Beatriz Sánchez y su nuevo rol en el FA: “Quiero llevar el foco hacia la Convención Constitucional y no quedarme pegada en la presidencial”
Mientras el Frente Amplio (FA) pasa el verano buscando un nombre para levantar su candidatura presidencial, Beatriz Sánchez, que hace unas semanas ya se desligó por completo de este lugar, trabaja para preparar su campaña como constituyente. Dice que se está preparando con la ayuda de los constitucionalistas del conglomerado, para identificar los “nudos críticos” del proceso constituyente.
Su prioridad e interés ahora está cien por cien concentrado en la nueva Constitución y la elección de constituyentes, la más importante que vamos a tener en muchos años, recalca. Insiste que más que pelear por derechos específicos, hoy “la tiene muy pegá” la idea de hacer de la nueva Constitución “un cuerpo legal completo y que dialogue consigo mismo” que permita un cambio en las condiciones de igualdad de la ciudadanía.
La líder frenteamplista "desdramatiza" sobre la falta de liderazgo para la carrera presidencial a La Moneda. Convencida de que saldrá un nombre y de que aún hay tiempo, quiere "forzar el foco" hacia la Convención Constitucional, que es –opina– en lo que tiene interés la gente. Desde el otro lado de la pantalla, responde a través de zoom, las preguntas de El Desconcierto.
[caption id="attachment_633038" align="alignnone" width="1024"] Agencia Uno[/caption]
Has mencionado las elecciones constituyentes son, para ti, las más relevantes que enfrenta el país. ¿Qué puedes aportar a esa elección?
Estas instancias de poder colectivas o grupales buscan una mirada y una construcción en conjunto desde la diversidad. Me parece muy relevante que venga de hombres y mujeres y que tenga escaños reservados. Nunca antes hemos tenido en el país órganos con ese nivel de poder que sean paritarios, ni que tengan presencia obligatoria de los pueblos indígenas. También tiene que tener presencia de los distintos mundos que son Chile, hemos estado sobrerrepresentados por abogados, ingenieros y médicos. Y tiene que haber presencia de distintos oficios o profesiones, no solo de la academia, sino también de oficios, las artes y la cultura. Tener sensibilidades distintas, formas de mirar las cosas de manera diversa. Cuando entré a la política electoral siempre sentí una especie de sanción porque yo no venía del mundo política. Ahora, ese es uno de mis aportes.
Propones tres ejes distintos en los que centrar tu trabajo para la Convención: el cambio del sistema presidencialista, los derechos sociales y la participación. En concreto, ¿a qué apuntas en cada uno de ellos?
El primer punto no trata solo de hablar de hiperpresidencialismo, sino de la estructura de poder. La Constitución regula las relaciones de poder dentro de un país: cuánto poder tiene el Congreso, qué pasa con el Poder Judicial, o con el Tribunal Constitucional, que hoy es una tranca para todos los cambios; o ciertas concepciones que la Constitución da al Estado subsidiario, por ejemplo. No hay un artículo específico sobre subsidiariedad en la Constitución, pero todo el cuerpo legal hace que Chile sea un Estado subsidiario. No se trata solo de colocar un artículo específico sobre derechos, sino de articular un cuerpo legal completo que nos permita avanzar en un estatus y que nos traten de manera igualitaria. La estructura de poder la tenemos que mirar en todo el cuerpo legal de la nueva Constitución. También quiero hablar de una Constitución que nos cuide y que vuelva a incorporar a las personas en las amplias formas de participación que tienen las sociedades hoy día.
La Convención va a tener su propio órgano de gobierno con cargos disponibles, la presidencia o vicepresidencia. ¿Te gustaría ocupar alguno de estos puestos?
