en la nueva Constitución
Si la temática medioambiente está desarrollada de manera similar en los programas de constituyentes puede significar dos cosas: o tenemos una gran mayoría de constituyentes muy interiorizados con preparación en la temática, o bien solo se está señalando porque es algo que se espera oír después de lo manifestado en el estallido social, y que debe tocarse de alguna manera sin la necesidad de profundizar mucho. Lamentablemente la experiencia indica que en la mayoría de los casos lo que prevalece es lo último.
Para la mayoría de candidatos y candidatas, aún no hay conciencia de que Chile es uno de los países más vulnerables a los efectos del cambio climático (señalado por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), y tampoco de que los conflictos socioambientales a nivel nacional han aumentado de 118 a 122 entre el 2020 y 2021. Actualmente, en el 34% de esos conflictos se afecta territorio indígena, y en el 28% se afectan a personas con nivel de pobreza quintil III. En el 86% se vulnera el derecho de vivir en un ambiente libre de contaminación, en el 44% el derecho de disfrutar la salud física y mental, en el 43% el agua y en el 30% al territorio, recursos naturales y biodiversidad. Es decir, con la crisis sanitaria no solo ha aumentado la pobreza, sino que también los conflictos socioambientales que afectan en mayor medida a las familias pobres del país.
¿Es serio que se siga tocando el tema medioambiental de manera tan liviana?, ¿Con qué postura llegarán constituyentes a plantear esta temática si la mayoría no entiende o sabe sobre la necesidad urgente de que existan cambios reales para garantizar la protección del medioambiente y seguridad de la población? Muchas personas que participarán en las elecciones (postulantes a cargos de constituyentes, alcaldes(as), gobernadores(as) y concejales(as)) dicen que les importa el medioambiente, pero eso es lo que quieres oír porque la verdad es que son defensoras del modelo que explota la naturaleza y a la población; les encanta.
A estas personas les parece bien que la gran minería chilena (esa que no quiere royalty en crisis sanitaria habiendo precios históricos para el cobre) siga devastando de la manera más fría a los territorios, que los ecosistemas nativos sean destruidos por proyectos de inversión más rentables como los de expansión inmobiliaria, que un cultivo de paltos tenga más agua para riego que 100 familias para autoconsumo, que un cultivo salmonero noruego contamine el agua no importando si afecta a la biodiversidad y familias pescadoras locales, que la exportación de alimentos al mundo sea más importante que poder garantizarlo a su propia población, que el suelo no tenga legislación que lo proteja para seguir destruyéndolo y contaminándolo, y que las zonas de sacrificio es un costo necesario a pagar por el desarrollo económico de intereses privados. Muchas de estas personas están siendo respaldadas y financiadas por los grandes grupos económicos que han causado un tremendo daño a Chile, con la clara misión de “no mover tantos metros el cerco” en la discusión constituyente.
Este fin de semana comenzará un proceso eleccionario histórico para Chile, y como población sometida a los permanentes abusos del modelo de desarrollo chileno no debemos ser conformistas. Preocuparse por el medioambiente no implica solo pensar en medidas de mitigación como plantar más árboles, reciclar más o controlar el abandono de animales domésticos, sino que también en pensar en cambios estructurales en la relación del desarrollo del país con el entorno, un debate no apto para la tibieza y donde te defines si sigues respaldando el modelo de explotación irracional o lo reformulas; no hay más. Es evidente que hay necesidades que urgen más a la población como la salud, empleo, pensiones y educación, pero los recursos que se obtengan para mejorar estos aspectos no pueden obtenerse a costa de la destrucción del medio ambiente (¿Se habrán planteado esa pregunta algunos(as) candidatos(as)?).
La población espera que no haya silencio al momento de discutir sobre esta temática, que no exista miedo al roce frente a los defensores del gran empresariado y que demuestren que si están acá no es para acomodarse y posteriormente estar en el directorio de alguna empresa de sus auspiciadores. Quedan muy pocos días para informarse, y en internet circula mucha información que puede agobiar, pero aún así es pertinente revisar las propuestas de candidatos (as) sobre como buscarán garantizar la protección del medioambiente, y cuál es su opinión del desarrollo de los sectores como la minería, industria agrícola, forestal, salmonicultura y otros que tantos destacan por sus impactos negativos en los conflictos socioambientales de Chile.