Bosques: ¿Fuente o almacenaje de Carbono?
Utilizando datos terrestres, aéreos y satelitales, un equipo múltiple de investigadores internacionales, incluidos científicos de la NASA, ha creado un nuevo método para evaluar cómo los cambios en los bosques en las últimas dos décadas han afectado las concentraciones de carbono en la atmósfera.
Además de comprender mejor el papel general de los bosques en el ciclo global del carbono, los científicos han podido distinguir entre las contribuciones de varios tipos de bosques, confirmando que los bosques tropicales son los responsables del mayor componente de las fluctuaciones globales de carbono, al absorber más carbono que otros tipos de bosques, y al liberar más carbono a la atmósfera debido a la deforestación y a la degradación.
A pesar de que actividades como la eliminación de la cubierta vegetal para la agricultura, la industria y otras actividades humanas aumenta el dióxido de carbono en la atmósfera, la causa principal del aumento global del dióxido de carbono en el último siglo se origina de las actividades humanas que queman combustibles fósiles como el carbón y el petróleo. Como balance, los árboles y otras plantas secuestran el dióxido de carbono de la atmósfera.
El mapa del flujo del carbono forestal de la aplicación web “Global Forest Watch”, y el estudio adjunto publicado en “Nature Climate Change” el 21 de enero, muestran estas fluctuaciones de carbono de los bosques con un detalle sin precedentes. Y fue publicado justo un día después de que Estados Unidos se reincorporara al Acuerdo de París, para limitar el aumento de la temperatura global que destaca específicamente la reducción de las emisiones derivadas de la deforestación y la degradación de los bosques.Mapa global que muestra las regiones cubiertas con bosques que son fuente de emisiones de carbono (en púrpura) y donde son sumideros de carbono (en verde). Fuente: Harris et al., 2021/ Global Forest Watch/ World Resources Institute.
Mediante la fotosíntesis, los bosques absorben dióxido de carbono de la atmósfera para producir oxígeno, complementando la respiración colectiva de otras vidas terrestres que respiran oxígeno y expulsan dióxido de carbono.
De acuerdo con los investigadores, los bosques absorbieron alrededor de 15.600 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono de la atmósfera terrestre cada año entre 2001 y 2019, mientras que la deforestación, los incendios y otras perturbaciones liberaron un promedio de 8.100 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono al año. Se estima que los bosques globales absorben alrededor de 7.600 millones de toneladas métricas, actuando como un sumidero neto de carbono de aproximadamente 1,5 veces las emisiones anuales de todo Estados Unidos.
"Los bosques actúan como una carretera de dos pistas en el sistema climático", dice la investigadora principal Nancy Harris, directora de investigación del Programa de Bosques de World Resources Institute (WRI). "Una visión detallada de dónde ocurren ambos eventos – emisiones forestales y absorciones forestales – brinda transparencia al monitoreo de las políticas climáticas relacionadas con los bosques."
Esta nueva metodología integra bases de datos de numerosas fuentes, incluidos informes en terreno, datos aéreos y observaciones satelitales, creando el primer marco mundial coherente para estimar el flujo de carbono específicamente para los bosques.
Este es un cambio del reportaje anual actual de datos forestales nacionales, que todavía varía entre países a pesar de las directrices estandarizadas del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), a menudo dependiente de los recursos disponibles en cada región. Tal falta de uniformidad en los datos significa que las estimaciones mundiales de carbono pueden contener un grado considerable de incertidumbre.
"Es conveniente saber que hay incertidumbre y que podemos cuantificarla en la práctica", dice la coautora Lola Fatoyinbo, científica de la “NASA Goddard’s Space Flight Center” en Greenbelt, Maryland. "Todas las estimaciones vienen con cierta incertidumbre, que será cada vez más pequeña a medida que obtengamos mejores bases de datos".
Las estimaciones de biomasa para el estudio se basaron en datos del satélite “NASA’s Ice, Cloud, and Land Elevation Satellite” (ICESat) de la NASA, diseñado principalmente para rastrear los cambios en la cobertura de las capas de hielo, pero también proporciona datos de la topografía y de la vegetación.
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En el futuro, se espera que el monitoreo de la “NASA’s Carbon Monitoring Systems Biomass Pilot”, que combina datos satelitales y de terreno para mejorar las estimaciones de las reservas de vegetación y carbono, el “NASA’s ICESat-2” y la Investigación Global de Dinámicas de Ecosistemas (GEDI, en inglés) – un instrumento equipado con láser a bordo de la Estación Espacial Internacional que registra las estructuras tridimensionales de los bosques templados y tropicales del mundo, mejoren aún más la comprensión de las tasas de eliminación de carbono en los paisajes forestales en el futuro. Como parte del equipo de GEDI, Fatoyinbo dice que producirán múltiples informes de datos relevantes, tales como perfiles de los doseles de los árboles y mapas globales de biomasa aérea, útiles para hacer estimaciones futuras de carbono.
"Este es un cambio trascendental en el paradigma de monitorear los bosques", dice Sassan Saatchi, científico de “NASA’s Jet Propulsion Laboratory” de California del Sur y coautor del estudio. "Incorpora una nueva imagen de dónde están ocurriendo los grandes cambios, tanto en términos de la superficie terrestre que está perdiendo carbono a la atmósfera como también del carbono que absorbe de la atmósfera".
El nuevo enfoque también facilita identificar qué tipos de bosques presentan mayores incertidumbres, destacando los bosques tropicales, así como los bosques templados del hemisferio norte. "Donde las incertidumbres son grandes, ahí es donde tenemos que concentrarnos y obtener más datos para cuantificar mejor", dice Saatchi. Una vez que haya nuevos datos disponibles, es relativamente fácil obtener nuevos números.
"Esto se creó en una plataforma de computación en la nube", dice Fatoyinbo. "Si aparece un nuevo conjunto de datos mucho mejor del que estaba disponible anteriormente, lo cambias. Esto solía ser algo que tomaba años, y ahora puedes hacerlo en unas horas".
Aunque no se espera que los resultados cambien significativamente, las incertidumbres se reducirán, proporcionando a los científicos una imagen más clara del ciclo mundial del carbono y ayudando a informar a los responsables políticos. Por ejemplo, el estudio muestra que el 27% de los sumideros netos de carbono forestal del mundo se encuentran dentro de áreas protegidas, como parques nacionales.
Los gobiernos que buscan reducir sus emisiones necesitan datos que sean lo más preciso y actuales posible. Fatoyinbo dice que "este es un marco que realmente puede ayudar en eso".