Exclusivo: El relato de la tercera mujer que acusa de agresión sexual a empresario del fútbol Sergio Morales

Exclusivo: El relato de la tercera mujer que acusa de agresión sexual a empresario del fútbol Sergio Morales

Por: Meritxell Freixas | 14.05.2021
Este lunes se celebrará la audiencia de sobreseimiento definitivo por la querella que Ignacia Santa María presentó en agosto de 2019 en contra de su padrastro, el empresario del fútbol chileno Sergio Morales por abusos sexuales reiterados y violación. La cita, que tenía que haberse llevado a cabo el 29 de abril, se pospuso para dar tiempo a revisar nuevos antecedentes de la causa. Unos antecedentes a los que ha tendio acceso El Desconcierto y que tienen como elemento fundamental de la causa una nueva testigo, quien también habría sido víctima de agresión sexual por parte Sergio Morales.

El caso en el que la actriz Ignacia Santa María acusa de abusos sexuales y violación a su padrastro, el agente FIFA y gerente general de la agencia Mundo Futuro, Sergio Morales, sumó nuevos antecedentes. Otra mujer, además de Ignacia y su hermana, Nicole Morales, habría sido víctima de agresión sexual por parte del empresario del fútbol.

La joven fue llamada a declarar ante la Brigada Investigadora de delitos Sexuales de la PDI el lunes 26 de abril, solo tres días antes de la fecha en la que estaba inicialmente programada la audiencia de sobreseimiento del caso, que se pospuso para este lunes 17 de mayo. En la ocasión la mujer declaró en calidad de testigo a petición del abogado querellante Nicolás Pavez, quien precisó en su solicitud que la chica “fue víctima de Sergio Morales, en el departamento ubicado en Bilbao 800 [...] comuna de Providencia, mismo lugar donde denuncia [Ignacia Santa María] haber sido víctima del imputado”.

El Desconcierto ha tenido acceso exclusivo a la declaración de la nueva testigo, que en el momento de los hechos tenía 21 años. La mujer sería, presuntamente, la tercera víctima sexual de Sergio Morales y la segunda persona que habría pasado por lo mismo en este departamento del sector oriente de Santiago.

Según su relato, los hechos ocurrieron un fin de semana de diciembre del 2011, entre el 17 y el 19, no tiene claridad de la fecha exacta. Había recibido la invitación para ir a la fiesta de cumpleaños de su compañera del colegio Constanza Tejada y ella habría aceptado. Tejada era amiga en común de Nicole Morales, hija de Sergio, y de ella. Esa noche había citado a varias mujeres, unas 10, a su casa en La Reina, para festejar. La idea era hacer una previa en la casa y luego salir a una discoteca.

Un poco antes de la 1 de la madrugada, Sergio Morales llegó, junto a otra persona, a recogerlas. Ambos las llevarían a la discoteca. Ella se subió con su amiga Constanza en el auto de Sergio, una camioneta BMW, recuerda. En ese momento ella “no lo conocía ni sabía quién era”.

La fiesta tuvo lugar en la zona VIP de un local que no recuerda. Una vez dentro, según la declaración, Sergio Morales invitó al grupo de jóvenes a tomar. “Yo no tomo vodka ni champaña, que fue lo que llevaron en baldes a la mesa”, precisó. Por eso, ella fue a la barra a servirse un vaso de piscola. En ese momento, él se le acercó, dijo, para preguntarle por qué no estaba tomando lo que había servido en la mesa. Le ofreció comprarle una botella, pero ella le respondió que no se la tomaría entera. Luego empezaron a hablar y él la invitó a bailar. Durante el baile él se le acercó y se dieron un beso. “Terminamos de bailar porque él se fue a comprarme otra piscola y yo me fui a la mesa”, explicó la mujer a la policía.

Ahí estaba, sentada, Nicole Morales, a quien por entonces ella no conocía: “Estoy acostumbrada a que mi papá haga eso”, le dijo la hija del empresario. Eso motivó en ella cierta molestia y cuando él se acercó a la mesa con la piscola que había comprado lo interpeló: “Le dije que cuántos años tenía y cómo estaba carreteando con su hija”, señaló la testigo. Él le quitó importancia al tema y lo normalizó: “No pasa nada, siempre salimos juntos”, dijo que le habría respondido. Pero a ella “le perturbó” lo que escuchó. A partir de esa conversación, sus recuerdos son difusos.

"Me dolía todo"

No hay una secuencia de hechos, sino son una serie de imágenes vagas y borrosas: “Recuerdo un sillón; después pestañeo y estoy en la cama; pestañeo, de nuevo, y él está arriba mío y pestañeo, de nuevo, y es de día y él va saliendo del baño poniéndose una polera y diciéndome que tiene que ir a dejarme porque tiene que hacer cosas”, contó en su declaración. Según su testimonio, “supo” que tuvo relaciones sexuales esa noche porque “le dolía todo”, en referencia a sus genitales. “Después de bañarme por horas tenía marcas en los brazos, en las piernas, en el cuello”, declaró.

Entre los pocos detalles que logró retener es que el departamento donde despertó estaba ubicado en la calle Bilbao: “Se que era en Bilbao porque en esa época yo vivía en el departamento en el que estoy hoy día [cerca de ese lugar]. Al momento de ir a dejarme salió y subió por Bilbao. De eso tengo recuerdo”.

Durante el trayecto en auto él le dijo que en la noche lo había pasado bien, a lo que ella espetó que no se acordaba de nada. “No recuerdo haber dicho que quería irme con él a su departamento, tampoco de haber sentido algún deseo o atracción sexual antes de saber que era mayor o que estaba carreteando con las amigas y su hija, mucho menos sentí algún tipo de atracción después de saber todo eso. No recuerdo haberme sacado la ropa ni habérsela sacado a él”, expresa en conversación con El Desconcierto la mujer.

Ante la PDI reiteró que tomó dos piscolas, no más: “No me puedo curar con dos piscolas”. Según ella, su bebida “claramente, tenía algo”. De camino a la casa, Morales le ofreció su auto, mientras él viajaba por Europa, y verse de nuevo a su regreso, dijo en la declaración. Ella recuerda que “solo quería bajarse” del vehículo. En cuanto eso pasó, nunca más supo de él. “Me hice responsable de ello. Me culpé, me castigué y seguí adelante: seguí trabajando, seguí estudiando, seguí haciendo mi vida cargando con un error del que me creía culpable”, dice ahora la joven.

Fue así hasta febrero de 2020. Entonces se topó con la denuncia por abuso sexual y violación que las hermanas Ignacia Santa María y Nicole Morales hicieron públicas en este medio en contra de Sergio y Pablo Morales, hermanastro de Ignacia y hermano de Nicole. Eso reabrió su historia.