Ni siquiera me lo he preguntado. Lo que sí me gustaría es que la presidencia fuera paritaria. La paridad no tiene que ser solo la forma, sino también el fondo. Todas las formas de gobierno de la Convención tienen que ser paritarias, formadas por un hombre y una mujer: presidencia, vicepresidencia y, si se trabaja en comisiones, las presidencias de cada una también tiene que ser paritaria. Personalmente, me gustaría estar en la comisión que define el poder, en la sala de máquinas, porque ahí se va a definir todo, o en la que define el modelo de desarrollo. Es muy importante que estemos ahí y poner la perspectiva feminista en esos lugares.
En estos últimos dos años, hemos visto en el Congreso que ha sido difícil lograr un trabajo conjunto del Frente Amplio con el resto de la oposición. Han habido pocas votaciones clave en las que los bloques hayan votado de forma similar (con algunas excepciones del PC y el PS). ¿Era difícil plantear la unidad con estos antecedentes?
Imaginarse la política con una tercera fuerza con partidos y movimientos nuevos ha sido difícil. Aún con sus complejidades, el FA ha sido coherente en el Congreso. Lo que ha planteado lo ha empujado, ha peleado las cosas y ha votado a favor de lo que se dijo. En ese camino se ha encontrado con otros partidos con caminos similares: tenemos mucha coincidencia con el PC y con el PS, más en la Cámara de Diputados y Diputadas que en el Senado, que es donde está la representación más diversa del país. Esa es una inspiración que tuvimos para pensar que hay una base de trabajo más unitaria, más coordinada, más de mayorías, si se quiere. Por eso me la jugué mucho, para tener una sintonía más fina, sin hacer la apuesta gigante de ponernos de acuerdo con todo. Se intentó y no funcionó. Pero los espacios de coordinación tienen que continuar. Quienes salgan electos van a proceder de varias listas y ahí estará el espacio para hacer el trabajo en conjunto.
¿En algún momento estuvo cerca de lograrse esa unidad o fue lejana, como se veía desde afuera?
En algún momento sí estuvimos cerca porque había mucha gente que estuvieron empujando decididamente y con ganas. El que hubiese muchas otras elecciones este año hizo más difícil que pudiésemos llegar a una acuerdo mayor para la Convención. La presidencial y las parlamentarias han nublado el camino. Pero precisamente porque estuvimos cerca, no pierdo la esperanza de una mayor coordinación en los meses que siguen.
"No le tengo miedo al proceso que viene"
En entrevista con La Tercera explicaste que en 2017 diste por cerrado un ciclo pero que desde el FA “existió insistencia” para ver cómo se proyectaban esos resultados. Da la sensación que a nivel personal ya tenías una decisión tomada para apartarte de las presidenciales, pero que había un compromiso con el bloque. A nivel personal, ¿Beatriz Sánchez había cerrado ya la opción de volver a ser candidata?
Al no proceder de una tradición en la política, no tenía trazado cómo quería hacer este recorrido. Para mí era muy importante marcar los momentos: primero las presidenciales de 2017 y después partir con un proceso distinto. No quiere decir que descartara la presidencial [de 2021], pero empezaba otro proceso distinto. No se pensó eso como un primer paso para llegar a la presidencia conmigo en la cabeza, no lo trazamos así. No me hacía sentido y creo que al FA tampoco. No lo tenía definido desde antes, fue un proceso. Fuimos conversando mucho tiempo sobre eso. Después se fue afinando una decisión conversada con los partidos y se eligió un momento oportuno para darlo a conocer. Cuando haces pega en colectivo es muy importante saber dónde una sirve más para el proyecto colectivo, no nublarse con las intenciones personales.
¿Crees, entonces, que al FA “sirves más” como candidata constituyente que como candidata presidencial?
No quiero despreciar la elección presidencial, pero esta [Constituyente] es la elección más importante que vamos a tener en muchísimos años.
¿Qué te costó de la campaña de 2017 que sabes que te ahorrará en la campaña como constituyente?
