Mentalidad depredadora

Mentalidad depredadora

Por: Tomás Hirsch | 14.04.2021
Como diputado del distrito en que se localiza este santuario natural que amenaza destruir Anglo American, haré todo lo posible para que la montaña y la zona andina de nuestra ciudad no sean parte de la devastación que producen las megaempresas y la industria minera. Hago un llamado a las autoridades nacionales y comunales, y sobre todo a la comunidad de Lo Barnechea, que son los más directamente afectados, a trabajar juntos para impedir este verdadero saqueo ambiental.

Hace algunas semanas un medio dio a conocer las intenciones de la minera de origen británico Anglo American de comprar dos terrenos del Santuario de la Naturaleza “Los Nogales” en la comuna de Lo Barnechea para “potencialmente” hacer uso industrial de la zona. Como es de público conocimiento, el ex presidente Salvador Allende el 15 de junio de 1973 firmó el Decreto Supremo N° 726 que declara Santuario de la Naturaleza las 11 mil hectáreas que comprende el predio “Los Nogales” que las convierte en zona protegida y por lo tanto la inhabilita para cualquier otro uso. Resulta preocupante que nadie haya reparado en dicho decreto supremo, y más grave aún que la parte colindante a la mina Los Bronces, que corresponde a una zona del terreno protegido, ya fuera vendida a Anglo American. Al parecer poco les importa a las autoridades que una minera pretenda adquirir casi 7 mil hectáreas de una zona ambiental protegida a los pies de la montaña, de la cual ya posee 3.500 hectáreas, apropiándose así de la totalidad del área declarada Santuario de la Naturaleza en 1973.

¿Hasta adonde llega la codicia y la mirada cortoplacista que permite destruir el medio ambiente para obtener beneficios económicos e incluso políticos a corto plazo? “La ley no me lo prohíbe”, es lo que respondería algún directivo de Anglo American. Efectivamente ese es el problema: la casi nula y permisiva regulación en materia medioambiental y la mentalidad depredadora de ciertas empresas que aprovechan vacíos y falta de restricciones para destruir nuestros ecosistemas, permitiendo que áreas protegidas, santuarios de la naturaleza, glaciares milenarios y vertientes cristalinas pasen a formar parte del patrimonio de corporaciones motivadas única y exclusivamente por su afán de lucro y sin ninguna preocupación por la naturaleza, su biodiversidad y la sustentabilidad de estos recursos en el tiempo.

¿Quién evalúa el impacto a largo plazo de este tipo de medidas y cuál es el costo que todxs lxs chilenxs tendremos que pagar en un futuro próximo? ¿Quién protege el bien común? Si bien esta Constitución protege derechos individuales como el de vivir en un medio no contaminado, el Estado no ejerce su facultad fiscalizadora y reguladora. Así, Anglo American podría, con la complicidad de autoridades de gobierno, convertirse en el dueño de un santuario único en la Región Metropolitana.

Como diputado del distrito en que se localiza este santuario natural, haré todo lo posible para que la montaña y la zona andina de nuestra ciudad no sean parte de la devastación que producen las megaempresas y la industria minera. Hago un llamado a las autoridades nacionales y comunales, y sobre todo a la comunidad de Lo Barnechea, que son los más directamente afectados, a trabajar juntos para impedir este verdadero saqueo ambiental.