Hospital San Borja y precarización del Sistema Público de Salud
El pasado sábado 30 de enero despertamos con la lamentable noticia del incendio que afectó al Hospital Clínico San Borja Arriarán, que se generó en un área administrativa en el tercer piso del establecimiento. Cerca de 350 pacientes debieron ser evacuados a distintos centros asistenciales públicos y privados. Además, y a raíz del mismo hecho, en el colegio Guillermo Matta se habilitó un puesto de información para familiares de los pacientes que fueron trasladados. Si bien hasta el momento la situación no tiene responsables directos, da cuenta de la precariedad y crisis de nuestro sistema de salud; donde no hay inversión en mantenimientos necesarios ni nueva infraestructura. Lamentablemente quienes pagan el costo de oportunidad son las y los pacientes que esperan su atención, examen o procedimientos quirúrgico, quedando a merced de su capacidad de pago la distancia a la salud.
Conozco en primera persona el sistema público como paciente y trabajadora y sé que se sostiene en gran parte por la voluntad y dedicación de quienes trabajan en él. Sin embargo, es insuficiente la voluntad frente a un financiamiento que no alcanza y distribución de recursos que por cambios de autoridades han afectado a políticas públicas exitosas, como el Chile Crece Contigo. Estas falencias, que suman y se acumulan, forman el sustento del discurso repetido de que lo público no funciona per se, cuando sabemos que gran parte de los recursos se destina a privados para compra de prestaciones y exámenes y que si se invirtieran dichos recursos en lo público se podría aumentar y sostener a largo plazo la cantidad de atenciones y prestaciones otorgadas. Miles de millones que finalmente nunca se invierten, generando una fuga de recursos por un lado y la precarización por otro. Los grandes responsables se han enriquecido en este modelo que año a año profundiza el deterioro. ¿Cuántos incendios se necesitan para cambiar la visión y voluntad para una salud para todas y todos?
En este camino a nuestra nueva Constitución es indispensable que se garantice el derecho a la salud como parte de una nueva forma de entender al estado. Pasar de la subsidiariedad a la garantía de derechos. Pasos iniciales y mínimos comunes para una vida con dignidad.