El ministro Raúl Figueroa visitó esta mañana la escuela José Bernardo Suárez en Macul, para supervisar cómo se estaán llevando a cabo los protocolos sanitarios, ante el retorno presencial a clases programado por el Ministerio de Educación (Mineduc) para el 1 de marzo.  

Figueroa afirmó que desde el Mineduc y la Superintendencia de Educación se acompañará y orientará permanentemente “a todos los establecimientos del país para que puedan cumplir adecuadamente con todas las exigencias sanitarias”. El recinto que visitó esta mañana contará con salas de clases para 12 y 15 estudiantes, con separadores en los escritorios, y protocolos de distancia social.

En la misma línea, el ministro dijo que “es fundamental que sean los padres quienes tomen la determinación de ir incorporando a sus hijos a las actividades presenciales. Estamos convencidos de que la presencialidad de manera segura, gradual, flexible es positiva para los alumnos, pero son los padres en definitiva quienes deben tomar esa determinación”.

De ahí la importancia –dijo– en la apertura de los establecimientos educacionales, respetando todas las medidas sanitarias para evitar contagios. “Lo peor que puede pasar es que un apoderado quiera mandar a su hijo a actividades presenciales y no lo pueda hacer porque su establecimiento no está disponible”, sostuvo.

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Ante las posibles aglomeraciones y contagios que se podrían dar en el transporte público, Raúl Figueroa dijo que la evidencia internacional mostraba que cumpliendo con las medidas sanitarias, el riesgo de contagio era bajo. 

“La evidencia recogida de Chile y a nivel internacional, demuestran que (...) con el uso de mascarillas, el lavado de manos, la desinfección de los vehículos, el riesgo disminuye muchísimo. (...) El principal foco de contagio no está en los sistemas de transporte, está en las actividades sociales, donde esas exigencias se dejan de cumplir”, añadió. 

Según la última encuesta Cadem de febrero, el 69 % de los apoderados acuerda en que los establecimientos deberían estar abiertos desde el 1 de marzo, y que ellos deberían decidir si enviar o no a clases presenciales a sus hijos e hijas. Por contraparte, un 29 % de los encuestados está en desacuerdo de la medida.