Algunas bacterias se vuelven inactivas para esquivar a los antibióticos
Científicos apoyados por el Fondo Nacional Suizo (FNS) confirmaron este jueves que algunas bacterias se vuelven inactivas o “se ponen en guardia” para sobrevivir a los antibióticos y que una vez terminado el tratamiento recuperan su virulencia, lo que las hace muy difíciles de tratar.
Los científicos demostraron que estas bacterias ralentizan su metabolismo, pero no realizan una parada completa, sino que se quedan en “estado de vigilia” para sobrevivir mejor a un entorno hostil, informó el FNS mediante un comunicado.
La comprensión de esta estrategia de supervivencia constituye un avance importante para la medicina porque puede ayudar a desarrollar nuevos tratamientos contra las bacterias que adoptan este comportamiento.
“Creemos que si logramos reactivar el crecimiento de estas bacterias, los antibióticos podrán eliminarlas“, explicó la profesora de Infectología del hospital cantonal de Zúrich y una de las autoras del estudio, Annelies Zinkernagel.
Los científicos del equipo de Zinkernagel demostraron que los derivados de la vitamina A, que se dirigen a la membrana celular, son prometedores para eliminar las bacterias cuyo metabolismo se ralentiza.
“La existencia de bacterias con metabolismo lento no es completamente nueva. Sin embargo, todavía no había unanimidad entre los científicos”, explicó Zinkernagel, quien aseguró que su estudio ahora lo confirma con una “alta precisión”.
[Te puede interesar] Las personas con síndrome de Down son genéticamente susceptibles al COVID-19
El problema más conocido en este ámbito es el de las bacterias resistentes, que consiguen volverse insensibles a los antibióticos, pero este estudio demuestra que las bacterias no resistentes también tienen estrategias efectivas para sobrevivir, por lo que los antibióticos tampoco funcionan siempre contra ellas.
Estos hallazgos son importantes en la lucha contra la resistencia a los antibióticos, que aumenta en las infecciones recurrentes que requieren tratamientos largos.
Es justamente una prolongada exposición de estos patógenos a los antibióticos lo que aumenta el riesgo de que sobrevivan.