Una de las cosas que más me gusta es que es una campaña en patota, no sola. La otra es unipersonal y es muy agotador. Son muy brutales las campañas presidenciales en Chile. Es muy buena y muy mala, todo al mismo tiempo. Fue muy intensa y una de las experiencias más importantes de mi vida, pero no siento que por que una vez fui a una presidencial, no puedo bajar de estatus, ser candidata a concejala o no ser nada. Me enfrento a los procesos de esa manera. Pero hoy creo que en la Convención es donde hay posibilidades de cambios reales.
¿Crees que ha tenido algún costo para el FA tu decisión?
El FA, a diferencia de otros conglomerados, tiene muchos liderazgos reconocibles. Quizás por un problema de edad no están todos en la primera línea presidencial. Pero en 10 años más va a tener a mucha gente. Me siento parte de los liderazgos del FA y desde el lugar voy a seguir, pero no le pongo tanto dramatismo al tema presidencial. Hoy hay muchos candidatos y candidatas en todos los conglomerados y eso es porque el tema aún está muy abierto. Es un tema más mediático que real, hay mucha preocupación de los medios por la presidencial y mucha menos por parte de la gente, que tiene más interés por la constituyente. No sobredramatizaría al respecto. Vamos a tener un candidato o candidata.
¿Hay tiempo, entonces, para poder levantar un liderazgo del FA en 10 meses?
Absolutamente. En 2017 yo surgí como candidata a finales de marzo.
¿Replicarías esta misma fórmula: sacar un nombre a finales de marzo y poner todas las fichas ahí?
Después de ver los resultados, creo que funcionó, pero no sé si todos los momentos son iguales para repetir lo mismo. Aún así, no le tengo miedo al proceso que viene. El FA tiene un itinerario para hacerlo y distintas formas: liderazgos internos o algún liderazgo externo y con el que el FA se sienta reflejado.
¿Si Jorge Ramírez (presidente de Comunes) no se hubiese referido a tu decisión, cuándo tenías previsto oficializar el anuncio?
Esa misma semana.
El salió a pedir disculpas y dijo que no fue su intención. ¿Crees que no había intencionalidad?
Eso es algo que tiene que responder él. Me imagino que no.
"Reconectar con las personas"
Como lideresa del FA, ¿haces alguna autocrítica al conjunto del conglomerado o incluso a tu liderazgo?
Prefiero ir situando la conversación en la Convención, en los temas que a mí me interesan, e ir sacándome esas respuestas sobre el conglomerado en todas las esferas, porque hay que empezar a darle importancia al proceso constituyente. Independientemente de que salga electa o no, voy a estar colaborando en esa instancia porque es lo más importante de lo que va a ocurrir este año y mi liderazgo del FA lo voy a volcar desde ahí. Quiero llevar el foco hacia la Convención Constitucional y no quedarme pegada en la presidencial, hay que forzar el foco hacia esta otra conversación.
Sobre la autocrítica, es importante la referencia porque si el FA tiene esa presencia en la Convención, puede servir para no repetir los mismos errores de antes a la hora de moverse en un espacio que tendrá un ritmo muy intenso.
Creo que nos volcamos mucho al trabajo parlamentario y salimos poco a las calles a poder reconectar con las personas que confiaron o que todavía confían y que quedaron fuera de la comunicación con nosotros y nosotros con ellas. Eso nos quedó pendiente y deberíamos volver a retomarlo. Zafando un poco la autocrítica, creo que se le pide al FA que se comporte como coalición que lleva 50 años, pero llevamos tres y todavía no hemos encontrado aún toda la cultura que conforma el conglomerado.
Sobre la candidatura de Paula Narváez, ¿le ves algo novedoso o más bien la continuidad del bacheletismo, sin más?
Mirándolo muy de afuera, me da la impresión que es la continuidad del bacheletismo, no le veo algo novedoso.
Si no resultas electa, ¿pretendes intentar una trayectoria institucional en la Cámara?
No, como parlamentaria no.